El peligro de utilizar un celular mientras se conduce puede ser mucho
más grave que manejar alcoholizado. Aunque lo parezca, no es una
exageración. Así lo demostró un estudio realizado en el Reino Unido que
determinó que la distracción que genera un celular es peor que los
efectos que provoca manejar con el límite permitido de alcohol en
sangre. El estudio forma parte de un informe que el año pasado difundió
la Organización Mundial de la Salud (OMS), denominado “Teléfonos
Móviles, un problema creciente en la distracción de los conductores”.
Es
que el uso del celular al volante es un problema mundial y el nivel de
preocupación llegó tan alto que la OMS difundió este informe para
alertar sobre los peligros de hablar mientras se maneja un auto. En todo
el mundo, cada año mueren 1,3 millones de personas en accidentes de
tránsito. Y hablar por teléfono es la principal causa de distracción al
volante. Mucho más grave que leer los carteles de publicidad, tomar mate
o encender la radio.
El informe de la OMS incluye una serie de
estudios realizados en todo el mundo. Uno de ellos es el que llevaron
adelante investigadores del Reino Unido. Aunque aclara que a diferencia
del alcohol, el uso del celular tiene un efecto limitado a la duración
de la llamada, los investigadores concluyeron que “las alteraciones en
el comportamiento del conductor producidas por el uso del teléfono
celular son tan profundas como las ligadas a la conducción bajo los
efectos del alcohol”.
Para la OMS, “distraerse” no es una cuestión
menor. Implica que el conductor tendrá que dividir su atención entre
una “tarea principal”, conducir, y una “secundaria”, hablar por
teléfono. Así, una persona que maneja a 130 kilómetros por hora y
realiza una llamada telefónica de apenas un minuto, habrá circulado más
de 2,1 kilómetros sin estar totalmente concentrado en lo que estaba
haciendo.
Pero si hablar ya resulta peligroso, mucho peor es
enviar mensajes de texto. La OMS señala que “el tiempo que los
conductores desviaban la mirada de la carretera aumentó en un 400 por
ciento cuando recuperaban o enviaban mensajes de texto”. Pero además, el
28 por ciento de los conductores invadieron el carril contrario o
realizaron cambios incorrectos en el 140 por ciento de los casos.
Otro
estudio de simulación, también en el Reino Unido, mostró que los
conductores de entre 17 y 24 años eran quienes más utilizaban el celular
para enviar o leer sms. Entre ellos, se detectó que la mayoría sufría
una “reducción en su capacidad para mantenerse en el carril adecuado y
para mantener la distancia de seguridad con el siguiente vehículo”,
además de un aumento en el tiempo de reacción. “Concretamente, se halló
que el envío de mensajes de texto provocaba un incremento del tiempo de
reacción de un 35 por ciento”, agregaba el estudio.
Entre los
distintos efectos que el celular provoca al conducir, la OMS señala que
se necesita más tiempo para reaccionar y detectar situaciones
inesperadas, dificultad para mantener una velocidad apropiada, reducción
del campo de visión de los laterales y menor distancia con los otros
vehículos.
clarin.com
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