martes, 17 de agosto de 2010

Infidelidades genitales

Estas temperaturas veraniegas, las vacaciones y el relax son una temporada muy propicia para mantener relaciones sexuales. Pero mi comentario de hoy no se refiere directamente a eso. Hace pocas semanas, acudió a mi consulta una pareja joven. A ella le había detectado su ginecóloga el virus del papiloma humano (VPH) en un chequeo de rutina.
Acudían lo dos muy preocupados y angustiados, básicamente por dos motivos; el primero, saber si él estaba infectado y el segundo, subliminalmente expuesto, sobre las posibles vías de contagio y potenciales relaciones con terceros de alguno de ellos.
Este problema está a la orden del día en nuestra consultas de Urología, e imagino que de igual manera en las de Ginecología y Medicina de Familia. La falta de información adecuada y, sobre todo, bien explicada por un profesional que traduzca a román paladino los 'exabruptos' del lenguaje médico hacen que aumente la desazón.
Lo primero, para quien esté interesado, le recomiendo encarecidamente que lea con detenimiento este enlace de los Centros de Control de las Enfermedades de EEUU. Hay que decir, para tranquilidad de los afectados, que es algo tremendamente frecuente, tanto la detección del virus como ser portador y desconocerlo.
En la actualidad, se calcula que alrededor de 20 millones de estadounidenses están infectados por el VPH. Otros seis millones de personas contraen anualmente la infección por primera vez. El VPH es tan común que, al menos el 50% de los hombres y mujeres sexualmente activos lo contraerán en algún momento de su vida.
Esta infección se transmite por contacto genital, más a menudo por las relaciones sexuales vaginales y anales. El VPH también se puede transmitir por las relaciones sexuales orales y por el contacto entre partes genitales. Asimismo, se puede contagiar entre parejas heterosexuales y homosexuales, aún cuando la pareja infectada no tenga síntomas. Y este detalle es muy importante, es decir, uno se puede contagiar o estar contagiado y no saberlo, es decir, ser portador.
Una persona puede tener el virus años después de haber tenido contacto sexual con una pareja infectada. La mayoría de los infectados no saben que lo están ni que pueden estar transmitiendo el virus a su pareja. También es posible contraer más de un subtipo de VPH.
Por ello, estos datos técnicos expuestos en los dos párrafos anteriores deben guiar nuestros consejos. Y, respondiendo a la segunda pregunta de las supuestas infidelidades, es imposible (y digo, imposible) asegurar o negar la relación causa-efecto entre una posible relación sexual y la detección en un chequeo rutinario sin tener síntomas.
Por ello, los miembros de la pareja, a mi entender, deben confiar en su relación y su sinceridad en este tema como en otros, y no hacer conjeturas que no llevan a ningún sitio, y que no es posible comprobar. Cada uno de ellos podría ser portador, o ambos al mismo tiempo, y ante la detección de una infección que hay que tratarla y nada más, sin extraer conclusiones aventuradas y, probablemente, erróneas.
Por tanto, han de ponerse en manos de su ginecólogo ella y de su urólogo el, y seguir los consejos y opciones de tratamiento que les recomienden.
Me gustaría conocer vuestras experiencias, si algún cibernauta ha pasado por este trance y cómo lo ha resuelto con su pareja. ¿Afectó a su confianza mutua? ¿Y a sus relaciones sexuales? ¿Llegó a romper la pareja?
elmundo.es

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