domingo, 8 de agosto de 2010

Un botiquín para cada viaje

La toalla, las chanclas, el cepillo de dientes, los preservativos, el pasaporte... y el botiquín. Si estos días se encuentra en el feliz trance de preparar la maleta para marcharse de vacaciones, ELMUNDO.es le ofrece algunas claves para estar preparado en caso de cualquier imprevisto de salud.
Si su billete de avión tiene impreso algún destino lejano y exótico, lo más importante es pedir cita con alguna unidad de medicina del viajero para montarse en la aeronave preparado. En estos servicios le informarán y le administrarán las vacunas necesarias para su destino (no olvide que algunas de ellas son obligatorias para entrar en ciertos países) y de las precauciones de salud básicas en su destino: repelentes de mosquitos, ojo con beber siempre agua embotellada, atención a las enfermedades de transmisión sexual...
Una vez vacunado, conviene acudir a la farmacia con una buena lista para que no olvide meter en su botiquín ningún producto imprescindible y que deben incluir, al menos, los siguientes:

Elementos de primeros auxilios para atender cualquier posible herida: esparadrapo, vendas, tiritas, antiséptico limpiador de heridas, tijeras, apósitos estériles. También puede ser útil incluir un termómetro.
Medicamentos sin receta como los analgésicos (tipo ibuprofeno), antipiréticos contra la fiebre (paracetamol), laxantes y antidiarreicos, gotas para los ojos, tratamiento para las picaduras de insectos (así como repelentes), antihistamínicos, descongestionantes nasales, pastillas contra el mareo...
Otros fármacos: Si acude a una zona donde la malaria es endémica su médico le recetará el tratamiento antipalúdico indicado (es importante ser previsor porque algunas de estas pastillas deben empezar a tomarse antes del viaje). Además, conviene "llevar suministros suficientes de cualquier tratamiento que tome habitualmente para evitar el desabastecimiento en su lugar de veraneo, porque es posible que allí no haya", recuerda la doctora Dolores Herrero, de la sección de medicina tropical y del viajero del Hospital Carlos III de Madrid.
El agua es uno de los medios habituales de contagio de algunas enfermedades propias del viajero, por lo que conviene ser precavido en su consumo y beber siempre agua embotellada (la precaución afecta también a los hielos y zumos, helados o bebidas que puedan contener agua del grifo). Si esto no es posible, meta en la maleta pastillas potabilizadoras de agua o hierva el líquido antes de tomarlo. Y si, a pesar de todos los cuidados, contrae la temida diarrea del viajero ("el trastorno más habitual, aunque no el más grave"), deberá llevar a mano sales de rehidratación oral para evitar precisamente la deshidratación. "En el 80% de los casos, estos episodios están causados por bacterias, así que es posible tratarla con antibióticos", añade la especialista, "pero no es una recomendación universal, sino que hay que individualizar cada caso".
Según la página web de AENA, los medicamentos pueden viajar en el equipaje de mano; eso sí, separados de la 'famosa' bolsa transparente en la que deben viajar los envases con líquidos. Concretamente, en su documento de ayuda para los pasajeros, este organismo aclara que "se permitirá llevar en el equipaje de mano medicinas para su uso durante el viaje [lo que incluye el vuelo de ida, así como la estancia y el viaje de regreso], presentándolas separadamente en los controles de seguridad, pero no dentro de la bolsa transparente. Se podrá pedir prueba de autenticidad en el control de seguridad".

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