viernes, 27 de agosto de 2010

Científicos ingleses se oponen a Darwin

Una investigación científica pone en duda algunos postulados de la teoría de la evolución del célebre Charles Darwin. El estudio cuestiona, sobre todo, la idea de que fuese la competencia lo que hubiera impulsado la evolución de las especies.
Cuando en 1859 Darwin publicó “El origen de las especies”, obra que cimentó las bases de la Teoría de la Evolución, el naturalista inglés imaginó un mundo en el cual los organismos luchaban por la supremacía y en el que sólo los más fuertes sobrevivían. Pero este nuevo estudio identificó la disponibilidad del espacio para el desarrollo y el desenvolvimiento de la vida en ambientes que ofrecían más comida y menos chances de ser comidos por otros animales como el principal factor de evolución, en vez de la competición, tal como sostuvo Darwin .
La investigación fue publicada en la revista científica “Biology Letters”, y conducida por la estudiante de posgrado de la Universidad de Bristol, Inglaterra, Sarda Sahney, junto a otros colegas.
Ellos usaron fósiles para estudiar los patrones de evolución a lo largo de 400 millones de años. Se enfocaron solamente en animales terrestres (anfibios, reptiles, mamíferos y pájaros) y descubrieron que el volumen de biodiversidad tiene relación con el espacio disponible para que la vida de éstos se desenvuelva a lo largo del tiempo.
El concepto de espacio para la vida se refiere a las necesidades de cada organismo para sobrevivir.
Entre los factores están la disponibilidad de alimentos y un ámbito favorable para la procreación. Este nuevo estudio sugiere que los grandes cambios en la evolución de las especies suceden cuando los animales se mudan hacia áreas vacías de otros.
Por ejemplo, cuando los pájaros desarrollaron la habilidad de volar, abrieron una nueva frontera a los demás animales. Lo mismo con los mamíferos: tuvieron su chance de desarrollarse después de que los dinosaurios perdieron terreno; ahí se creó espacio para las vidas de los demás animales.
Esta es la idea que chocaría con el concepto darwinista que postula una intensa competición por recursos en ambientes poblados como la llave de la evolución. “Según explican Shaney y sus colegas de la Universidad de Bristol, los fósiles encontrados en cada era geológica explicarían la diversidad de un grupo particular. Cuando en nuestros días se habla de evolución por selección natural, en el ámbito de las ciencias biológicas, nadie duda de que las ideas que Darwin publicó en 1859 se fortalecieron a partir de toda la información que aportaron después los científicos”, explica Luis Cappozzo, del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Cappozzo, coautor de “Darwin 2.0, la Teoría de la Evolución en el Siglo XXI” (Marea Editores) entiende: “La escala del estudio recientemente publicado (eras geológicas y registro fósil, que siempre resulta insuficiente), en mi opinión no contradice la Teoría de la Evolución por selección natural, sino que ilumina con mayor intensidad una de las variables que genera la competencia: el espacio disponible para expandirse y diversificarse”.
Sin embargo, para el profesor Mike Benton, coautor del estudio, “la competición no desempeña un gran papel en los patrones generales de evolución”. “Por ejemplo, a pesar de que los mamíferos vivieron junto con los dinosaurios hace 60 millones de años, ellos no consiguieron vencer a los reptiles en la competencia. Pero cuando los dinosaurios se extinguieron, los mamíferos rápidamente ocuparon los nichos vacíos dejados por ellos y hoy son los que dominan la Tierra ”, le dijo a la cadena inglesa BBC.
Stephen Stearns, biólogo evolucionista de la Universidad de Yale (EE. UU.) cree que en el estudio de los científicos de Bristol “hay una interpretación problemática”. “Si los reptiles no eran competitivamente superiores a los mamíferos durante la Era Mesozoica, ¿entonces por qué los mamíferos se expandieron recién después de la extinción de los grandes reptiles?”, se pregunta ante AOL News y concluye: “En general, ¿cuál es el motivo de ocupar nuevas porciones de espacio ecológico si no es el de evitar la competencia con otras especies en el espacio ocupado?”.
Por eso Cappozzo advierte: “La posibilidad que Darwin estuviese equivocado en las ideas troncales de su teoría de la evolución por selección natural es remota”.





Lo que afirman investigadores de la Universidad de Bristol
Sarda Sahney, Michael Benton y Paul Ferry, de la Universidad de Bristol, estudiaron e identificaron como el principal factor de evolución la disponibilidad del espacio para el desarrollo y el desenvolvimiento de la vida en ambientes que ofrecían más comida y menos chances de ser comidos por otros animales. Usaron fósiles para estudiar los patrones de evolución a lo largo de 400 millones de años, y se enfocaron solamente en animales terrestres (anfibios, reptiles, mamíferos y pájaros).



Las ideas que cambiaron la historia

El naturalista inglés Charles Darwin sabía que su teoría iba a producir un gran cambio en la historia, y se cuidó bien de juntar evidencias antes de darla a conocer. Le contó algo a uno de sus mentores en 1844, pero recién publicó su trabajo sobre la selección natural como mecanismo de evolución en 1858. Postuló que los seres vivos descienden de formas anteriores, y despertó enemistad de muchos. Al principio, hubo personas del mismo ámbito científico que no aceptaban la teoría. Pero con el tiempo, y con más evidencias de fósiles y estudios genéticos, la teoría hoy está aceptada en comunidad científica. La evolución es un hecho para la ciencia. Aunque quedan posturas religiosas, por fuera de lo científico, que todavía no pueden aceptar que los seres humanos sean parientes lejanísimos de las bacterias.
clarin.com

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