miércoles, 2 de junio de 2010

Hallan en Australia las pinturas rupestres más antiguas del mundo

Un grupo de científicos australianos estima haber encontrado las pinturas rupestres más antiguas –hasta ahora conocidas– en la llanura de la Región de Arnhem, al norte de su país. La figura tiene como protagonistas a dos pájaros que habitaron esa zona hace 40.000 años. Para preservar el dibujo, no quisieron dar detalles de la ubicación de la roca y esperan el resultado de los estudios radiocarbónicos para determinar la fecha exacta de su creación.
Las aves, que no tenían capacidad de vuelo, están pintadas en color ocre y se cree que llegaron a medir 2,5 metros de alto.
Pero más allá de las características de este animal prehistórico, la energía del equipo está puesta en averiguar cuándo fueron plasmadas esas imágenes en la roca. Eso llevará tiempo porque hace sólo un mes que están trabajando en el lugar, uno de los tantos de Australia donde se encontraron reliquias del arte rupestre. “La arqueología de ese país es muy importante. Se han identificado sitios con pinturas de gran antigüedad, comparable con la del Paleolítico europeo”, indica Mercedes Podestá, investigadora del Instituto Nacional de Antropología y Presidenta de la Comisión de Investigación del Arte Rupestre de la Sociedad Argentina de Antropología.
Si llega a demostrarse que la pintura encontrada tiene unos 40.000 años, en el ranking de antigüedad quedarían atrás los grabados descubiertos en 2005 en la cueva de Vilhonneur, al oeste de Francia, que se remontan a 25.000 años. Y más atrás todavía las pinturas rupestres de Lascaux (Francia) y de Altamira (España), que se calcula que fueron hechas hace 14.000 años.
Sobre el método utilizado, hasta ahora, para fechar la pintura, Podestá señala: “ En este caso los investigadores relacionaron las figuras con una determinada especie de ave extinta que, según ellos, desapareció hace 40 o 50.000 años, y así establecen que ésas figuras serían de la misma antigüedad. Esta forma de datar es muy relativa porque puede existir un error al interpretar, en base a un dibujo o pintura, la asignación a una determinada especie animal”.
De todas maneras, argumenta, este tipo de vestigio arqueológico brinda muy rica información sobre los habitantes que lo produjeron. Explica María Pía Falchi, también del Instituto de Antropología Argentina y especialista en Arte Rupestre: “No sólo puede conocerse el tipo de prácticas cotidianas que llevaban a cabo los pobladores, como por ejemplo a través de las escenas de caza de los animales que ellos consumían y sus hábitos de recolección, sino también sobre sus ritos y prácticas religiosas.
En Australia se encontraron, por ejemplo, representaciones de seres míticos ”.
Natalia Carden, arqueóloga e integrante de la división Arqueología del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, agrega que hay varias técnicas para dejar grabadas figuras en las rocas. “Se puede grabar la piedra o preparar pintura con distintos pigmentos, arcilla y grasa. Muchos de los motivos hallados en Australia son similares a los de la Patagonia porque usaban la técnica del negativo, como las huellas de la cueva de las manos, en Santa Cruz”, amplió.
Los científicos sólo dieron una pista sobre el lugar exacto hallazgo: a la reserva indígena donde está la roca –advirtieron– sólo se puede acceder en helicóptero. Quieren preservarlo de curiosos.
Un ave prehistótica, la clave
El Genyornis newton i es una especie de ave que vivió hace aproximadamente 50 mil años en Australia, perteneciente a la familia de los dromornítidos, aves no voladoras de gran tamaño que vivieron entre el Oligoceno y el Pleistoceno. De acuerdo con las estimaciones de los científicos, que seguramente se verán enriquecidas por este hallazgo, medía unos 2,5 metros y su peso oscilaba entre los 200 y los 250 kilos. Era un ave con algunos rasgos en común con patos y gansos. La forma de su pico también dio pistas sobre su comportamiento: era depredadora y carroñera, comparable a lo que hoy son las hienas. Su extinción se produjo en un período relativamente corto de tiempo y, al igual que muchas otras especies que habitaban en Australia, coincidió con la llegada de los primeros seres humanos a la región. A partir de un estudio realizado con cáscaras de huevos de 700 Genyornis, los científicos descartaron cualquier otro fenómeno, como por ejemplo un repentino cambio climático, para explicar su desaparición.
clarin.com

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