sábado, 12 de noviembre de 2011

La historia de la actriz argentina que fue prostituta a los 80 años


De la fama que adquirió como protagonista de novelas y cantante de opera a la necesidad de prostituirse a los 80 años. Así transcurrió la vida de Hilda Breer, una actriz argentina que a los 24 años se mudó a Venezuela para continuar su carrera.
Su historia se conoció esta semana luego de que el periódico ingles Bild publicara una nota . Y repercutió en los medios argentinos.
La soprano argentina brilló en la televisión venezolana, hizo una carrera en Radio Nacional de dicho país y realizó presentaciones artísticas en las que su presencia y su voz eran las estrellas.
Pero a los 49 años tuvo que viajar a Alemania para dedicarse las 24 horas, durante 15 años, a los cuidados de su hijo, que vivía allí y sufría una enfermedad psiquiátrica. "No conseguí dominar mi carrera y la enfermedad de él", admitió en una entrevista realizada hoy por Nelson Castro en Radio Mitre.
Casi sin querer se metió en el mundo de la prostitución. "Necesitaba trabajo y vi un anuncio que se buscaba una señora para un club. Recién al llegar me di cuenta que era un prostíbulo", contó.
Hilda recuerda que en ese momento tenía 78 años y que la vacante era "para atender el teléfono". Pero terminó siendo otra cosa: "Me dijeron que yo también podía atender a los hombres. Lo pensé quince días, lo medité con mi hija y llegué a la conclusión que no me costaba nada hacer una prueba. Así empecé".
Cuando llegó a Alemania la idea no era dedicarse a la prostitución sino continuar su carrera como artista. Las cosas no salieron como lo esperaba y debió trabajar en un asilo de ancianos "para no tocar la plata" que le había enviado durante años a su madre, radicada en la Argentina. "Mis ideas de dar clases de canto quedaron en la nada. A los 64 años me dije ¿qué hago? porque ni podía cantar en un coro. Empecé a cuidar a anciano, pero me cansé de los enfermos de Alzheimer, se ponen agresivos", dijo.
Durante dos años trabajó en un prostíbulo "atendiendo a hombres de entre 25 y 50 años" que pedían por sus servicios. "Hoy ya no ejerzo la prostitución, lo hice por una necesidad. Fue una increíble sorpresa que los hombres busquen señoras mayores. Muchos tenía complejo de Edipo, otros simple curiosidad", relató en Radio Mitre.
En ese trabajo conoció "chicas que tenían estudios, madres solteras" y dijo sentirse "como una condesa entre toda esa jauría" a la que "respetaban por su edad".
La vida de Hilda Breer no fue fácil y puede ser digna de un guión de novela. Su madre murió cuando ella estaba en Alemania, la persona que la cuidaba en la Argentina robó todas sus pertenencias y el dinero y se escapó con un sobrino de la actriz.
"Yo no podía viajar porque mi hijo estaba internado. Los busque hasta por Interpol y nada. El dinero desapareció y me dije: 'Hilda, tenés que seguir trabajando'". Así, pasó de actriz a prostituta.
lanacion.com

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