Sebastián A. Ríos
LA NACION
Los avances en el tratamiento de la infección por VIH ocurridos a partir de la introducción de las terapias antirretrovirales de alta eficacia -los "cócteles" antivirales- han convertido a ésta en una enfermedad crónica. Sin embargo, el control obtenido sobre la replicación del virus no es suficiente para que éste no siga ocasionando daños al organismo.
Escondido dentro del sistema nervioso del paciente, el virus del sida escapa de los medicamentos antivirales y da lugar a un proceso inflamatorio que lesiona el cerebro, y que aumenta el riesgo de desarrollar afecciones neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
"En un estudio que realizamos recientemente en mi universidad encontramos que después de los 50 años de edad las personas con VIH tienen una probabilidad de desarrollar Alzheimer 3 o 4 veces mayor que la población general; y en el caso de la enfermedad de Parkinson, es de 4 a 5 veces mayor", dijo a LA NACION el doctor Eliezer Masliah, director del Laboratorio de Neuropatología Experimental de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos.
De visita en la Argentina para participar del Primer Encuentro Latinoamericano del Grupo de Investigación de Demencia de la Federación Mundial de Neurología, Masliah presentó avances en el conocimiento del impacto de la infección por VIH sobre el sistema nervioso de las personas que conviven con el virus.
"Cuando el VIH entra en el sistema nervioso, se aloja dentro de unas células del sistema inmunológico llamadas fagocitos. Estas producen factores inflamatorios y partículas virales que son los que indirectamente dañan a las neuronas -explicó Masliah-. Pero contrariamente a lo que se pensaba antes, los efectos cognitivos no aparecen tardíamente, sino muy temprano en el desarrollo de la infección."
Los avances en el tratamiento de la infección por VIH ocurridos a partir de la introducción de las terapias antirretrovirales de alta eficacia -los "cócteles" antivirales- han convertido a ésta en una enfermedad crónica. Sin embargo, el control obtenido sobre la replicación del virus no es suficiente para que éste no siga ocasionando daños al organismo.
Escondido dentro del sistema nervioso del paciente, el virus del sida escapa de los medicamentos antivirales y da lugar a un proceso inflamatorio que lesiona el cerebro, y que aumenta el riesgo de desarrollar afecciones neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
"En un estudio que realizamos recientemente en mi universidad encontramos que después de los 50 años de edad las personas con VIH tienen una probabilidad de desarrollar Alzheimer 3 o 4 veces mayor que la población general; y en el caso de la enfermedad de Parkinson, es de 4 a 5 veces mayor", dijo a LA NACION el doctor Eliezer Masliah, director del Laboratorio de Neuropatología Experimental de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos.
De visita en la Argentina para participar del Primer Encuentro Latinoamericano del Grupo de Investigación de Demencia de la Federación Mundial de Neurología, Masliah presentó avances en el conocimiento del impacto de la infección por VIH sobre el sistema nervioso de las personas que conviven con el virus.
"Cuando el VIH entra en el sistema nervioso, se aloja dentro de unas células del sistema inmunológico llamadas fagocitos. Estas producen factores inflamatorios y partículas virales que son los que indirectamente dañan a las neuronas -explicó Masliah-. Pero contrariamente a lo que se pensaba antes, los efectos cognitivos no aparecen tardíamente, sino muy temprano en el desarrollo de la infección."
Atrincherado en el cerebro
Problemas de memoria o motores leves son los primeros síntomas cognitivos de la infección por VIH. Pero su cronificación va dejando huellas más profundas en el sistema nervioso.
"Allí, el virus queda aislado de los efectos de los antivirales, y ocasiona una cadena de reacciones inflamatorias y de daño celular, que eventualmente se pueden convertir en enfermedades como Alzheimer o Parkinson. Cuando uno analiza el cerebro de estos pacientes se encuentran cambios muy parecidos a los de estas enfermedades."
En los últimos años, los investigadores han comenzado a probar el uso de drogas neuroprotectoras en los pacientes con VIH.
"Lo que se ha empezado a usar son drogas que se utilizan en Alzheimer o Parkinson, como el litio o la memantina; hay algunos otros medicamentos neuroprotectores que se están empezando a utilizar, que son factores neurotróficos que tenderían a disminuir el avance del deterioro cognitivo. Pero por ahora no hay ningún tratamiento definido más allá de la medicación antirretroviral", concluyó Masliah.
Problemas de memoria o motores leves son los primeros síntomas cognitivos de la infección por VIH. Pero su cronificación va dejando huellas más profundas en el sistema nervioso.
"Allí, el virus queda aislado de los efectos de los antivirales, y ocasiona una cadena de reacciones inflamatorias y de daño celular, que eventualmente se pueden convertir en enfermedades como Alzheimer o Parkinson. Cuando uno analiza el cerebro de estos pacientes se encuentran cambios muy parecidos a los de estas enfermedades."
En los últimos años, los investigadores han comenzado a probar el uso de drogas neuroprotectoras en los pacientes con VIH.
"Lo que se ha empezado a usar son drogas que se utilizan en Alzheimer o Parkinson, como el litio o la memantina; hay algunos otros medicamentos neuroprotectores que se están empezando a utilizar, que son factores neurotróficos que tenderían a disminuir el avance del deterioro cognitivo. Pero por ahora no hay ningún tratamiento definido más allá de la medicación antirretroviral", concluyó Masliah.
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