jueves, 22 de julio de 2010

El teletrabajo, una buena opción para balancear la vida personal y la profesión

Jobing Consultores es la primera consultora de Teletrabajo que se radica en Argentina. Su objetivo es promover y apuntalar una metodología que ayude a implementar esta modalidad en las empresas, analizando no sólo si los empleados y sus superiores tienen el perfil necesario para teletrabajar, sino también asesorando respecto a qué tipo de tareas son aptas para esta modalidad y durante cuántos días a la semana.
"Definiendo Teletrabajo como la posibilidad que tiene un empleado de trabajar fuera de la oficina del empleador, podemos asumir que organizando apropiadamente las tareas, adecuando las competencias de los empleados y supervisores y haciendo uso de las facilidades que brindan las tecnologías modernas, se puede hacer que, en lugar de trasladar al empleado hacia el trabajo, se pueda llevar el trabajo hacia el empleado. ¿Para qué trasladar a las personas si podemos trasladar la información?", proponen, y cada vez más personas y empresas lo escuchan con interés. Entrevistamos a Fabio Boggino, su director.
¿Hay interés por el teletrabajo en Argentina?
En Argentina, en 2004 había 300 mil teletrabajadores; en 2008 esa cifra se elevó a 1.300.000 y el 2009 terminó con 1,6 millones de personas que trabajaban bajo esta modalidad, que crece a razón de un 20% anual. Lo asombroso es que sólo el 10% de ese total está en relación de dependencia: la gran mayoría son personas autónomas que realizan trabajos freelance. De ésto podemos inferir que el Teletrabajo en las organizaciones de Argentina todavía es un tema muy poco conocido en cuanto a los beneficios que aporta, y esto se debe fundamentalmente a que la mayoría de las empresas tiene estilos de conducción y organización muy tradicionales. De nada sirve un empleado tenga las habilidades para teletrabajar si su jefe no está convencido de las ventajas que otorga la herramienta o no tiene la capacidad de liderar equipos virtuales.
Existe todavía una lógica resistencia por parte de algunos directivos hacia el teletrabajo: consideran que trabajar en casa es trabajar menos. Creen que dejar de verlos trabajar es perder el control de las acciones del empleado. Esta percepción es uno de los primeros mitos que se deben derribar: primero, porque teletrabajar no es necesariamente trabajar desde la casa (puede hacerlo también desde otro lugar) y, segundo, porque el teletrabajo no es trabajar menos sino una manera distinta que, bien implementado, está probado que genera un aumento de la calidad y cantidad de trabajo que se realiza. Las empresas modernas no contratan a una persona para que cumpla un horario sino para que logre objetivos predeterminados, y consideran que lo importante es que cumpla la tarea, no el lugar donde la realice.
¿Qué perfiles de empresa adoptan esta modalidad y en qué tipo de actividades?
El teletrabajo es una manera distinta de organizar el trabajo. Cualquier tipo de organización puede tener parcialmente teletrabajadores: grandes empresas, medianas y pequeñas, públicas o privadas, con o sin fines de lucro, etc. Pero también debemos asumir que el teletrabajo no es para todas las empresas ( por sus culturas) ni para todas las tareas o puestos, y tampoco para todas las personas. En Jobing consideramos que el éxito en la implementación de teletrabajo se da en aquellas organizaciones cuya cultura organizacional tiene como pilares estratégicos la satisfacción del empleado y el clima laboral de sus equipos de trabajo.
Con el teletrabajo, el tiempo y la presencia física en la oficina ya no son criterios relevantes para la evaluación y la remuneración de los equipos. Estas variables fueron reemplazadas por la definición de objetivos y su cumplimiento en tiempo y forma acordada entre empleado y empleador. Por lo tanto, los horarios estrictos y controles de horas trabajadas se sustituyen por horarios flexibles, autocontrol y evaluación por objetivos. Es así como la delimitación entre trabajo y familia puede hacerse más flexible para adaptar el trabajo a las exigencias de la familia.
¿Qué tareas son aptas para el teletrabajo?
Considerando que con el avance de la tecnología la mayoría de las funciones tienen un importante componente de información --y que también gracias a la tecnología hoy la información está en cualquier lugar--, salvo las tareas manuales, de ensamble o artesanales, todas las demás pueden ser teletrabajables por lo menos un día o dos a la semana. De todos modos, en Jobing consideramos que las que mejores se adaptan son las que se caracterizan por estar basadas principalmente en el manejo, procesamiento y tratamiento de datos e información. La mayor dificultad para teletrabajar no se encuentra no en las características de la tarea sino en la cultura de la empresa, en el estilo de liderazgo del management y en el perfil del potencial teletrabajador. Para la mayoría de las tareas en donde la eficacia tiene un mayor valor que la eficiencia, una combinación de teletrabajo y trabajo en las instalaciones de la empresa puede obtener excelentes resultados. El trabajo del futuro será, en lugar de concentrar a miles de trabajadores en imponentes edificios corporativos, auténticas redes descentralizadas de conocimiento.
¿Qué tipo de personas/empleados son buenos para el teletrabajo?
Si nos referimos al "teletrabajador", creo que el Teletrabajo debe ser valorado por el empleado como un beneficio que la empresa le otorga: para ello es indispensable que la aceptación del trabajador sea voluntaria. Es necesario un cuidadoso proceso de implementación que incluya la selección y capacitación de todas las habilidades y competencias para que el empleado tenga un perfil compatible con el teletrabajo.
Las habilidades principales que debe tener un Teletrabajador tienen relación con los ámbitos del ser, saber hacer y saber comunicar. El perfil de Teletrabajador tiene que tener una serie de rasgos personales y habilidades profesionales óptimas donde se combina el manejo de la tecnología con la autogestión del trabajo y la gestión de comunicación a distancia.
La nueva situación de teletrabajo requiere de un modo de organización personal distinto del trabajo tradicional, marcado por una mayor autonomía en la gestión del tiempo, del espacio, de los recursos y de los ritmos dedicados a cada tarea.
¿El teletrabajo mejora la calidad de vida o uno termina trabajando todo el día? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas?
Si el Teletrabajo está bien implementado, los teletrabajadores están más que conformes con esta nueva forma laboral, sobre todo por los beneficios como reducción de tiempos y costos de transporte, flexibilidad de horarios, mejor interacción con sus familias, e incluso por detalles como el menor gasto en ropas, restaurantes, combustible, etc. Pero sin duda el beneficio más importante a tener en cuenta es la conciliación como generador de salud empresarial: el empleado puede decidir cómo reparte su tiempo en cuanto a qué hora comienza y acaba su jornada laboral, así como cuánto tiempo dedica a las pausas y a otras actividades. Esta sensación de autocontrol que experimenta el empleado que teletrabajo aumenta su motivación, compromiso y productividad.
En contra de los prejuicios y mitos que en general se escuchan alrededor del Teletrabajo, la adaptabilidad del empleado a esta modalidad y la buena respuesta en términos de productividad y organización del trabajo, le proporciona al empleado una muy buena visibilidad dentro de la empresa, y mejores posibilidades de desarrollo profesional.
El tiempo que el empleado pierde en ir desde su casa al trabajo y viceversa, es un tiempo que pierde el empleado, su familia, su jefe, su empresa y los mismos clientes. Con Teletrabajo se traslada la mente, no el cuerpo.
No obstante, el teletrabajo mal implementado o improvisado tiene potenciales desventajas como el aislamiento social, la dificultad de motivarse a sí mismo, el conflicto entre la familia y el trabajo y el riesgo de trabajar más que en la oficina.
Para el empleado, la posibilidad de trabajar desde su casa o desde una oficina cercana a su hogar representa no sólo la posibilidad de tener más tiempo para ocuparse de la familia, sino también poder elegir su entorno de vida o donde quiere vivir. Muchos profesionales que teletrabajan trasladaron su lugar de residencia a zonas más alejadas, buscando una mayor tranquilidad y calidad de vida.
¿Por qué las mujeres podemos verlo como una opción interesante?
Las organizaciones modernas entienden que los empleados, en situaciones especiales de su vida, necesitan sentirse valorados realmente por sus organizaciones de forma personalizada y no global. El mejor ejemplo son las mujeres que están embarazadas, en período de excedencia o que dieron a luz hace poco tiempo; todas esperan de su empresa algo personal y un beneficio como el Teletrabajo es la mejor manera de demostrarlo.
Por motivos culturales, las mujeres que trabajan en las organizaciones están más expuestas que los hombres a un mayor estrés, por la necesidad de conciliar la familia con el trabajo; un buen ejemplo de ello es que la mayoría de las mujeres que están en carrera gerencial tienen que decidir entre mantener su carrera profesional y la familia.
Las mujeres que pueden optar por las políticas de flexibilidad laboral como el Teletrabajo perciben esta posibilidad como muy favorables por que les permiten disponer de más tiempo familiar reduciendo así la sensación de doble jornada laboral que muchas veces exige un puesto gerencial. Tanto el trabajo como la familia requieren tiempo y energía y más aún cuando existen grandes distancias entre el hogar familiar y la oficina laboral.
Para las mujeres el teletrabajo es considerado como parte de su salario emocional: el Teletrabajo surge como una posibilidad de pasar más tiempo con los afectos, educando a los hijos el tiempo necesario y no el que sobra. No podemos aceptar que exista una vida laboral y una vida familiar: vida hay una sola y el teletrabajo lo hace posible.

Cuando trabajás en casa, las claves son la organización y el buen manejo del tiempo
Tengas hijos o no, tal vez quieras combinar las actividades personales con tu negocio o emprendimiento. Esto representa un gran desafío, porque si trabajás en casa se mezclan las cosas y hay asuntos domésticos que reclaman atención. Aparecen las distracciones, te cuesta concentrarte... ¡y el día pasa volando! Pero siempre es posible organizarse. ¿Cómo? Con los siguientes cambios de actitud.
"Educá" a tu entorno
¿Cómo podés concentrarte si los demás no respetan tus momentos de trabajo? ¿Te sucede que tus familiares y tus amigos te ven en tu casa y no lo toman en serio, como si estuvieras en la oficina? Existen estrategias sencillas para reducir esas interrupciones, pero tené presente que nunca podrás eliminarlas por completo. Si suena el timbre porque llegaron los chicos del colegio y estás sola en casa... no podés ignorarlo. Lo mismo pasa cuando trabajás en una oficina, tampoco podés evitar las interrupciones todo el tiempo, ¡pero sí las puedes minimizar!
Que los otros cambien depende de vos. Establecé reglas de a poco: si la puerta del estudio está cerrada, no pueden entrar; si estás en medio de una tarea, no recibes llamadas. Hacé respetar tus horarios de trabajo y tus necesidades. Es difícil, ¡pero te van a entender!
Pedí ayuda. Aprovechá si hay algún miembro de la familia presente en tu casa. Pedile que atienda el teléfono y que tome los mensajes, que responda al timbre y que te busque sólo si es urgente.
Ponete horarios de entrada y de salida (sí, como si fueras a una oficina)
Para estar más concentrada, te conviene planificar tu trabajo con anticipación. Asignate bloques de horas en los que te vas a dedicar a las tareas que requieren máxima concentración y vas a evitar las distracciones.
Un método que te puede ayudar es usar un timer para trabajar en franjas de 25 minutos a máxima concentración, descansar 5 minutos y luego volver a activarlo para trabajar otros 25 minutos y así sucesivamente. Cuando llegás a 4 sesiones, aumentás el tiempo de descanso. Esta es la técnica conocida como Pomodoro Technique y el timer que estoy usando se llama Focus Booster.
Cuando logres meterte en ese estado de concentración y sin interrupciones, experimentarás el estado de "fluir", al que se llega cuando uno está totalmente compenetrado con lo que está haciendo. ¡Fluye! Asigna otro bloque de horas para actividades que requieren menos concentración como leer e-mails, hacer llamados y otras tareas.
Usá un sistema de organización de tiempo
El método GTD (Getting Things Done) de David Allen es excelente y sirve para reconocer las prioridades, objetivos y tareas diarias, pero te puede resultar un poco intenso y, si te dejas llevar, tal vez te encuentres más tiempo haciendo planes que actuando.
Por eso, el sistema que me resulta más práctico para planificar mis tareas y metas es el ZTD (Zen to Done), que está basado en el de Allen pero es más sencillo. Probá y elegí el sistema con el que más cómoda te sientas. Lo importante es que todos los días tengas la claridad de saber qué harás hoy y qué cosas se pueden hacer más adelante, por cuáles tareas comenzar (las más importantes), para luego poder seguir ocupándote del resto con tranquilidad mental.
¡No te olvides de descansar!
Parece una obviedad, pero al trabajar en casa perdés la noción del tiempo que pasás frente a la computadora. ¿Te sentís agotada y te arden los ojos? Todo eso afecta tu productividad. Por eso, recuerda que lo principal es cuidar tu salud, tu descanso y tu alimentación.
Hacé las pausas que necesites y si sentís que no las necesitás, ¡obligate! Porque te aseguro que sí son necesarias. Algunas ideas para tus sesiones de descanso:
Pueden ayudarte las breves sesiones de nap o siesta programadas con Pzizz.
Salí a dar una vuelta por el barrio, caminá para hacer circular la sangre.
Jugá con tus hijos mientras te tomás un snack saludable. Frutas, yogurt, jugos, cereales, te van a dar energía y además es probable que estés influenciando a tus hijos a consumir esos alimentos. ¡Ellos copian todo lo que hacen sus mamás!
Conversá con una amiga por teléfono.
¿Te gusta cantar? ¡Fabuloso! Aprovechá este sitio que tiene unos karaokes espectaculares y te permite grabar como si estuvieras en un estudio de grabación, luego se escucha genial. Te divertiste, liberaste tu alma y renovaste tu energía. Lo cierto es que la música provoca todos estos estados.
Lo importante es encontrar esas actividades recreativas que te regeneran, para cambiar de frecuencia y volver con nuevas energías a nuestras tareas. ¿Qué te parece?
Bárbara Langer es Asistente Virtual Asistencia-Virtual.com y editora de Mujeres Emprendedoras MujeresEmprendedorasBlog.com.

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