jueves, 3 de junio de 2010

Polémica sanción de tránsito para quienes consuman sedantes

Angeles Castro
LA NACION
Todavía no empezó a aplicarse y ya causa polémica una medida de control de tránsito: el gobierno porteño se propuso hacer, desde principios del mes próximo, tests rápidos de saliva a los conductores de vehículos para detectar si consumieron drogas ilegales u otras sustancias psicoactivas legales. Entre éstas, tranquilizantes recetados por psiquiatras y componentes de algunos jarabes para la tos.
Las autoridades contemplan que, ante un resultado positivo, se secuestre el auto y se imponga al automovilista la multa correspondiente por "conducir bajo los efectos de estupefacientes", como señala el Código de Tránsito local.
Sin embargo, en la Dirección General de Seguridad Vial porteña no descartan, por estas horas, la posibilidad de permitir que los pacientes en tratamiento con ansiolíticos puedan conducir sin ser sancionados si exhiben un certificado expedido por su médico.
El tema no es menor: ocho de cada 10 argentinos reconocen que sufren ansiedad, y entre 2006 y 2009 aumentó 15% el consumo de ansiolíticos, sedantes, tranquilizantes y antidepresivos, según una encuesta de la consultora JWT Sonar- y, de 2006 a 2009, aumentó 15% el consumo de ansiolíticos, sedantes y antidepresivos, según informes de la consultora IMS Health. No por nada el punto más controvertido de la medida lo constituye el control previsto para las benzodiazepinas, ampliamente prescriptas con los nombres comerciales Rivotril, Alplax y Valium, entre muchas otras.
No obstante, tanto psiquiatras consultados por LA NACION como las autoridades recuerdan que un alto porcentaje de personas ingieren tranquilizantes con la indicación de un médico no especialista o sin indicación alguna, y deberían ser alcanzadas por la inminente medida.
A mediados de mes, la Dirección General de Seguridad Vial recibirá los 10.000 tests de saliva -que costaron $ 750.000- que empleará para los controles, que se sumarán a las pruebas de alcoholemia que ya realizan los agentes de tránsito porteño.
Pablo Martínez Carignano, responsable de esa dependencia, recordó que las tiras reactivas detectan marihuana, cocaína, anfetaminas, benzodiazepinas (diazepam, oxazepam, nitrazepam, lurazepam, clobazam, bromazepam, alprazolam y lormetazepam, usadas como tranquilizantes) y opiáceos (morfina, heroína y codeína, esta última presente en jarabes para la tos).
Si bien los médicos que prescriben los sedantes no suelen indicar a sus pacientes que dejen de conducir mientras los consumen, las autoridades porteñas priorizan las leyendas impresas en los prospectos farmacéuticos que advierten sobre el riesgo de conducir dado que, en algunos casos, esos remedios reducen los reflejos.
Martínez Carignano explicó que alrededor del 16 de este mes llegarán los kits y que, a principios de julio, probablemente el 1°, comenzarán los controles. Ante un resultado positivo, el conductor será sancionado con multa de 200 a 2000 pesos o con uno a diez días de arresto, además del secuestro inmediato del auto.
En el mundo
Los tests de drogas, recordó el funcionario, ya son utilizados por otros países, como Australia, Gran Bretaña y España. Precisamente, para el 23 de este mes, el gobierno porteño prepara un seminario internacional que contará con la presencia del inspector Martín Borman, jefe de Drugtests de la policía de Victoria, primer distrito australiano que aplicó estas pruebas. Además participarán autoridades locales y nacionales vinculadas con la salud y las drogas, con objeto de difundir la medida y las experiencias existentes.
Lo cierto es que, por la difusión realizada hasta el momento a través de los medios, ya existen fuertes objeciones a la iniciativa.
Desde Cesvi y el ISEV, instituciones que trabajan en seguridad vial, Marcelo Aiello y Eduardo Bertotti consideraron que sería apropiado un contexto normativo más exacto, para conocer en qué proporción la presencia de drogas legales e ilegales será penalizada, ya que no hay límites claros como en el caso del alcohol, para el que se reglamentó una tolerancia de 0,5 g/l.
Aiello agregó que, en líneas generales, "las drogas y la conducción no son compatibles, ya que los efectos que producen pueden desembocar fácilmente en un siniestro vial", mientras que Bertotti consideró: "Sería más efectivo trabajar sobre los médicos" y sobre, como dijo el doctor en farmacia Marcelo Peretta (ver aparte), "la incorporación en los envases de remedios de la objeción que tiene el consumo del medicamento para manejar".
Quienes más reparos pusieron al impedimento de manejar para los pacientes medicados con benzodiazepinas fueron los psiquiatras.
"Muchas veces una persona con ansiedad intensa o angustia severa podría resultar más limitada en sus capacidades para manejar un auto o algún instrumento de precisión que otra persona que se muestra tranquila por el efecto de su tratamiento farmacológico", sintetizó la médica Verónica Mora, presidenta honoraria del capítulo de Drogodependencia y Alcoholismo y secretaria del de Psiquiatría y Ley de la Asociación de Psiquiatras de la Argentina (APSA).
La experta recordó que "la medicación se indica frente a la presencia de síntomas que manifiestan un funcionamiento irregular del sistema nervioso y el fármaco supone una interacción con el sistema que modifica esa disfunción. De tal forma que la ansiedad o la angustia presentes se tornan en tranquilidad o, al menos, moderan su intensidad. Si el paciente manifiesta exceso de sedación, debe regularse la dosis para lograr un funcionamiento adecuado".
Y concluyó: "No todos los pacientes presentan los mismos efectos frente a una misma dosis de una benzodiazepina ni frente a diferentes benzodiazepinas", como los equipara la medida planificada.
Por su parte, el psiquiatra forense Andrés Mega destacó: "Obvio es que no se puede impedir la conducción a un paciente que conduce con consumo de ansiolíticos, pero sólo en los casos en que un psiquiatra ha sido el prescriptor y el paciente tenga la prevención de llevar consigo la indicación para mostrarla al agente policial en caso de tener que realizarse un test, porque en ese caso, y solamente en esa situación, ya existe una responsabilidad profesional sobre el estado del paciente".
Ante esta propuesta, Martínez Carignano reconoció que el gobierno porteño no descarta que los psiquiatras extiendan un certificado que indique la dosis suministrada y explique que esa dosis no inhibe al paciente de conducir, modificación que debieron introducir en España cuando intentaron establecer una medida similar, dijo.
De todos modos, el funcionario señaló que podría ser dificultosa la aplicación por la eventual aparición de certificados truchos. Coincidió con él la psiquiatra Mora.
Pragmático, Mega indicó que "una persona con uso médico de benzodiazepinas puede conducir vehículos si su psiquiatra lo ha autorizado, porque, de otro modo, la ciudad quedaría parcialmente desierta", aunque recordó que "existe un abuso nacional de tranquilizantes y ansiolíticos, tanto por la prescripción por médicos no especialistas como por la autoprescripción".
PEDIDO DE INFORMES EN LA LEGISLATURA
El presidente de la Comisión de Salud de la Legislatura, el diputado y médico Jorge Selser (Proyecto Sur), también mostró su preocupación por los tests de saliva que lanzará el gobierno porteño. "La prohibición de manejar debe estar indicada por el médico, porque depende de la dosis indicada y de cada paciente; no puede ser una discusión social. Hay que estudiar y valorar mejor el tema", opinó. Por eso, el legislador presentó un pedido de informes en el que requiere que el Poder Ejecutivo explique los criterios empleados en la elección de las drogas alcanzadas por el test y cómo será su aplicación.
"Está bien. Muchos accidentes se producen porque la gente se queda dormida. El consumo de drogas o de tranquilizantes es un parámetro más para controlar"
ROSARIO TORRE
Chef
"No entiendo cómo la autoridad administrativa puede saber más que mi médico cuando me receta un medicamento y no me impide conducir"
GRACIELA PEDEFERRI
Empleada
"Me parece que está perfecto. Todo lo que colabore con un mejoramiento del tránsito y de la seguridad vial, para mí es bienvenido. Apruebo los controles"
VIRGINIA TORALES
Empleada
"Los prospectos de los remedios no son determinantes. Sugieren, no imponen, dejar de conducir. Eso lo dejan librado al entender de los especialistas que los prescriben"
DANIEL LEZCANO
Periodista
"Debería contemplar que los psiquiatras hagan un certificado definiendo los efectos secundarios del medicamento y diciendo si impide o no manejar"
DANIEL PIERRARD
Administrativo
"Estoy de acuerdo. Pienso que puede evitar accidentes porque ahora controlan la alcoholemia, pero hay gente que no bebe y, en cambio, consume drogas."
MABEL VALDEZ
Empleada
"Hace 30 años que estoy en la calle y estoy al margen de todo: no bebo, no me drogo y no tomo tranquilizantes. Es buena la medida si va a impedir accidentes"
DANIEL FLORES
Remisero
"No hay mucho para pensar. Si tomás un psicotrópico, no podés manejar. Me parece que está bien que le quiten el auto al que toma tranquilizantes"
MARTIN TARISON
Ingeniero
"¿Cómo puede el gobierno quedarse con mi auto porque tomé una pastilla de Rivotril, para aliviar la ansiedad que me provoca el tránsito, al que no puede dominar?"
PATRICIA CUENCA
Docente

El efecto sobre los reflejos, eje del debate
La iniciativa oficial para realizar tests de saliva a conductores de vehículos, que, además de detectar drogas ilegales, descubran la presencia de sustancias legales que actúan sobre el sistema nervioso central, fue defendida por varios especialistas consultados por la nacion.
El jefe de Toxicología del hospital Fernández, Carlos Damin, coincidió en que "consumir benzodiazepinas debería ser excluyente para manejar". El especialista consideró apropiado que, "si se controla la alcoholemia, se avance en el control de la presencia de drogas", y destacó que "el consumo de benzodiazepinas constituye la segunda causa de intoxicación atendida en los hospitales porteños, después del alcohol".
En sintonía, Mónica Nápoli, miembro de la Asociación Toxicológica Argentina y médica del hospital Santojanni, sostuvo que, "si bien puede no afectar la conducción regular, utilizar tranquilizantes enlentece los reflejos ante un evento inesperado". Además, recordó, el lanzamiento de esta medida "constituye una buena oportunidad para que la sociedad discuta acerca del alto consumo registrado de estas sustancias".
Negativo
De todas maneras, aclaró, "generalmente, cuando una persona está medicada con bajas dosis de tranquilizantes, estos análisis dan resultados negativos, como sucede cuando se realizan testeos en el ámbito laboral" (ver infografía).
Marcelo Peretta, doctor en Farmacia y Bioquímica y director de la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides, aprobó la medida. "Tanto las benzodiazepinas como algunos antihistamínicos y antialérgicos son medicamentos que producen un estado de sedación, alteraciones de los sentidos [oír menos] e incoordinación motora. En los psicofármacos, la sedación es un efecto secundario de los que llamamos frecuentes, o sea, que se da entre el 5 y el 10 por ciento de los casos", describió.
Quienes se oponen a la limitación que quiere aplicar el gobierno de Macri hacen hincapié precisamente en esa baja incidencia.
"Desde el Colegio de Farmacéuticos de la Capital propusimos, incluso, a la Anmat que obligue a los laboratorios fabricantes de psicofármacos a que indiquen en el envase la prohibición de conducir", agregó Peretta.
Consultado sobre por qué los médicos no suelen aconsejar a los pacientes que dejen de conducir vehículos cuando les prescriben algunas de estas drogas, Peretta recordó que existe una obligación legal de advertir al respecto. "La ley nacional de tránsito, la 24.449, ordena en su artículo 73 a los médicos a advertir a los pacientes cuando un medicamento tenga incidencia negativa en la idoneidad para conducir vehículos", explicó.

lanacion.com

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