viernes, 19 de junio de 2009

Cuanto más viejos se duerme mejor


El sueño no es nada más que un segmento de tiempo ideado para recuperar energía para el día siguiente. Las pruebas científicas dan cuenta, cada vez más, de que la vida y el sueño están estrechamente ligados. Según investigaciones presentadas en Seattle durante la reunión anual de Associated Professional Sleep Societies, el tema del dinero, de la situación laboral, de las relaciones afectivas y de los hobbies afecta el sueño. Y la falta de descanso afecta a su vez nuestra salud, nuestras relaciones y la toma de decisiones.

Uno de los datos que más sorprendió es que el peor sueño lo tenían los hombres y mujeres de entre 18 y 24 años. "El tema de la edad es fascinante" según Grandner. "Por lo general, se cree que a medida que envejecemos tenemos más problemas para conciliar el sueño. Lo que descubrimos es exactamente lo contrario."

"El sueño está relacionado con todo", asegura Michael Grandner, un médico especialista de la Universidad de Pensilvania.

Grandner presentó la situación de 159 mil personas que participaron de un sondeo del gobierno norteamericano. En general, una de cada cinco personas dijo tener problemas para dormir siete de las catorce noches analizadas. Grandner descubrió pocas diferencias entre los distintos grupos raciales y étnicos, con excepción de los asiáticos, que mostraron menos problemas. La gente de nivel socioeconómico más bajo -las mujeres en especial- demostró tener más problemas. Al igual que los divorciados y separados, hombres especialmente. Los varones que dijeron ser cabeza de familia eran los que tenían más problemas, al igual que los desocupados.

Los tratamientos para el insomnio incluyen medicación y cambios en el estilo de vida, pero ninguno de los dos resultan para algunas personas. Ahora se están realizando investigaciones en EE.UU. con un tratamiento que se abstiene del uso de drogas. El insomnio parece ser causado por una actividad metabólica excesiva en la corteza frontal del cerebro. Y, según investigadores de la Universidad de Columbia, cuando los padres mandan a dormir temprano a sus hijos adolescentes los estarían ayudando a reducir el riesgo de sufrir depresión o pensamientos suicidas.

TRADUCCION: SILVIA S. SIMONETTI

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