domingo, 6 de diciembre de 2009

Una nueva cirugía contra la acidez

Sebastián A. Ríos
LA NACION
A fines de los ochenta, los fármacos llamados inhibidores de la bomba de protones revolucionaron el tratamiento del reflujo gastroesofágico, una afección más conocida por su síntoma cardinal: la acidez estomacal. Pero si bien aún hoy su uso brinda alivio a alrededor del 90% de quienes toman estos medicamentos, se trata de un tratamiento que es de por vida, algo que no todos los pacientes toleran o mantienen.
"Tenía que tomar los remedios dos veces al día, antes de cada comida, y me mejoraba los síntomas. Pero no soy muy estable para tomar medicamentos; me olvido y además tengo una vida muy social: muchas veces no como en casa y no siempre tenía las pastillas encima. No quería estar aferrado de por vida a tomar una pastilla", contó Diego Lanci, empleado de 36 años.
El 5 de noviembre, Diego fue sometido en la Fundación Favaloro a una nueva intervención para el tratamiento del reflujo gastroesofágico -la funduplicatura transoral-, que busca ofrecer a los pacientes en tratamiento farmacológico la posibilidad de controlar los síntomas sin necesidad de medicamentos.
Diego es el primer paciente argentino en ser tratado mediante este procedimiento aún experimental, que no requiere realizar incisiones en la piel, ya que el instrumental ingresa al tracto digestivo a través de la boca. La intervención busca constituirse en una opción para los pacientes que no desean tomar la medicación de por vida, pero en quienes la cirugía laparoscópica que se realiza habitualmente es considerada demasiado invasiva.
"Hay un grupo de pacientes que tienen un reflujo importante, pero en los que no se justifica hacer una operación. Estos pacientes son los que podrían beneficiarse con esta cirugía endoscópica", dijo el doctor Adolfo Badaloni, director del Programa de Cirugía Esófago-Gástrica de la Fundación Favaloro.
"El paciente más adecuado para este tratamiento es el paciente que depende de la medicación para no tener los síntomas", agregó el doctor Blair Jobe, profesor de cirugía de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, que visitó la Argentina para participar de la cirugía de Diego.
Jobe mencionó otro motivo que ha llevado a la búsqueda de alternativas quirúrgicas, pero mínimamente invasivas a los fármacos: "Estamos viendo que la medicación dificulta la absorción del calcio, y se ha sugerido un vínculo entre el uso de crónico de los inhibidores de la bomba de protones y una mayor incidencia de fracturas de cadera".


Reconstruir la barrera
"El reflujo gastroesofágico es una enfermedad que se produce por el paso del contenido del estómago al esófago -definió el doctor Badaloni-. En la unión del esófago con el estómago hay una válvula que, si es incompetente, permite el paso del contenido del estómago al esófago, que no está habituado a estar en contacto con ácidos y se lesiona."
El tratamiento con fármacos busca reducir la producción de ácido, mientras que la cirugía apunta a reconstruir la barrera que naturalmente evita que escape el contenido del estómago. Esta suele realizarse en forma laparoscópica, lo que implica la realización de pequeñas incisiones en el abdomen del paciente para introducir el instrumental quirúrgico.
"Esta nueva alternativa endoscópica trabaja a través de orificios naturales, como es la boca, lo que evita realizar incisiones -comentó el doctor Alejandro Nieponice, director del Programa de Invasión Mínima Esófago-Gástrica de la Fundación Favaloro, que junto al jefe de gastroenterología de esa institución, Fabio Nachman, participó de la cirugía de Diego-. Más allá del aspecto cosmético que deriva de no realizar incisiones, el posoperatorio es mucho más liviano y la recuperación es más rápida."
Diego da fe de ello. "Al día siguiente de la intervención, ya estaba en casa", dijo. Hoy se encuentra siguiendo una dieta que se indica en estos pacientes, para no forzar al estómago en las semanas posteriores a la cirugía. "La dieta me vino bárbaro: empecé la cirugía con 75 kilos, y ahora estoy en 65."
Más allá de este beneficio anecdótico, la recuperación de Diego ha sido excelente. Ha logrado abandonar los medicamentos, contó Nieponice, que advirtió que este tratamiento no es útil para pacientes con hernia hiatal, condición que a veces se asocia al reflujo gastroesofágico.

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