lunes, 14 de junio de 2010

Antitetánica, una deuda pendiente

A pesar de la disponibilidad de vacunas de eficacia comprobada y de la plena vigencia de los planes de vacunación implementados por los distintos países en las últimas décadas, el tétanos continúa provocando un millón de muertes por año en todo el mundo.
El tétanos no se transmite de persona a persona, sino que se contrae a partir de la introducción de una bacteria (Clostridium tetani) en cortes o heridas agudas, ya sean éstas de origen traumático o quirúrgico, pudiendo atacar a personas de todas las edades y revistiendo una grave amenaza para la vida del paciente.
Una vez que dicha bacteria, presente normalmente en el ambiente (en el suelo mismo, o en distintos objetos contaminados), logra situarse en un espacio carente de oxígeno, como es el interior de ciertas heridas profundas, comienza a reproducirse y a liberar toxinas que actúan sobre nuestro cuerpo bloqueando los neurotransmisores inhibitorios del sistema nervioso central, provocando así diversos síntomas relacionados básicamente como la aparición, en un grado variable y a veces progresivo, de rigidez muscular y de una serie de dolorosos espasmos que en un alto porcentaje de casos culminan con la muerte del paciente.
Pero no cualquier herida debe ser relacionada necesariamente con el tétanos. Las cortaduras con un cuchillo limpio, por ejemplo, o con un trozo de vidrio no suelen ser peligrosas, como así tampoco las quemaduras o raspaduras leves y superficiales, debido a que la superficie dañada queda en contacto con al aire. Por su parte, los cortes o heridas de cierta profundidad con objetos que hayan estado en contacto con el suelo, o que estén sucios, oxidados, etc., revisten un peligro potencial para la adquisición de la enfermedad.
El tétanos puede presentarse bajo distintas formas clínicas. La más común consiste en una contractura progresiva y generalizada de los músculos de la cara, tronco y extremidades, que puede llegar a imposibilitar la respiración del paciente de no contar con asistencia externa, a lo que se suma la aparición de espasmos con una frecuencia y una duración de varios minutos, y la adopción de una postura corporal arqueada característica. Una forma por lo general más leve, aunque poco frecuente, afecta únicamente al grupo muscular localizado en la zona lesionada, produciendo allí espasmos repetidos y punzantes.
Otra forma de la enfermedad es el tétanos neonatal, que afecta a niños de entre 3 y 14 días de vida, produciendo problemas musculares y serias complicaciones respiratorias, con una elevada mortalidad asociada. Su incidencia es mucho mayor en los países subdesarrollados y su causa suele residir en la coincidencia fatal de dos factores: la falta de vacunación por parte de la madre, ya que la inmunidad provista por la vacuna se transmite durante el embarazo de la madre al feto, y la utilización de material quirúrgico no esterilizado.
Afortunadamente, el tétanos puede prevenirse de un modo efectivo a través de la vacunación. Para ello, en nuestro país es necesario seguir paso a paso el Calendario Nacional de Vacunación (teniendo en cuenta que la vacuna antitetánica no se administra, de forma oficial, en forma aislada, sino incluida dentro de la vacuna Cuádruple, de la Triple Bacteriana o de la Doble), el cual se organiza del siguiente modo:
1) Aplicación de la Vacuna Cuádruple a los 2, 4 y 6 meses de vida, con un refuerzo a los 12 meses de administrada la última dosis.
2) Aplicación de la vacuna Triple bacteriana (DPT) en el ingreso escolar, hasta los 6 años inclusive. De aplicarse luego de cumplidos los 7 años debe utilizarse la vacuna Doble (DT).
3) Aplicación de un refuerzo de la Doble a los 16 años, en ocasión de la tramitación del Documento Nacional de Identidad (junto con un refuerzo de la BCG).
4) Aplicación, ya en la edad adulta, de un refuerzo de la Doble (DT) cada diez años, siendo éste el tiempo de inmunidad suministrado luego de su última aplicación.
5) Las mujeres embarazadas deben vacunarse con la Doble a partir del quinto mes de embarazo, o antes, si la situación epidemiológica así lo indicara.
Por su parte, aquellas personas que presenten un esquema incompleto de inmunización antitetánica, que hayan completado su esquema de inmunización hace más de 5/10 años o que desconozcan su estado inmunitario, en caso de sufrir una herida cortante o punzante, una intervención quirúrgica, una quemadura o un parto, deberán realizar una consulta al médico para que éste considere la posibilidad de administrar gammaglobulina antitetánica en forma rápida, brindando así al paciente defensas para evitar que contraiga la enfermedad y, en forma conjunta con la gammaglobulina, aplicar la vacuna antitetánica en su esquema completo de 3 dosis.
Juan Manuel Ríos
lanacion.com

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