
Se conocen sus síntomas más comunes –aprensión, miedo, dificultad para  concentrarse–, su difusión –del 2 al 3% de la población- y las posibles  terapias. Ahora, un estudio parece haber identificado también la causa. En el  origen del trastorno de ansiedad generalizada hay una deficiencia de  comunicación entre distintas áreas del cerebro, de acuerdo a la conclusión que  llegaron especialistas del IRCCS Medea de San Vito, en colaboración con las  universidades de Udine y de Verona, en Italia. 
Cuando éstas zonas no “hablan” entre sí se desata el pánico. Las zonas  “observadas” por los investigadores son las que controlan la respuesta al estrés  y las emociones negativas, situadas en el hemisferio derecho del cerebro.
“Es sabido que las áreas parietales y del cuerpo calloso posteriores en el  hemisferio derecho están involucradas en la percepción social y el  reconocimiento del propio cuerpo en el espacio”, explica Paolo Brambilla, de 39  años, coordinador de la investigación, publicada en la revista “Psychological  Medicine”. Los científicos dieron, no obstante, un paso más, indagando la  interconexión entre estas partes del encéfalo. “Aplicamos una metodología  bastante nueva que permite realizar estudios de conectividad entre las distintas  zonas del cerebro”, explica Brambilla.
Esta investigación se desarrolló gracias a una sesión de imágenes con  resonancia magnética, una especie de “foto” del cerebro de 12 enfermos y 15  controles sanos. Sólo en los pacientes se habría detectado esta alteración de la  conectividad entre los tejidos. Los descubrimientos podrían no acabar ahí.  “Utilizamos secuencias ‘tradicionales’, no destinadas específicamente a la  investigación”, subraya el coordinador. “Con secuencias más sofisticadas  –concluye– podremos obtener datos más precisos sobre el origen de este  trastorno”.
clarin.com
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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