Enfocadas hacia las minorías como un refugio para la
libre práctica de la fe, las iglesias "inclusivas" - que apuntan
principalmente hacia una feligresía gay- crecen a un ritmo acelerado en
Brasil, a pesar de la oposición de las alas religiosas más
conservadoras.
En Brasil, existen unas diez congregaciones
diferentes de iglesias que abren sus puertas para recibir a feligreses
homosexuales, con más de cuarenta misiones y delegaciones dispersas por
el país.
Concentradas, principalmente, en el
eje Rio de Janeiro-Sao Paulo, con unos 10.000 fieles, abarcan el 0.005%
de la población brasileña.
La mayoría de los miembros (70%) está compuesta por hombres, incluyendo solteros y parejas, de diferentes niveles sociales.
La cifra todavía es baja comparada con la
cantidad de católicos y evangélicos, las dos religiones principales del
país que, en 2009, representaban al 68,4 y al 20,2% de la población
brasileña, respectivamente, según un estudio publicado por la Fundación
Getulio Vargas (FGV) en Río de Janeiro.
El crecimiento de las iglesias inclusivas ganó
en impulso con el surgimiento de políticas de combate a la
discriminación de la homosexualidad, al tiempo que también disminuía el
prejuicio, según los especialistas.
De acuerdo con el Instituto de Geografía Estadística de Brasil (IGBE) hay 60.000 parejas homosexuales en Brasil.
Para algunos grupos de activistas, el número de homosexuaes se estima entre 6 y 10 millones de personas.
Según la investigadora Fátima Weiss, de la
Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), que estudia el sector
desde 2008, hace diez años, había una sola iglesia inclusiva con sede
fija en Brasil.
"Con un discurso que pregona la tolerancia,
estas iglesias permiten la manifestación de la fe tradicional cristiana
con independencia de la orientación sexual", le dijo Weiss a BBC Brasil.
El crecimiento de feligreses de estas iglesias
-abiertas a los fieles de cualquier orientación sexual- fue en paralelo a
formación de congregaciones independientes.
Si diez años atrás había menos de 500 fieles,
hoy ya son casi 10.000. Y los fundadores de estas iglesias esperan que
el número se duplique en los próximos cinco años.
Resistencia
Las iglesias inclusivas todavía enfrentan una fuerte resistencia de las comunidades católica y evangélicas.
Aunque la mayor parte de ellas siga la tridición
cristiana, pregonando incluso el celibato antes del casamiento y la
monogamia, todavía no han conquistado el reconocimiento de ninguno de
los dos grupos.
En este sentido, en las iglesias tradicionales, a menudo, los homosexuales son obligados a esconder su orientación sexual.
Una vez descubiertos, acaban siendo expulsados
o, eventualmente, o son sometidos a tratamientos de "conversión" para
que se vuelvan heterosexuales.
"De acuerdo con la Biblia, la homosexualidad es
pecado. En la Iglesia Evangélica sólo se acepta al homosexual que desee
convertirse y, para eso, debe transformarse en heterosexual. Es una
regla de Dios", le dijo a la BBC Silas Malafaia, fundador de una de las
principales iglesias evangélicas, Asamblea de Dios-Victoria en Cristo.
"Tengo varios casos de exhomosexuales en mi
iglesia. Se trata de un desvío del comportamiento: después de todo, los
homosexuales tienen la misma composición cromosómica que nosotros, los
heterosexuales", dice.
"Por lo tanto, depende de ellos cambiar su opción sexual para ser aceptados en nuestra comunidad", dijo.
Tras su expulsión de la iglesia, Lanna Holder creó una nueva congregación (Foto: archivo personal).
La pernambucana Lanna Holder, de 37 años, creía
poder "curar" la atracción que sentía por mujeres que, según ella, venía
"desde la infancia".
Adicta a las drogas y alcohólica, Lanna ingresó a
una iglesia evangélica a los 21 años y empezó a predicar por el
interior de Brasil.
"Mientras todas las niñas jugaban a las muñecas, yo llevaba volantines y jugaba al fútbol", dice.
Lana se transformó en una de las principales
predicadoras de la iglesia de la Asambles de Dios, la más importante de
la rama pentecostal en Brasil.
Se casó a los 24 años y, dos años después, tuvo un hijo.
Sin embargo, durante un viaje a Estados Unidos,
en 2002, conoció a otra predicadora, Rosania Rocha, una brasileña que
cantaba en el coro de una filial de la iglesia, en Boston.
Un año después, establecieron una relación amorosa clandestina y acabaron siendo expulsadas de la comunidad.
Origen
De vuelta en Brasil, en 2007, Lanna tuvo la idea
de crear una iglesia enfocada predominantemente hacia la gente
homosexual que, como ella, no tenía acogida en otra vertiente religiosa.
Así, montó la "Comunidad C¡udad Refugio", en el centro de Sao Paulo.
De reuniones pequeñas, con apenas quince
personas, la iglesia pasó a contar, en la actualidad, con 300 fieles y
planea abrir una filial en Londrina, en el Paraná, antes de fin de año.
El embrión de las iglesias inclusivas comenzó a surgir en Brasil en la década de los 90, en pequeñas reuniones clandestinas.
En Estados Unidos existen por lo menos desde
hace cuatro décadas, con la práctica de lo que se denomina "teología
inclusiva", con un discurso abierto a la diversidad.
Una de las pioneras fue la iglesia de la
Comunidad Metropolitana (o Metropolitan Church) la primera en tener sede
propia en Brasil, en 2002.
bbc.co.uk
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