viernes, 18 de junio de 2010

Los aviones son capaces de desencadenar precipitaciones

Hace algunos años, los científicos se sorprendieron al observar cómo dos aviones esculpían un agujero a través de las nubes, que a continuación empezó a descargar nieve con intensidad.
El tema ha sido objeto de muchas especulaciones, pero un nuevo estudio del National Center for Atmospheric Research (NCAR) ha resuelto el misterio sobre este extraño fenómeno. Concluyen que es el resultado de una combinación de bajas temperaturas, el tráfico aéreo y la inusual estabilidad atmosférica.
El Servicio Nacional de Meteorología de EEUU ha bautizado como 'hole-punch cloud' a este tipo de nube formada por aviones, ya que por ahora no hay un término científico para este fenómeno.
Los científicos, que han estudiado estas formaciones desde el año 1940, ya sospechaban que los aviones desempeñaban un papel en su formación. Pero ha sido ahora, gracias al meteorólogo Andrew Heymsfield y sus colegas, cuando se ha descubierto que el vuelo de los aviones puede realmente crear estas nubes inusuales. Según un estudio recogido en el Bulletin of the American Meteorological Society.
Cómo hacen llover
Además, sus investigaciones han descubierto algo totalmente nuevo: que los aviones pueden desencadenar precipitaciones. El proceso es parecido al de siembra de nubes, que se utiliza para lograr que llueva sobre los campos de cultivo.
Las nubes a cierta altitud y temperatura se saturan de gotas de agua enfriadas a 5 grados Fahrenheit (15 grados Celsius). Debido a la pureza del agua, las gotas se mantienen liquidas incluso a 34 grados bajo cero. Si la nube llega a enfriarse mucho más, las gotas se congelan y el agua se transforma en hielo que puede caer en forma de lluvia o granizo.
De esta forma, cuando la hélice de un avión gira en una nube, expande el aire a una temperatura de 54 grados Fahrenheit (30 grados Celsius), haciendo que las gotas 'superenfriadas' se congelen. "Los aviones 'siembran' las nubes con partículas de hielo, provocando la condensación del vapor de agua", afirma Heymsfield, del National Center for Atmospheric Research (NCAR) a la revista National Geographic News.

elmundo.es

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