La consigna es llevar algo de comer (los snacks no pueden faltar), y gaseosas en abundancia. Hasta allí, lo usual en cualquier reunión de amigos. Lo que tiene de diferente una LAN Party (Fiesta en red) es que hay que llegar hasta el lugar de la convocatoria con una computadora (portátil en lo posible) y con todo lo necesario para conectarla a las de los demás invitados. La idea es jugar a los videojuegos en red hasta caer exhaustos, o hasta que salga el sol.
Las LAN Parties se hacen en casas particulares y son ya una costumbre establecida entre adolescentes y jóvenes, como lo era en otras épocas -en los 80- reunirse para jugar juegos de mesa como el TEG (Táctica y Estrategia de la Guerra).Como se trata de un hábito que muchos abrazaron en sus primeros años de secundaria, hay también -entre los fanáticos de las LAN Parties- participantes que pisan los 30 años de edad.Propuestas como las del Counter-Strike -un videojuego de acción en primera persona (esos que el arma se ve al pie de la pantalla) y por equipos, con un argumento que enfrenta a los tiros a terroristas y antiterroristas- es de las más convocantes de estas reuniones. Y, últimamente, en derredor de ese juego se ha creado una variante de estas fiestas. En ella, los miembros de uno de los equipos se juntan en una casa para enfrentar al grupo adversario, reunido también, pero tal vez en otra provincia u otro país, a cientos de kilómetros. El enfrentamiento, en este caso, es vía Internet.Los grupos que se juntan en estas fiestas en red suelen ser de amigos, compañeros de estudio, o de conocidos a través de Internet. Otra variante de las LAN Parties son las llamadas reuniones "masivas", que consisten en inmensas superficies acondicionadas para conectar las computadoras en red, y recibir a todo el que llega con su PC.Cuando se juega a través de Internet, todos los participantes se conectan a un mismo servidor, y mientras planean estrategias, conversan o chatean. Los servidores pueden ser abiertos a cualquier participante o de acceso restringido a un grupo.Walter Costabel es uno de los fundadores de LocalStrike Game Servers, una de las empresas locales que ofrecen servidores para jugar. Cuenta que lo más habitual es que se junten entre diez chicos para alquilar espacio en un servidor (el mes para hasta doce usuarios cuesta alrededor de 90 pesos), y permitan que, mientras algunos de ellos no esté jugando, se sumen otros participantes. "Otra modalidad es que alquilen el servidor entre cinco jugadores que forman un equipo, y busquen contrincantes para enfrentar", señala Costabel.
"Cada vez armamos reuniones más grandes y nunca falta el asado"
Ramiro Magnone (21 años, estudiante de Derecho), Matías Macera (21), Ricardo Rigierte (26), Andrés García (28), y Agustina Botte (22) forman un grupo más o menos estable que arma seis o siete LAN parties al año, en la casa de alguno de ellos. Se conocieron jugando a través de Internet. "Cada tanto armamos reuniones más grandes, con gente que viene de otros lados. La última fue hace un mes en Rosario. En esos casos subimos la PC al auto y nos vamos; pero nunca faltan los buenos asados", dice Ramiro Magnone.
Opinión
Algo nuevo está pasando entre los adolescentes, y "eso nuevo" es difícil de abordar con los criterios convencionales. Hoy en día, los pibes son políglotas, están hiperconectados, sostienen varias relaciones al mismo tiempo y circulan por múltiples vínculos. Escuchan diferentes bandas, suben fotos, bajan películas, leen y escriben en distintas plataformas, usan la PC como herramienta, alternan entre varias narrativas y organizan fiestas (LAN parties) que están muy lejos de aquellos "asaltos", encuentros o reuniones que convocaban las generaciones anteriores. Se encargan de desmentir el fantasma del autismo y el aislamiento al que, supuestamente, contribuirían las PC. ¡Ojalá, algún día, las aulas puedan albergar algo del entusiasmo de estas fiestas!
Juan Carlos Volnovich
psicoanalista
clarin.com
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