viernes, 18 de junio de 2010

Explican el mecanismo íntimo de los ataques de migraña

Nora Bär
LA NACION
"Soy migrañosa. Uso la palabra con cuidado porque después de una vida llena de dolores de cabeza aprendí a concebirlos como parte de mí", escribió la novelista y poeta norteamericana Siri Hustvedt, esposa del escritor Paul Auster.
El texto de Hustvedt, que describe sus auras y tormentas nerviosas, resulta singularmente preciso a la luz de un trabajo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, que lograrevelar los engranajes íntimos de esta condición que, según se calcula, afectaría al 10% de la población y a dos mujeres por cada hombre.
Utilizando un modelo de ratón modificado genéticamente para hacerlo susceptible a un tipo de migraña llamada hemipléjica, los científicos mostraron que este trastorno, lejos de deberse a causas vasculares, responde a un desequilibrio en la corteza cerebral, en la que el predominio de neuronas excitatorias por sobre las inhibitorias condiciona un estado de hiperexcitabilidad y que esta sobreexcitación es consecuencia de una alteración en los canales de ingreso de calcio de neuronas que tienen impulsos nerviosos de larga duración. El estudio acaba de publicarse en una revista internacional de alto impacto, el Journal of Neurophysiology.
"Se podría decir quela persona que padece migrañas tiene un desbalance «de base» entre neuronas excitatorias e inhibitorias -explica el doctor Osvaldo Uchitel, director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias, perteneciente a la UBA y el Conicet, y jefe del grupo integrado por la doctora Carlota Inchauspe, Mariano Di Guilmi y Francisco Urbano, que firma el trabajo-. Es este desequilibrio el que condiciona la excitabilidad exagerada de la corteza cerebral, punto de partida de la reacción que produce el dolor de cabeza y otros síntomas asociados, como náuseas, dolor abdominal, intolerancia al ruido y a la luz, entre otros."
Uno de los rasgos característicos de la migraña es el aura, una sensación (por ejemplo, alteraciones visuales) que indica que está por sobrevenir un ataque. Según explica Uchitel, está probado que la producen descargas eléctricas descontroladas de la corteza cerebral, "que se agotan rápidamente y generan una depresión que se esparce como una mancha de aceite sobre una tela, a una velocidad de dos a tres milímetros por minuto".
Desde hace más de un siglo, los científicos veían varios puntos de contacto entre la migraña y la epilepsia (ambas presentan aura, hiperexcitabilidad y son episódicas), pero si bien para la segunda ya había modelos definidos en los laboratorios, no ocurría lo mismo para la primera.
"Como la migraña hemipléjica familiar surge de la alteración de un solo gen que dirige la síntesis del canal de calcio, uno de los controladores de la liberación de neurotransmisores, pudimos insertar esta mutación en el genoma de un ratón y crear un animal transgénico susceptible al dolor de cabeza -explica Uchitel-. Tener este modelo nos permitió estudiar aspectos básicos de la comunicación neuronal. Ya habíamos probado que, en la sobreexcitación, los canales por los que entra el calcio a las terminales nerviosas están alterados de tal forma que hay un mayor ingreso en todas las sinapsis y a la vez mayor liberación de moléculas excitatorias e inhibitorias. Sin embargo, subsistía una pregunta: si esa modificación estaba en todas las células, por qué se manifestaba como una excitación de la corteza y no como una inhibición."
La respuesta, según los científicos, es que el ingreso aumentado de calcio se da sólo en las neuronas cuyo impulso nervioso es de varios milisegundos de duración, pero no cuando dura un milisegundo o menos. "Como en algunas zonas de la corteza cerebral relacionadas con los síntomas del aura -detalla Uchitel-, las neuronas excitatorias tienen impulsos nerviosos de larga duración y las inhibitorias de corta duración, el mayor ingreso de calcio se da en las primeras y esto genera el desbalance de excitabilidad."
Estudios previos y observaciones clínicas habían mostrado que existiría un vínculo genético entre la migraña y por lo menos algunos cuadros de epilepsia. Según el doctor Alfredo Thomson, neurólogo del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y de Ineco, ya en 2007 un trabajo de L. Deprez y colegas, que se publicó en la revista Neurology , lo ubicaba en el cromosoma 9q. "Por otro lado -afirma Thomson-, hay también una vinculación farmacológica. Cuando los ataques de migraña se dan ocasionalmente, se tratan con triptanos, pero cuando son semanales o mensuales, dos de las medicaciones más efectivas para prevenirlos son antiepilépticos." Según el especialista, la tendencia actual es evitar este tipo de ataques para prevenir trastornos vasculares en el cerebro.

lanacion.com

1 comentario:

Unknown dijo...

Podrias decirme de quien es la pintura que ilustra el articulo? Gracias