miércoles, 24 de junio de 2009

El tamaño del "micropene" desvela a los españoles


Para alborozo de los varones españoles, dos pildoritas solucionan ahora los problemas de erección y también los de eyaculación precoz, un anuncio flamante en el Congreso de Urología. Pero, las consultas de los especialistas también están desbordadas por muchos avergonzados por el tamaño de su pene, una perturbación psicológica conocida como "síndrome del vestuario".
En el centro de los temores masculinos sobre su talla aparece el terror a haber nacido sin suerte y portar el llamado "micropene", un tema que florece estos días en algunos medios y, especialmente, en Internet.
El debate:
¿Cuánto mide un "micropene"?
¿Hay que mensurarlos en reposo o embravecido?
¿Qué efectos produce sobre la pareja sexual?
En alguna columna sobre sexo, incluso se prodigan consejos a la mujer que se encuentra ante uno de los desprestigiados miembros en versión reducida. "Reaccione con la comprensión que debe tener, por ejemplo, un hombre ante una mujer con senos pequeños", reza una de las advertencias.
Rafael Prieto es responsable de medicina sexual y reproductiva del Hospital Universitario Reina Sofía es también vicepresidente de la Asociación Española de Andrología y un científico de prestigio. Cada año un centenar de jóvenes de entre 18 y 30 años lo consultan presentando el conocido como "síndrome del vestuario".
En el gimnasio o después del fútbol, ya en la ducha o en los pasillos, algunos de los futuros pacientes se angustian comparando lo suyo con el de sus compañeros. Llegan a la conclusión que es demasiado pequeño.
En una entrevista a la agencia EFE, el doctor Prieto explica que "la anomalía descrita como "micropene", se da en aquellos casos en los que el pene en erección no supera los siete centímetros".
"En general la percepción que tiene el joven que se acerca a la consulta no obedece sino a apreciaciones personales", añade. La media nacional del tamaño del miembro viril en España es de unos 12 o 13 centímetros de longitud. El doctor Prieto recordó que para la mujer y las relaciones sexuales no es tan importante el tamaño como el grosor.
Los temores al micropene incluso están presentes en una famosa anécdota literaria de dos grandes nombres de literatura norteamericana, que se ha relatado y debatido infinitamente. Scott Fitzgerald se citó con "Papa" Hemingway en el café Michaud y le pidió "la más absoluta verdad" sobre un problema que lo acosaba. Su mujer Zelda, una belleza sureña que se ha transformado también en un personaje famoso, insistía en que tenía el pene demasiado pequeño.
Hemingway, que detestaba a Zelda y la acusaba de sabotear a Scott, se dirige al baño del café donde Scott le presenta su problema en carne viva. "Estás perfectamente bien. Lo que pasa es que te mirás desde arriba y te parece demasiado corto". El santo remedio: ir al Louvre, observar las estatuas y después contemplarse en el espejo de perfil. Como Scott mantenía sus dudas -Zelda era terrible- Hemingway se lo lleva del brazo al Louvre y ante su pesimismo le recomienda utilizar una almohada para ganar terreno y "algunas otras cosas que le iban a ser útil conocer". Quizás lo mejor ante cualquier miedo de esta especie es conjurarlo con el grito de los catalanes: "Salut y forza al canut". (Traducción innecesaria).
clarin.com

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