viernes, 10 de abril de 2009

Chimpancés: la comida los conduce al sexo


El camino hacia el corazón de una chimpancé pasa por su estómago, según los resultados de un estudio alemán que acaba de publicarse y concluye que las hembras se muestran más predispuestas a acoplarse si se les ofrece carne.
Tras haber observado durante cerca de dos años a un grupo de chimpancés en el parque nacional de Taï, en Costa de Marfil, los autores de este estudio, testigos de 262 acoplamientos en ese período, llegaron a la conclusión de que "las hembras chimpancés salvajes copulan con más frecuencia con machos que [...] comparten su carne con ellas", afirma la agencia AFP.
"Estos resultados sugieren que las chimpancés salvajes intercambian carne por sexo, y lo hacen a largo plazo", explicó Cristina Gomes, autora del estudio e investigadora del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig.
Los científicos habían observado desde hacía tiempo que estos primates gregarios compartían a menudo la carne, incluso con hembras que no habían participado en la caza, pero no entendían por qué lo hacían. Este nuevo estudio muestra que los machos que comparten sus presas duplican sus posibilidades de acoplarse, según Gomes.
El otro autor del estudio, el biólogo franco-suizo Christophe Boesch, afirmó que los resultados hallados tendrán "influencia sobre nuestro conocimiento de las relaciones entre los hombres y las mujeres".
De monos y cazadores
La problemática "sexo por comida" podría, así, dar el salto de la zoología al de la antropología: los científicos han establecido hace tiempo que, en las sociedades primitivas que viven de la caza y la cosecha, los cazadores más productivos tienen más esposas y, por lo tanto, más hijos, pero nunca se ha establecido una relación entre ambos hechos.
Sin embargo, dijo la doctora Gomes: "No se trata de «te doy carne y dentro de unas horas vas a copular conmigo»". Para los investigadores, éstas son relaciones más sutiles y de intercambios de largo plazo, informa la revista New Scientist .
Gomes pasó 3000 horas siguiendo a chimpancés individuales desde la madrugada al atardecer, y anotando quién le daba carne a quién, y quién copulaba con quién. Después de analizar todos esos datos, ella y Boesch encontraron evidencias claras de que habían intercambios de carne por sexo. En promedio, los machos que compartían la carne con una hembra específica tenían el doble de probabilidades de aparearse con ella.
Si una hembra estaban en celo o no cuando recibía la carne, no parecía hacer ninguna diferencia. Incluso si los intercambios de carne por sexo no son la regla en todas las comunidades de chimpancés, estos ayudan a entender por qué, en algunas culturas humanas, los mejores cazadores son los que tienen más hijos, dice Gomes.
lanacion.com

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