Desde la adolescencia, la mujer tiene su referente de salud en temas vinculados a su sexualidad y su capacidad reproductica. Sabe que hay un especialista, la/el ginecóloga/o que se ocupa de estos temas y que será quien la acompañe y la cuide en estas cuestiones. El varón, en cambio, está más solo. Pocos saben que hay médicos que se han formado específicamente en todo lo vinculado a la salud sexual y reproductiva del varón. Lo confirma el doctor Gastón Rey Valzacchi, urólogo y andrólogo: "Muchas situaciones denotan un escaso interés por parte del hombre en el cuidado de su salud sexual y reproductiva. La mujer tiene desde hace muchos años un profesional de cabecera que es el ginecólogo, pero el hombre en este aspecto ha sido descuidado".
La andrología es el área de la medicina que se dedica al estudio de los trastornos masculinos. "El andrólogo es, para el hombre, lo que el ginecólogo es para la mujer", explica Rey Valzacchi. "El desarrollo de esta especialidad ha beneficiado mucho al varón, en tanto ha permitido el desarrollo de muchas herramientas de diagnóstico y tratamiento de alteraciones específicas del hombre. Hoy hay técnicas muy efectivas para ayudar a los hombres infértiles a recuperar su capacidad reproductiva, se ha podido prevenir el deterioro de la fertilidad en muchos hombres y se han mejorado los tratamientos para la disfunción de la erección y la eyaculación rápida.
También gracias a los avances logrados por los especialistas sabemos hoy que tanto en los hombres como en las mujeres se produce con el correr de los años una declinación en la producción de hormonas, como la testosterona, la DHEA (dehidroepiandrosterona), la hormona de crecimiento, la melatonina, un descenso hormonal comunmente llamado andropausia o climaterio masculino".
Los síntomas de esa declinación hormonal del hombre son: "disminución del deseo sexual y de la calidad de erecciones (particularmente las nocturnas); cambios en el humor, junto con una disminución en la actividad intelectual y la capacidad de orientación espacial, fatiga, depresión y ansiedad; disminución en el volumen y la fuerza muscular; disminución en el vello corporal; disminución en la densidad de los huesos (osteoporosis) e incremento en la grasa visceral", puntualiza Rey Valzacchi, y subraya la importancia de diagnosticar esta situación, porque las posibilidades terapeúticas son muchas y muy buenas. "Bien programadas, las terapias de sustitución hormonal pueden reemplazar las hormonas deficientes en el cuerpo del varon. Esto, unido a estrategias preventivas y en combinación con un cambio del estilo de vida, permite que el hombre disfrute de un estado hormonal que se adecue a sus características, proporcionandole así calidad de vida".
Qué estudios debe hacerse el varón
Así como la mujer se esmera en cuidar la salud de sus mamas y de su aparato reproductivo, el varón debería estar atento a la salud de la próstata. "El desconocimiento sobre la próstata es muy grande. Algunos hasta mencionan la palabra con vergüenza. Y eso es riesgoso, porque se calcula que más del 50% de los hombres en algún momento de su vida padecerán una afección prostática que requiere consulta médica.
¿Qué es la próstata y para qué sirve?
"Es una glándula relativamente pequeña, del tamaño de una nuez y de forma similar a un buñuelo, que se ubica por debajo de la vejiga y rodeando a la uretra, el conducto por donde sale la orina. Esta ubicación de la próstata es la que genera problemas con los años, ya que a medida que la glándula se agranda por un crecimiento benigno o maligno, puede causar el estrechamiento de la vía urinaria y dificultad en la micción", explica Rey Valzacchi.
La función de la próstata es aportar el líquido y sustancias nutritivas para los espermatozoides. Cuando la procreación deja de ser un objetivo en la vida del varón, la próstata deja de cumplir su principal finalidad. Sin embargo, la glándula sigue funcionando y creciendo, pudiendo llegar a causar problemas en algún momento.
Enfermedades más comunes de la próstata
Una de las afecciones posibles es que la glándula se inflame, lo que llamamos prostatitis. "La enfermedad más común de la próstata es el crecimiento benigno, que ocurre en la gran mayoría de los hombres, aunque no en todos ocasiona síntomas importantes. Este cuadro se denomina hiperplasia prostática benigna(HPB). Si bien ninguno de estos dos cuadros suele comprometer la vida, pueden ser lo suficientemente molestos como para afectar la calidad de vida del hombre", subraya el especialista.
La tercera enfermedad es el cáncer de la próstata, una afección muy frecuente: es la segunda causa de muerte por cáncer entre los hombres. "Generar conciencia de la importancia de esta afección permitirá el diagnóstico temprano de la misma y su tratamiento en una etapa curativa".
El cáncer de próstata ocurre generalmente en mayores a 50 años. Si bien sus causas son desconocidas, existen algunos factores de riesgo:
- Una historia familiar de cáncer de la próstata
- Ingesta de comidas grasas y proteínas animales
- Edad mayor de 50 años
- Algunas razas, como la negra, donde es más frecuente este tumor
Es clave tener en cuenta que en los estados tempranos, cuando esta enfermedad es curable, suele no producir síntomas. La mejor manera de hacer un diagnóstico temprano es por medio del chequeo periódico a partir de los 50 años, salvo en el caso que existan antecedentes familiares de esta enfermedad, situación en la que los controles deben comenzar a los 45 años.
Sexualidad y placer en el varón
La información que circula sobre el cuidado de la salud sexual en el varón es inversamente a la que nos llega sobre todo lo vinculado al placer y la satisfacción que pueden -y hasta "deben"-- obtener de su sexualidad. "La sexualidad masculina es más aceptada y hasta estimulada socialmente. Desde la adolescencia, los varones reciben el estímulo, no sólo hormonal/biológico sino también social y cultural para iniciarse sexualmente. Lo que se espera de él es que se muestre sexualmente deseoso, interesado, que le gustan las mujeres y que adquiere mucha experiencia con chicas pero sin ponerse de novio", dice la psicóloga Andrea Gómez, del CELSAM.
"Los padres suelen pensar que sus hijos tienen poca actividad sexual y por lo general, no es así. Y muchas veces no tienen preservativos o no tienen la cantidad suficiente. Esto es paradójico porque por un lado se los estimula a tener relaciones sexuales, pero se espera que no sean muchas y no se los educa para enfrentar los riesgos que eso supone. Así, muchos jóvenes y adultos tienen relaciones sexuales sin cuidarse y asumiendo riesgos sin conciencia en pos de un 'deber ser'".
Cuestionar estos mandatos puede ser saludable para el varón. "Los hombres sufren el imperativo de 'tener relaciones sexuales', lo cual deja de lado sus tiempos evolutivos, subjetivos, internos y personales, y, por lo tanto, la posibilidad de hacerlo cuando realmente quieran y con quien quieran, ya sea por amor, afecto o simplemente, por tener ganas. Este imperativo suele generar, entre otras cosas, dificultades en la respuesta sexual masculina presente y futura. Los afecta física y emocionalmente. El temor a no responder de manera adecuada, a no cumplir con el perfil del varón exitoso, puede enfrentarlo a situaciones en las que se producen disfunciones sexuales pasajeras pero muy angustiosas y preocupantes (falta de erección, dificultades para sostener la erección, eyaculación precoz, etc)", dice Gómez. Y recomienda: "Alcanzar una vida sana desde lo sexual será más factible si la persona puede reconocer y permitirse hacer y decidir desde su propio deseo. Los mandatos suelen ser muy restrictivos y pesados de cargar. Cumplir con un rol deja muy poco lugar para conectarse con las necesidades y deseos personales y profundos".
entremujeres.com
La andrología es el área de la medicina que se dedica al estudio de los trastornos masculinos. "El andrólogo es, para el hombre, lo que el ginecólogo es para la mujer", explica Rey Valzacchi. "El desarrollo de esta especialidad ha beneficiado mucho al varón, en tanto ha permitido el desarrollo de muchas herramientas de diagnóstico y tratamiento de alteraciones específicas del hombre. Hoy hay técnicas muy efectivas para ayudar a los hombres infértiles a recuperar su capacidad reproductiva, se ha podido prevenir el deterioro de la fertilidad en muchos hombres y se han mejorado los tratamientos para la disfunción de la erección y la eyaculación rápida.
También gracias a los avances logrados por los especialistas sabemos hoy que tanto en los hombres como en las mujeres se produce con el correr de los años una declinación en la producción de hormonas, como la testosterona, la DHEA (dehidroepiandrosterona), la hormona de crecimiento, la melatonina, un descenso hormonal comunmente llamado andropausia o climaterio masculino".
Los síntomas de esa declinación hormonal del hombre son: "disminución del deseo sexual y de la calidad de erecciones (particularmente las nocturnas); cambios en el humor, junto con una disminución en la actividad intelectual y la capacidad de orientación espacial, fatiga, depresión y ansiedad; disminución en el volumen y la fuerza muscular; disminución en el vello corporal; disminución en la densidad de los huesos (osteoporosis) e incremento en la grasa visceral", puntualiza Rey Valzacchi, y subraya la importancia de diagnosticar esta situación, porque las posibilidades terapeúticas son muchas y muy buenas. "Bien programadas, las terapias de sustitución hormonal pueden reemplazar las hormonas deficientes en el cuerpo del varon. Esto, unido a estrategias preventivas y en combinación con un cambio del estilo de vida, permite que el hombre disfrute de un estado hormonal que se adecue a sus características, proporcionandole así calidad de vida".
Qué estudios debe hacerse el varón
Así como la mujer se esmera en cuidar la salud de sus mamas y de su aparato reproductivo, el varón debería estar atento a la salud de la próstata. "El desconocimiento sobre la próstata es muy grande. Algunos hasta mencionan la palabra con vergüenza. Y eso es riesgoso, porque se calcula que más del 50% de los hombres en algún momento de su vida padecerán una afección prostática que requiere consulta médica.
¿Qué es la próstata y para qué sirve?
"Es una glándula relativamente pequeña, del tamaño de una nuez y de forma similar a un buñuelo, que se ubica por debajo de la vejiga y rodeando a la uretra, el conducto por donde sale la orina. Esta ubicación de la próstata es la que genera problemas con los años, ya que a medida que la glándula se agranda por un crecimiento benigno o maligno, puede causar el estrechamiento de la vía urinaria y dificultad en la micción", explica Rey Valzacchi.
La función de la próstata es aportar el líquido y sustancias nutritivas para los espermatozoides. Cuando la procreación deja de ser un objetivo en la vida del varón, la próstata deja de cumplir su principal finalidad. Sin embargo, la glándula sigue funcionando y creciendo, pudiendo llegar a causar problemas en algún momento.
Enfermedades más comunes de la próstata
Una de las afecciones posibles es que la glándula se inflame, lo que llamamos prostatitis. "La enfermedad más común de la próstata es el crecimiento benigno, que ocurre en la gran mayoría de los hombres, aunque no en todos ocasiona síntomas importantes. Este cuadro se denomina hiperplasia prostática benigna(HPB). Si bien ninguno de estos dos cuadros suele comprometer la vida, pueden ser lo suficientemente molestos como para afectar la calidad de vida del hombre", subraya el especialista.
La tercera enfermedad es el cáncer de la próstata, una afección muy frecuente: es la segunda causa de muerte por cáncer entre los hombres. "Generar conciencia de la importancia de esta afección permitirá el diagnóstico temprano de la misma y su tratamiento en una etapa curativa".
El cáncer de próstata ocurre generalmente en mayores a 50 años. Si bien sus causas son desconocidas, existen algunos factores de riesgo:
- Una historia familiar de cáncer de la próstata
- Ingesta de comidas grasas y proteínas animales
- Edad mayor de 50 años
- Algunas razas, como la negra, donde es más frecuente este tumor
Es clave tener en cuenta que en los estados tempranos, cuando esta enfermedad es curable, suele no producir síntomas. La mejor manera de hacer un diagnóstico temprano es por medio del chequeo periódico a partir de los 50 años, salvo en el caso que existan antecedentes familiares de esta enfermedad, situación en la que los controles deben comenzar a los 45 años.
Sexualidad y placer en el varón
La información que circula sobre el cuidado de la salud sexual en el varón es inversamente a la que nos llega sobre todo lo vinculado al placer y la satisfacción que pueden -y hasta "deben"-- obtener de su sexualidad. "La sexualidad masculina es más aceptada y hasta estimulada socialmente. Desde la adolescencia, los varones reciben el estímulo, no sólo hormonal/biológico sino también social y cultural para iniciarse sexualmente. Lo que se espera de él es que se muestre sexualmente deseoso, interesado, que le gustan las mujeres y que adquiere mucha experiencia con chicas pero sin ponerse de novio", dice la psicóloga Andrea Gómez, del CELSAM.
"Los padres suelen pensar que sus hijos tienen poca actividad sexual y por lo general, no es así. Y muchas veces no tienen preservativos o no tienen la cantidad suficiente. Esto es paradójico porque por un lado se los estimula a tener relaciones sexuales, pero se espera que no sean muchas y no se los educa para enfrentar los riesgos que eso supone. Así, muchos jóvenes y adultos tienen relaciones sexuales sin cuidarse y asumiendo riesgos sin conciencia en pos de un 'deber ser'".
Cuestionar estos mandatos puede ser saludable para el varón. "Los hombres sufren el imperativo de 'tener relaciones sexuales', lo cual deja de lado sus tiempos evolutivos, subjetivos, internos y personales, y, por lo tanto, la posibilidad de hacerlo cuando realmente quieran y con quien quieran, ya sea por amor, afecto o simplemente, por tener ganas. Este imperativo suele generar, entre otras cosas, dificultades en la respuesta sexual masculina presente y futura. Los afecta física y emocionalmente. El temor a no responder de manera adecuada, a no cumplir con el perfil del varón exitoso, puede enfrentarlo a situaciones en las que se producen disfunciones sexuales pasajeras pero muy angustiosas y preocupantes (falta de erección, dificultades para sostener la erección, eyaculación precoz, etc)", dice Gómez. Y recomienda: "Alcanzar una vida sana desde lo sexual será más factible si la persona puede reconocer y permitirse hacer y decidir desde su propio deseo. Los mandatos suelen ser muy restrictivos y pesados de cargar. Cumplir con un rol deja muy poco lugar para conectarse con las necesidades y deseos personales y profundos".
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