miércoles, 23 de junio de 2010

Rellenos faciales

Actualmente, existen más de 50 rellenos disponibles en el país. Se los agrupa en reabsorbibles y no reabsorbibles. También se puede hablar de rellenos de corta, media o larga duración.
Los reabsorbibles son los que desaparecen luego de cierto período de tiempo. Dado que el envejecimiento es un proceso dinámico, siempre es preferible un relleno reabsorbibles (de menor o mayor duración) que uno definitivo, dado que muchas veces éstos últimos permanecen indelebles mientras el resto de la cara se va modificando.
Entre los que se reabsorben existen tres tipos de productos: el colágeno, el ácido hialurónico y la hidroxiapatita. Entre los definitivos, sobresalen las siliconas, el metacrilato y algunos derivados de la poliacrilamida.
Uno por uno
Fabricado biotecnológicamente, el colágeno humano es un excelente relleno. La posibilidad de reacciones alérgicas es prácticamente despreciable. Es de primera elección a no ser por su escasa durabilidad ya que permite rellenar claramente los surcos, aún los más finos. Su principal uso es para las arrugas ubicadas alrededor de la boca y el delineamiento de labios. Sin embargo, es rápidamente destruido por las colagenasas, enzimas de la piel que lo fragmentan hasta degradarlo. Por lo tanto, su duración aproximada es de 3 a 4 meses.
El ácido hialurónico es, por lejos, el más empleado en el mundo. Es de gran utilidad para prácticamente cualquier tipo de arruga, surco o pérdida de volumen en la cara.
Pertenece al grupo de los denominados mucopolisacáridos, sustancias de gran distribución en el organismo. Existen en la piel, en los cartílagos, en las estructuras óseas y en el líquido sinovial. Inicialmente, se obtenía a partir de la cresta de gallo. Hoy, en cambio, es de origen biotecnológico ultrapurificado y posee un alto grado de entrecruzamiento en su estructura que le permite durar hasta un año.
Si se opta por un relleno de alta duración, sobresalen los biopolímeros (siliconas), el metacrilato y otros derivados sintéticos.
Las opiniones sobre el uso de siliconas en humanos han sido y continúan siendo controvertidas. Si bien los beneficios pueden ser grandes, puede haber complicaciones.
Hay que tener en cuenta que un labio rellenado con silicona mantendrá su aspecto quizás por más de una década. Por lo tanto, hay que estar muy seguro de la elección dado que no habrá posibilidades de arrepentimiento si el resultado no es de nuestro agrado.
La experiencia indica que no se deben inyectar biopolímeros si no se está en manos muy experimentadas. El procedimiento se realiza gradualmente, es decir, con muy poca cantidad y en varias sesiones.
En cuanto al metacrilato o poli metil metacrilato (PMMA) es bueno para el relleno de surcos importantes y para la bioplastía. A diferencia de la silicona, no cambia de posición.
La bioplastía se basa en el uso de PMMA aplicado muy en profundidad. El envejecimiento facial también lleva a una reducción del volumen en la zona de la mejilla y los pómulos. Muchas veces recién se observan sus beneficios cuando se rellena esta área. Por otra parte, la técnica ha resultado de utilidad para mejorar el mentón, suavizar la zona del maxilar inferior -lo que llamamos el óvalo de la cara- o para rectificar la nariz.
En cuanto a los geles de poliacrilamida para rellenos indelebles, suelen ser muy costosos y con pocos beneficios adicionales sobre la silicona.
Dr. Sergio Escobar, Médico Dermatólogo, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, autor del libro Rejuvenecer sin cirugía.

entremujeres.com

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