NUEVA YORK ( The New York Times ).- En todo el mundo nacen más varones que nenas, pero un nuevo estudio encontró que cuanto más cerca del Ecuador uno se encuentre tanto más pequeña se hará la diferencia. Nadie sabe por qué.
Los seres humanos que viven en latitudes tropicales producen más niñas. Este sesgo en la distribución sexual de los nacimientos se conoce desde hace más de cien años y los científicos han encontrado una amplia variedad de factores biológicos, sociales y económicos correlacionados -como la guerra, la presión económica, la edad, la dieta, el aborto selectivo o infanticidio y otros- a los cuales atribuirlo. Pero dilucidar la contribución de cada una de las variables ha probado ser un ejercicio infinitamente complicado.
La latitud es un fenómeno natural, que no está afectado por factores culturales o económicos. Para analizarlo, Kristen J. Navara, de la Universidad de Georgia, utilizó la latitud de la capital de 202 países, la distribución sexual al nacer, las variaciones anuales de la longitud de las jornadas y la temperatura.
También estimó el status económico de cada país y calculó un índice de inestabilidad política.
Después, Navara hizo el análisis estadístico para descubrir qué variable afecta la distribución sexual. El informe acaba de aparecer en la revista Biology Letters .
Encontró que el número de varones no está relacionado con factores socioeconómicos y políticos, sino con la latitud y las variables climáticas vinculadas. Los países africanos producen las menores distribuciones sexuales -50,7% de varones-, y los europeos y asiáticos tienen las más altas, con 51,4%.
El efecto de la latitud, descubrió Navara, persiste a través de un amplio rango de variaciones en el estilo de vida y status socioeconómico.
Los seres humanos que viven en latitudes tropicales producen más niñas. Este sesgo en la distribución sexual de los nacimientos se conoce desde hace más de cien años y los científicos han encontrado una amplia variedad de factores biológicos, sociales y económicos correlacionados -como la guerra, la presión económica, la edad, la dieta, el aborto selectivo o infanticidio y otros- a los cuales atribuirlo. Pero dilucidar la contribución de cada una de las variables ha probado ser un ejercicio infinitamente complicado.
La latitud es un fenómeno natural, que no está afectado por factores culturales o económicos. Para analizarlo, Kristen J. Navara, de la Universidad de Georgia, utilizó la latitud de la capital de 202 países, la distribución sexual al nacer, las variaciones anuales de la longitud de las jornadas y la temperatura.
También estimó el status económico de cada país y calculó un índice de inestabilidad política.
Después, Navara hizo el análisis estadístico para descubrir qué variable afecta la distribución sexual. El informe acaba de aparecer en la revista Biology Letters .
Encontró que el número de varones no está relacionado con factores socioeconómicos y políticos, sino con la latitud y las variables climáticas vinculadas. Los países africanos producen las menores distribuciones sexuales -50,7% de varones-, y los europeos y asiáticos tienen las más altas, con 51,4%.
El efecto de la latitud, descubrió Navara, persiste a través de un amplio rango de variaciones en el estilo de vida y status socioeconómico.
lanacion.com
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