martes, 24 de agosto de 2010

Así previene la cistitis el zumo de arándanos

Tras décadas de debate sobre sí el zumo de arándanos realmente es eficaz a la hora de prevenir y tratar las infecciones urinarias, científicos estadounidenses acaban de presentar un ensayo que desvela los mecanismos por los que esta fruta puede evitar las cistitis. Y lo han hecho en la última Reunión de la Sociedad Química Americana (ACS, sus siglas en inglés) que se está celebrando en Boston (EEUU).
Al parecer, la mayoría de los casos de infección urinaria está provocado por 'Escherichia coli', una bacteria que se encuentra en los intestinos. La orina ayuda a eliminar las bacterias de la vejiga; sin embargo, algunas veces, éstas se multiplican tan rápidamente que algunas permanecen en el citado órgano.
El nuevo ensayo, llevado a cabo por Terri Anne Camesano, del Instituto Politécnico Worcerster (EEUU) y su equipo, muestra que el jugo de arándanos funciona a nivel molecular. 'E. coli' es capaz de adherirse al tracto urinario y formar delgadas 'biocapas' que facilitan que la bacteria prospere en el organismo. El zumo, sin embargo, tiene la 'virtud' de evitar que la bacteria se adhiera a las células del tracto urinario y 'fabricar' el citado 'biofilm'.
De este modo, es más fácil que las bacterias sean expulsadas con la orina y se reduzca el riesgo de infección. De hecho, los autores comprobaron que las sustancias protectoras del zumo de arándanos eran capaces de recubrir el tracto urinario y prevenir la adhesión bacteriana sólo ocho horas después de su consumo, en un grupo de mujeres voluntarias con cistitis recurrente en las que se analizó la orina antes y después de la ingesta del zumo de arándano.
Javier Angulo, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), reconoce a ELMUNDO.es que "los datos del ensayo son interesantes porque establecen un posible mecanismo por el que el arándano puede resultar beneficioso: disminuir la adherencia bacteriana e impedir la formación de biopelículas. Es el primero que lo demuestra 'in vivo', puesto que compara las características de bacterias aisladas de personas que han tomado zumo con las de aquellas aisladas en personas que no lo han ingerido, dando así una idea de los efectos que consigue el arándano. No obstante, estos resultados no pueden aún extrapolarse a la clínica". La científica Camesano admite que "existe un amplio número de trabajos controlados que han sido bien diseñados y llevados a cabo con un cuidado exquisito que concluyen que el zumo de arándanos es realmente eficaz a la hora de prevenir las infecciones urinarias. Este hecho tiene importantes implicaciones, dado que la patología tiene una elevada incidencia y genera elevados costes".
Según la Asociación Española de Urología, las "infecciones urinarias, y más concretamente de las vías bajas no complicadas (cistitis), constituyen, después de las respiratorias, el segundo grupo más importante de infecciones extrahospitalarias y son una causa frecuente de consulta en Atención Primaria".


No 'autotratarse'
Pese a las nuevas evidencias, la investigadora principal muestra sus "reservas a que los afectados por este tipo de infecciones se 'autotraten' y les invita a que consulten con el médico ante la más mínima sospecha. Las infecciones del tracto urinario pueden progresar rápidamente y, de no tratarse con antibióticos, pueden causar una enfermedad grave, especialmente en niños, personas mayores o individuos con problemas crónicos de salud".
De la misma opinión se muestra el doctor Angulo, que insiste en que las "infecciones urinarias son un problema serio, pero ha sido tratado con mucho desdén. Es importante que las mujeres sepan que los tres mecanismos que actualmente han demostrado su efectividad para reducir las cistitis son favorecer el chorro urinario (con el aumento de ingesta de líquidos); mantener un PH de la orina ácido (algo que se logra con un zumo de naranja al día o el consumo de una lata de sardinas, por el conservante que lleva) y mantener el manto graso de la piel. Es decir, el uso excesivo de jabones es perjudicial para estas mujeres porque elimina las bacterias genitales normales de la vagina y provoca la colonización de aquellas que sí son perjudiciales".

elmundo.es

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