lunes, 12 de julio de 2010

Prohibirían los juguetes bélicos

Angeles Castro
LA NACION
Un proyecto de ley que analiza la Legislatura porteña establece que se prohíba en la Capital la fabricación, la distribución, el acopio y la comercialización de juguetes que sean réplicas de cualquier tipo de armamento real, tales como armas de fuego, armas blancas y cualquier otra que, por su uso, incite a la violencia.
La iniciativa, que fue presentada por los radicales Claudio Presman y Rubén Campos, dispone, además, que en el plazo de un año desde la promulgación de la ley el organismo oficial que el Poder Ejecutivo porteño designe como autoridad de aplicación, junto con el Ministerio de Educación de la ciudad, debe instrumentar un plan de recuperación de la mayor cantidad de juguetes bélicos que ya estuvieran en poder de los particulares, y canjearlos por libros y otros juguetes que promuevan el desarrollo de actividades creativas pacíficas.
Para quienes infrinjan la normativa, el borrador propone multas de 1000 a 50.000 pesos, el decomiso de la mercadería y hasta la clausura del establecimiento para los casos de reincidencia.
En los fundamentos del proyecto, que ya ingresó en la Comisión de Desarrollo Económico de la Legislatura, los autores destacan: "La violencia está presente en muchos de los aspectos de la vida cotidiana, a través de las más diversas formas [y que alguna de ellas] sin ser tan evidentes, contribuyen inconscientemente a la generación de la misma violencia. Tal es el caso de las armas de juguete, o de juguetes de carácter bélico. Con ellos, los niños pueden jugar a matar, pueden recrear situaciones ficticias de violencia, que los hacen familiarizarse, acostumbrarse a escenarios que no generan ningún valor positivo en el proceso de su crecimiento".
El diputado Presman detalló a LA NACION: "Nos parece que hay que instalar debates en la sociedad que tengan que ver con problemas cotidianos, salir de los grandes temas acuciantes y plantear también otras discusiones. En este caso, el proyecto tiene relación con los altos niveles de violencia en los chicos, es una medida que intenta desmilitarizar los juegos de los chicos y que acompaña la educación que pueda recibir el niño".
Tal como recuerda el proyecto, ya hay antecedentes en el país de leyes similares en las provincias de Córdoba y Santa Fe. La primera fue pionera en este sentido, con la prohibición de las armas de juguete en noviembre de 2004 (ley N° 9198), y la segunda sancionó una norma con el mismo contenido en 2006 (ley N° 12.677) (de lo que se informa por separado).
Consultados referentes de otros bloques parlamentarios sobre su posición respecto de la propuesta de la UCR y su eventual respaldo a la misma, las respuestas fueron de mayoría positiva.
La presidenta de la Comisión de Desarrollo Económico, Delia Bisutti, de Proyecto Sur (la segunda minoría legislativa), consideró que, si bien el borrador todavía no fue puesto a consideración, "en principio se trata de un tema interesante para analizar, ya que cuantos menos juguetes bélicos tengan los niños es mejor", y dijo: "Creo que hay que disminuir en todo lo que se pueda los juguetes relacionados con armas de fuego en nuestros niños".
El vicepresidente de la comisión, Enzo Pagani (Pro, la primera minoría), expresó: "Acompañamos el espíritu y la filosofía de la propuesta. En Pro sabemos que la principal preocupación de la sociedad es la inseguridad y, por lo tanto, coincidimos en que es necesario atacar cualquier conducta social que fomente la violencia. Pero creemos que el proyecto debe ser perfeccionado. Habla genéricamente de armas de juguete, tal vez habría que especificar cuáles. Es un aspecto técnico importante".
Réplicas, prohibidas
El texto de Presman y Campos prohíbe los juguetes que "sean réplicas de cualquier tipo de armamento real, tales como armas de fuego, armas blancas o cualquier otra que tenga características que por su uso incite a la violencia" y, en otro artículo, impulsa que el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes dictamine" con carácter vinculante sobre los juguetes que pudieran circular por el mercado y sobre los que existiera controversia respecto de su connotación bélica o no".
Por su parte, uno de los representantes de la Coalición Cívica (la tercera minoría parlamentaria) en la comisión, Juan Pablo Arenaza, anticipó que está dispuesto a acompañar la iniciativa. "Creo que es un buen proyecto y ya existen experiencias en otras provincias. No me gusta prohibir, pero, en este caso, ante el nivel de violencia registrado, me parece bien, más que nada para educar".
María José Lubertino, miembro de la comisión por el kirchnerismo, no dudó en defender el borrador. "Estamos totalmente de acuerdo. Hace años que personalmente trabajo por la paz y por los chicos. Desde el Inadi, entre los derechos del niño que defendimos está el de un mundo sin violencia", dijo.
En tanto, los fabricantes de juguetes opinaron que la ley no tendrá demasiado impacto sobre la realidad, como se pretende. "La industria nacional no fabrica armas desde hace mucho tiempo. Hay algunas que tiran ventositas de goma o pistolas que lanzan agua, sin similitud con armas bélicas. Tampoco se importan, porque están mal vistas; las madres no las compran", detalló a LA NACION Miguel Faraoni, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ).
Y agregó: "La ley puede ser interesante, pero ya en la práctica no se viene dando la venta de juguetes bélicos. En los 90, la situación era diferente: venían réplicas de armas verdaderas y algunos salieron a robar con esas armas. Pero no las trajeron más porque tuvo repercusión muy mala".

Una norma que se aplica en Córdoba y Santa Fe
En Córdoba, desde 2004, rige la ley 9198, que prohibió la fabricación, distribución y venta de armas de juguete que eran réplicas casi exactas de las verdaderas. Su aplicación tuvo resultados favorables, a tal punto que con el correr del tiempo desaparecieron esos juguetes peligrosos que eran utilizados para delinquir por ladrones precoces.
Precisamente, esos hechos -que en 2004 eran frecuentes en Córdoba y en otras partes del país- impulsaron al entonces jefe del bloque de diputados de la oficialista Unión Por Córdoba, Juan Carlos Massei, actual ministro de Desarrollo Social, a promover el proyecto que después se convirtió en ley. El ex legislador explicó a LA NACION que desde Industria y Comercio se iniciaron acciones para hacer cumplir la norma y que se obtuvo buena respuesta de las cámaras de jugueteros. Recordó que el principal problema sobre la existencia de los juguetes era la importación, en especial de China, ya que eran réplicas "perfectas" de las armas de fuego.
Massei dijo que muchas veces las víctimas de hechos delictivos amenazadas con esos juguetes no tenían posibilidad de discernir si se trataba de armas reales o falsas. En los comercios cordobeses aún se comercializan armas de juguete, pero son bien diferenciadas de las réplicas, por sus colores, texturas y características.
En Santa Fe, una ley aprobada por la Legislatura en 2006 establece la prohibición de fabricar y distribuir réplicas de armas en la provincia.
Para quienes infrinjan esta disposición legal se estipularon sanciones como multa entre 5 y 25 "jus" (la unidad de "jus" equivale a un salario mínimo, vital y móvil), el decomiso de la mercadería y su posterior destrucción.
En la legislación de otros países sudamericanos, como Brasil, Venezuela y Guatemala encuentra antecedentes el proyecto. Diversas acciones que tienen como centro a las organizaciones no gubernamentales, se están realizando en América latina para promover una cultura de paz.

Un canje ya se practica de hecho en la Capital
El canje de juguetes bélicos por otros juguetes no asociados a la violencia o por libros que deberá encarar el Estado porteño, por indicación del proyecto de ley impulsado por el bloque radical porteño, ya viene siendo realizado de manera extraoficial en la ciudad.
La asociación El Trapito, de La Boca, funciona desde 1996 como una organización social orientada al trabajo comunitario y participativo. Uno de los principales ejes de acción es el trabajo con niños y adolescentes con derechos vulnerados; por ejemplo, chicos derivados de juzgados o víctimas de violencia. Muchas veces, se trata de chicos marginales para quienes es habitual que exista un arma en la casa o en la escuela.
"El tema de las armas sobrevuela todas las situaciones. Con ellos realizamos talleres de concientización y marcamos la diferencia entre la realidad y la ficción en el tema armas. En los videojuegos pueden matarse varias veces, pero con un arma real, la muerte es definitiva. Al cierre de los talleres, ofrecemos canjear armas de juguete por un CD educativo o un libro de Mafalda, entre otros. Hicimos varias campañas de canje; las difundimos en escuelas, comedores y otras ONG de la zona, y las concretamos en nuestra sede [de Olavarría y Palos]", explicó Marisa Castiglione, directora de El Trapito, a LA NACION.
Fue también la gente de El Trapito la que se acercó a la Legislatura porteña para comprometer a los diputados en un trabajo que rompiera la nefasta asociación entre los niños y las armas. "El proyecto de ley en análisis ayuda a comprender que la utilización de un juguete bélico sólo sirve para la destrucción y concientiza", opinó Castiglione.
lanacion.com

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