La autoagresión no es 'patrimonio' exclusivo de los jóvenes. Pese a
que esta conducta suele comenzar en la adolescencia, ahora un estudio
británico pone de manifiesto la incidencia de este problema en las
personas adultas y cómo dispara su riesgo de suicidio.
El trabajo, dirigido por Elizabeth Murphy, de la Universidad de
Manchester, forma parte del Proyecto para la Vigilancia de las
Autolesiones, que analiza de forma prospectiva los casos que se
presentan en Urgencias en seis hospitales generales de Oxford,
Manchester y Derby.
Publicado en el último 'The British Journal of Psychiatric' ,
el estudio ha sido llevado a cabo con 1.177 hombres y mujeres de 60
años o más que acudieron a urgencias tras haberse autoagredido.
"La autolesión es el principal factor de riesgo para el suicidio, y
esta probabilidad aumenta con la edad. Los adultos mayores tienen tan un
alta de suicidios en muchos países desarrollados... A pesar del elevado
riesgo de suicidio en los que se autoagreden hay pocos trabajos que han
examinado la relación entre la autolesión repetida y el aumento de
probabilidades de quitarse la vida", insisten los autores en el ensayo.
En él, la forma más frecuente de autolesión (88%)
fue el envenenamiento, seguido de los cortes (9%) y de otros métodos
violentos como colgarse o asfixiarse (3%). "Las cifras de autoagresión
para personas de 60 años o más fue de 65 casos por cada 100.000 habitantes
tanto en hombres como en mujeres, en comparación con los 380 casos que
se producen en jóvenes de entre 20 y 59 años", destacan los
investigadores.
Los resultados
Los datos revelan que de los 1.177 adultos estudiados, el 12,5% tuvo
que volver a urgencias por culpa de una nueva autoagresión en los 12
meses posteriores y un 1,5% se había suicidado durante este periodo. Los
científicos han encontrado que el riesgo de suicidio en las personas
mayores que se autolesionan fue de "67 veces más que el de la población general y tres veces mayor que el que tienen los que jóvenes que también se hacen daño a sí mismo".
Ante estos resultados insisten en que "las personas mayores que se
presentan en el hospital por culpa de una autoagresión constituyen un
grupo de alto riesgo de suicido posterior. En estos pacientes se debe
tener en cuenta esta elevada probabilidad, a menos que una evaluación
psicosocial detallada demuestre lo contrario. Y, especialmente hay que
tener una vigilancia muy estrecha en aquéllos de más de 75 años, porque
las probabilidades de que se quiten la vida aumentan en este grupo de
edad", determinan los autores.
Estrecha vigilancia
Michael Dennis, de la Universidad de Swansea y David Owens, de la de
Leeds, son los autores de un editorial que acompaña a la investigación
en la que se insiste en que "los datos del ensayo ponen de relevancia la
necesidad de adhesión a las guías existentes sobre el manejo de las
personas que se autolesionan. Este hecho implica la monitorización de
los pacientes por parte de los profesionales de la salud, especialmente
cuando hay presión por la falta de camas para el ingreso".
Para ambos expertos, las "personas mayores no deben ser dadas de alta de urgencias, antes de una evaluación adecuada.
Además, los servicios de salud mental y de atención primara tienen que
estar preparados para poder manejar a los pacientes mayores con
depresión y con historial de autolesión, dado su elevado riesgo de
suicidio".
elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario