jueves, 26 de febrero de 2009

Un hallazgo odontológico que terminaría con el torno

El agudo zumbido del torno y los gemidos de los pacientes que hacen de una visita al dentista una experiencia temible podrían tener sus días contados, según dicen científicos que afirman haber encontrado la manera de hacer que vuelvan a crecer los tejidos de un diente dañado. Investigadores que estudian el desarrollo dentario han identificado un gen que controla el crecimiento del esmalte, la capa externa dura de los dientes, que no puede volver a crecer naturalmente una vez que ha sido dañada por una caries.
El descubrimiento revela nuevos aspectos sobre la formación de los dientes y podría abrir la puerta a nuevos tratamientos dentales que curen los dientes cariados regenerando la capa de esmalte y haciendo innecesario el uso del torno y las amalgamas.Científicos de la Universidad Estatal de Oregon encontraron el gen después de advertir que a los ratones nacidos sin él les crecían dientes sin esmalte.
El esmalte dental es el tejido más duro del cuerpo y comienza a formarse cuando los seres humanos todavía son embriones. Células especializadas del germen dentario denominadas ameloblastos producen esmalte secretando fosfatos de calcio al interior de un "andamiaje" de proteína que los moldea en forma de prismas de esmalte.
Cuando los dientes alcanzan su formación completa, afloran de la encía y las células formadoras de esmalte mueren, por lo cual los dientes no pueden producir nuevo esmalte más tarde. Para la mayoría de los animales, esto no constituye un problema pero, en los seres humanos, la gran cantidad de azúcar y almidón de la dieta se convierte en ácido por acción de las bacterias que habitan la boca.
Este ácido lentamente disuelve el esmalte y produce una cavidad en el diente, la caries. Si no se las trata, las caries pueden causar infecciones mortales en el cuerpo.
Si los científicos logran perfeccionar un método para hacer que los dientes vuelvan a crecer y reemplazar el torno, podría tener importantes ventajas para los pacientes.
En 2005, una encuesta llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Toronto reveló que el 5 por ciento de los pacientes sufrían una gran angustia ante la idea de ir al dentista, y la mitad de ellos tenían tanto miedo que o cancelaban el turno o finalmente no concurrían. Al hacerlo, los pacientes se exponen a convertir un problema dental menor en un grave riesgo para su salud.
En la investigación, publicada en "Proceedings of the Nacional Academy of Sciences", un equipo dirigido por Chrissa Kioussi y Mark Leid crió ratones que carecían de un gen conocido como Ctip2. Descubrieron que era decisivo para la formación y el funcionamiento correcto de las células productoras de esmalte. Si se entiende la genética del desarrollo dentario, dijo Kioussi, quizá sería posible reparar el esmalte dañado e incluso producir nuevos dientes en el laboratorio.
Algunos grupos ya han logrado hacer crecer los tejidos blandos del interior de los dientes pero estos no tienen la dura cubierta de esmalte para la masticación.
"El esmalte es uno de los revestimientos más duros de la naturaleza. Evolucionó para dar a los carnívoros los dientes resistentes y duraderos que necesitaban para sobrevivir", explicó Kioussi. "Aún se necesita mucho trabajo para trasladar esto a aplicaciones humanas, pero debería funcionar. Sería genial, un enfoque totalmente nuevo de la salud dental".
TRADUCCION: ELISA CARNELLI
clarin.com

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