Modernos, aggiornados , activos e
independientes. Así son las nuevas formas de "abuelidad" en estos
tiempos. Se trata de personas mayores que ejercen su rol con alegría,
pero sin ataduras. Que privilegian su tiempo libre por sobre sus
obligaciones. Que su vida no gira en torno de sus nietos, sino en
paralelo. Y lo más importante: se animan a decir "no" ante un pedido
para cuidar a los pequeños si es que se superpone con alguna de sus
múltiples actividades.
Ketty Appel tiene 74 años y cinco nietos. La más chica
tiene nueve años. Se ven los fines de semana, ya que sus agendas están
muy apretadas. "Ya no existe más la abuela que no tiene nada que hacer.
Tengo varias actividades en la semana. Hoy la abuela está tan activa
como los nietos. Me encanta estar con mi nieta, los sábados nos vemos y
charlamos. Pero en la semana no puedo, tengo cosas que hacer", explica, y
agrega, pícara: "La esclavitud se abolió hace mucho tiempo".
Ketty, casi sin proponérselo, hace referencia al
síndrome del "abuelo esclavo", un concepto acuñado por la
psicogerontología que se difundió a partir de la multiplicación de
personas mayores que ejercen su rol parental full time y no
tienen tiempo ni para ir al médico porque deben cuidar de los pequeños
mientras sus padres trabajan y también cuando salen. La "abuelidad",
entonces, se transforma en una obligación y no en un placer.
En el caso de Tita Rojas, abuela de una adolescente de
13 años y un varón de siete, el trato con su hija es claro: "Ella sabe
que estoy disponible los lunes y miércoles y le pido, por favor, que los
viernes no me los toquen porque son míos. Además, yo trabajo, soy
instructora de yoga y no quiero que me roben mis espacios".
Irma De Vicenzi fue una "abuela esclava" que disfrutó
de cada momento que pasó con sus nietas. "A la más grande, que tiene 13
años, me la dieron a los tres meses con una mamadera con leche de la
mamá. Me levantaba todos los días a las seis de la mañana para ir a
cuidarla y después hice lo mismo con su hermana. Eran muchas horas.
Ahora estoy libre de ellas, las tengo los fines de semana y vacaciones.
En su momento lo disfruté, pero ahora también disfruto de mi tiempo
libre. Ya no lo haría."
Luz García Calvo es una "abuela de las de antes", pero aggiornada
a los tiempos que corren. Con Jerónimo, de diez años, y José de seis,
comparte muchas actividades. Para ella, la PlayStation y la Wii no
tienen secretos, aunque asegura que está lejos de poder ganarles alguna
partida en la consola. "Yo juego con la Wii y la Play. No fue difícil
aprender, lo que pasa es que ellos casi siempre me ganan en todo."
Luz reconoce que hoy muchos abuelos tienen más vida
social y menos tiempo para los chicos. Pero no es su caso: "Para mí
ellos son mi prioridad. Los veo todos los días y el más grande viene
tres veces a almorzar a casa. Mi vida social más que nada pasa por
ellos, y lo más importante en este momento es compartir con ellos lo más
posible. Después van a crecer y va a ser más difícil".
Conflictos privados
Según la directora de la Licenciatura en Gerontología y
de la Especialización en Psicogerontología de la Universidad
Maimónides, Graciela Zarebski, "en el abuelo esclavo el único proyecto
es estar al servicio de tapar baches, de sostener la vida de los demás:
cuidar a los nietos y atender la casa. Hoy la vida de los hijos es muy
complicada y surge la salvación de los abuelos. Eso tiene que ser una
ayuda, no una imposición".
Esta "liberación" puede generar algún que otro enojo
por parte de los hijos que piden colaboración para cuidar a los niños.
Pero a pesar de las presiones, para Zarebski los abuelos hoy se animan a
decir "no".
"Hoy la tendencia es una «abuelidad» más libre. Las
expectativas sociales con respecto al comportamiento social adecuado a
cada edad han cambiado, así como el rol de la mujer. Los adultos mayores
no ejercen sólo como abuelos, sino que viajan, estudian, trabajan y
disfrutan."
Para la licenciada en Gerontología Graciela Spinelli,
coordinadora del Taller de Humor de la Universidad Maimónides, los
adultos mayores hoy eligen no estar esclavizados en su rol de abuelos.
"Para ellos los nietos son parte importante de su vida, pero no ocupan
la totalidad de sus horas. Quieren tener también tiempo para ellos. Son
abuelos que marcan su territorio. Ellos mismos plantean que no quieren
tener la responsabilidad absoluta de cuidar a sus nietos, no sólo para
tener tiempo libre, sino para no sufrir después cuando los nietos
crecen", contó Spinelli.
Los abuelos suelen ser muy requeridos en los primeros
años de vida. Pero después, muchos se quejan de que son olvidados por
sus nietos. "Mientras son chiquitos, está todo bien. Después pasamos a
ser segundo, tercer y cuarto plan", opinó Ethel Benzaquen que tiene
nietos grandes y uno pequeño de dos años.
Por eso, para Tita, es fundamental encontrar otros
espacios. "A mi nieta la cuidé desde muy pequeña. Cuando empezó a tener
sus actividades, dejé de tener ese contacto diario y fue muy duro. Por
eso debemos encontrar nuestros espacios. A mis nietos los disfruto, pero
sé que hay un momento en que se van."
Por eso, Zarebski propicia que el adulto vaya armado
una "reserva humana". "Esto implica desarrollar una vida social rica,
diversificar, generar nuevos vínculos, redes sociales y proyectos. Para
la persona que envejece, el vínculo con los nietos es muy enriquecedor,
pero no debe ser lo único porque se vuelve dependiente de su familia y
la familia de él. Y esto no es bueno para nadie."
El mismo rol, pero distinto
sta hace no mucho tiempo, ser abuelo implicaba
ingresar en una etapa cargada de prejuicios ligados a la debilidad, la
pasividad y la dependencia. Si bien muchos de estos estigmas asociados a
la vejez siguen vigentes, en la actualidad también existen nuevas
formas de vivir el rol de abuelos y de transitar las distintas etapas
vitales.
Lejos de la imagen del abuelo sentado en la plaza dando
de comer a las palomas, siempre disponible y con tiempo de sobra, hoy
los "nuevos abuelos" llevan vidas tanto o más activas que cuando fueron
padres. Ocupados e hiperactivos, muchas veces no solamente continúan
trabajando a tiempo completo, sino que además exploran nuevos intereses y
hobbies, aprenden idiomas, cocina, computación y realizan viajes y
"escapadas" turísticas, entre otras múltiples actividades.
Pero este estilo de vida activo y estas nuevas
posibilidades de realización pueden entrar en conflicto con las demandas
que hijos y nietos tienen sobre el tiempo y la disponibilidad de los
abuelos. Dado que el ser abuelos sigue teniendo un alto protagonismo
afectivo en la vida de las nuevas generaciones que comienzan a ejercer
este rol, la búsqueda de usar su tiempo con eficiencia y encontrar
nuevas formas de encuentro y acompañamiento con hijos y nietos se
transforma en una meta para los "nuevos abuelos".
En las investigaciones que realizamos en este segmento,
encontramos que los "nuevos abuelos" ponen en práctica distintas
estrategias para seguir conectados con sus nietos de un modo más
compatible con sus estilos de vida activo, tales como almorzar con ellos
durante la semana para aprovechar un corte en la jornada laboral,
asistir juntos a eventos culturales y recreativos, ayudarlos a estudiar,
planificar viajes en conjunto para compartir momentos inolvidables en
familia, e incluso el uso de la tecnología y las redes sociales como
forma de mantener un contacto más frecuente.
A medida que se reconfiguran las expectativas sociales
asociadas a los distintos roles dentro del ciclo vital, estos "nuevos
abuelos" nos hablan del deseo de vivir activamente y con plenitud todas
las etapas vitales, respondiendo a las demandas de una vida cada vez más
activa, pero sin abandonar los "deberes" y delicias de un rol que
continua siendo muy importante en sus vidas, aunque hoy involucre nuevas
prácticas para llevarlo adelante.
lanacion.com
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