miércoles, 21 de julio de 2010

Doce mitos sobre el sida y las drogas

Como si fueran las '12 pruebas' que tuvo que superar Astérix en una de sus aventuras más famosas, 12 son los arraigados mitos sobre el VIH que tratan de derribar los doctores Steffanie Strathdee, de la Universidad de California (EEUU), y Chris Beyrer, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins, en las páginas de la revista 'The Lancet'.
1.Los usuarios de drogas no son obedientes: En un metaanálisis sobre adherencia a la terapia antirretroviral, que incluía 38 estudios y aproximadamente 15.000 pacientes -de los cuales el 76% eran usuarios de drogas-, el seguimiento del tratamiento fue similar en estos pacientes que en la población general. Este mito de la desobediencia no se sostiene.
2.Los seropositivos usuarios de drogas no responden tan bien a los fármacos como los infectados por otras vías: Una comparación sobre los índices de supervivencia en 3.116 pacientes que empezaron la terapia antirretroviral, de los que 915 se inyectaban drogas, mostró que todos presentaban las mismas causas de mortalidad al cabo de 84 meses, independientemente de la forma en la que se infectaron.
3.Hacer estudios con usuarios de drogas es muy difícil o imposible: La fase III del primer ensayo que dio resultados positivos de una vacuna contra el sida, realizado en Tailandia, incluía a 2.546 usuarios de drogas inyectables.
4.Los usuarios de drogas están más preocupados por pincharse que por la seguridad de las jeringuillas: En los programas que supervisan la higiene de las agujas y las jeringuillas, estos pacientes aprenden a pincharse sin correr riesgos.
5.Los usuarios de drogas no tienen relaciones sexuales. Su riesgo de infección viene exclusivamente por la inyección de drogas: Algunos estudios han demostrado que el riesgo de infección por VIH es el doble en aquellos varones drogadictos que incurren en sexo sin protección que en aquellos que no tienen relaciones. Y, a pesar de su dependencia a las sustancias ilegales, mantienen la libido y el deseo sexual.
6.Si los usuarios de drogas siguen pinchándose, es casi inevitable que adquieran el VIH. Los últimos datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (los CDC) sobre los hombres y mujeres que se inyectan drogas señalan que con medidas de prevención adecuadas es posible disminuir el número de nuevas infecciones en estas personas.
7.A diferencia de los homosexuales y las prostitutas, los usuarios de drogas no tienen una comunidad organizada: La Red tailandesa de usuarios de drogas y las movilizaciones que han llevado a cabo desmienten esta creencia.
8.Los índices de usuarios de drogas son mayores entre las minorías de los países industrializados: Según los datos de la Encuesta Nacional sobre Drogas y Salud realizada en EEUU, los afroamericanos y los blancos tienen los mismos patrones de consumo de sustancias ilegales.
9.Los programas de intercambio de jeringuillas fomentan el consumo: Ningún programa de este tipo ha conllevado un aumento del consumo de drogas por parte de sus participantes. No hay ninguna evidencia de que esto sea así.
10.El tratamiento con metadona sólo cambia una droga por otra. Una revisión de la 'Cochrane Library', con 1.969 participantes, mostró que la metadona fue más eficaz a la hora de retener a los pacientes en tratamiento que otras alternativas farmacológicas y, además, redujo el consumo de heroína.
11.Las personas que toman estimulantes están fuera de control y no cambian sus comportamientos de riesgo: Algunos investigadores han logrado reducir las actitudes sexuales de riesgo tanto en heterosexuales como en homosexuales que consumían drogas.
12.El miedo es un poderoso elemento disuasorio para el consumo de drogas: El Instituto de Medicina de EEUU ha analizado las campañas contra la drogadicción que apelan al miedo, a sus daños sobre el organismo, y han encontrado que no tienen ninguna eficacia.
"Es hora de que todos estos prejuicios acaben definitivamente", concluyen los autores, que apelan a la evidencia científica y piden desterrar la rumorología y las leyendas urbanas.
elmundo.es

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