WASHINGTON. La primera familia de Estados Unidos ya cuenta con una "primera mascota": un perro de agua portugués bautizado Bo por las hijas del presidente Barack Obama, quien de esta forma cumple una de las primeras promesas que hizo cuando ganó las elecciones.
El cachorro, blanco y negro, tiene seis meses y fue un obsequio del senador demócrata Edward Kennedy, dueño de varios perros de la misma raza, para las hijas de Obama: Malia, de 10 años, y Sasha, de siete.
"Estamos muy contentos por la felicidad que Bo les da a Malia y a Sasha", dijo Kennedy en un comunicado.
Según el diario The Washington Post, las hijas de Obama se decidieron por el nombre de Bo porque sus primos tienen un gato con el mismo nombre y porque su abuelo materno, ya fallecido, tenía el apodo de Diddley, en alusión a Bo Diddley, el popular cantante de rock estadounidense muerto en 2008.
El cachorro, que debutará oficialmente en sociedad mañana, hizo una "visita secreta" a la Casa Blanca hace unas semanas para conocer a las chicas bajo la clave de seguridad de "el encuentro". Según las fuentes a las que tuvo acceso The Washington Post (que negoció con la primera dama, Michelle Obama, la exclusividad de la historia), y que hablaron siempre bajo condición de anonimato, durante "el encuentro" Bo dio muestras de haber sido bien entrenado y supo ver enseguida quién era el "jefe" en su nuevo hogar, ya que siguió obedientemente a Barack Obama por toda la habitación. En las imágenes difundidas por la Casa Blanca se lo ve con un collar multicolor tipo hawaiano.
The Washington Post, famoso por haber sacado a la luz el escándalo Watergate, relató en tono humorístico cómo la Casa Blanca le garantizó la "exclusiva", que publicó en tapa.
Al parecer, los Obama eligieron un perro de agua portugués porque pierde poco pelo y es considerado ideal para las personas que, como Malia, tienen alergia al pelo animal.
Bo sucederá en la Casa Blanca a Barney, el terrier escocés de George W. Bush, cuya imagen fue usada para varias tarjetas de Navidad y que se hizo famoso por morder a un periodista de la agencia Reuters. Algunos de sus precedesores fueron más amigables, como Falla, el perro de Franklin D. Roosevelt, o los beagles de Lyndon Johnson.
Agencias AP y EFE
El cachorro, blanco y negro, tiene seis meses y fue un obsequio del senador demócrata Edward Kennedy, dueño de varios perros de la misma raza, para las hijas de Obama: Malia, de 10 años, y Sasha, de siete.
"Estamos muy contentos por la felicidad que Bo les da a Malia y a Sasha", dijo Kennedy en un comunicado.
Según el diario The Washington Post, las hijas de Obama se decidieron por el nombre de Bo porque sus primos tienen un gato con el mismo nombre y porque su abuelo materno, ya fallecido, tenía el apodo de Diddley, en alusión a Bo Diddley, el popular cantante de rock estadounidense muerto en 2008.
El cachorro, que debutará oficialmente en sociedad mañana, hizo una "visita secreta" a la Casa Blanca hace unas semanas para conocer a las chicas bajo la clave de seguridad de "el encuentro". Según las fuentes a las que tuvo acceso The Washington Post (que negoció con la primera dama, Michelle Obama, la exclusividad de la historia), y que hablaron siempre bajo condición de anonimato, durante "el encuentro" Bo dio muestras de haber sido bien entrenado y supo ver enseguida quién era el "jefe" en su nuevo hogar, ya que siguió obedientemente a Barack Obama por toda la habitación. En las imágenes difundidas por la Casa Blanca se lo ve con un collar multicolor tipo hawaiano.
The Washington Post, famoso por haber sacado a la luz el escándalo Watergate, relató en tono humorístico cómo la Casa Blanca le garantizó la "exclusiva", que publicó en tapa.
Al parecer, los Obama eligieron un perro de agua portugués porque pierde poco pelo y es considerado ideal para las personas que, como Malia, tienen alergia al pelo animal.
Bo sucederá en la Casa Blanca a Barney, el terrier escocés de George W. Bush, cuya imagen fue usada para varias tarjetas de Navidad y que se hizo famoso por morder a un periodista de la agencia Reuters. Algunos de sus precedesores fueron más amigables, como Falla, el perro de Franklin D. Roosevelt, o los beagles de Lyndon Johnson.
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