martes, 1 de noviembre de 2011

Rusia: indemnizan a dos familias a las que les intercambiaron las bebas al nacer

CAMBIADAS. Anna (izquierda) e Irina fueron intercambiadas hace 12 años: hoy no quieren dejar a sus padres. (AP)
Es más plata que el que ninguna de las dos familias vio en su vida, pero es seguro que no logrará desaparecer el dolor. Un tribunal ruso ordenó indemnizar con 200.000 dólares a dos familias a las que les intercambiaron sus hijas al nacer.
Durante 12 años, las familias Belyayeva y Iskanderov criaron a sus hijas como propias, pero en realidad no era así. El error se descubrió cuando una de las parejas se divorció y el hombre exigió un análisis de ADN porque su hija no se le parecía en nada. Y tenía razón. Lo que nunca imaginó es que aquella beba que le habían dado hacía doce año tampoco era hija de su esposa.
Todo comenzó cuando Yulia Belyayeva y su esposo decidieron divorciarse. Al hombre lo carcomían las dudas sobre su paternidad. Es que su hija Irina no se parecía en nada a él. De pelo oscuro y piel y ojos canela a medida que Irina crecía las diferencias con su padre se acentuaban. Segura de sí misma, Yulia, la mamá, aceptó que se le hiciera un examen de ADN a la criatura. Lo que ninguno imaginó es que iba a dar negativo... para los dos.
El estudio determinó que ni Yulia ni su esposo eran los papás biológicos de la nena. La pareja repitió el ADN esperando que se tratara de un error, pero no. El error lo habían cometido en el hospital en el que había nacido Irina, 12 años atrás.
La pareja denunció al hospital y se inició una investigación. Las autoridades lograron descubrir quién era el padre biológico de Irina y se comunicaron con él. Naymat Iskanderov no entendía nada cuando lo llamaron para decirle que su hija había sido criada por otra pareja en una ciudad cercana.
La historia se cerró con otro ADN que demostró que la verdadera hija de Yulia Belyayeva había sido criada por Naymat Iskanderov y se llamaba Anna.
Después de varios meses de juicio el caso llegó a su tramo final y las dos familias fueron indemnizadas con 100 mil dólares cada una. Sin embargo, Yulia Belyayeva dijo que sigue conmovida por la noticia: "Es muy desagradable revivir estos recuerdos''. "Todavía no logramos a comprender qué sucedió'', dijo la mujer.
Anna, de piel y ojos claros, se parece mucho a su madre biológica, mientras que Irina se parece a su padre Naymat Iskanderov, un musulmán nacido en el ex Estado soviético de Tayikistán en Asia Central.
En un informe de la televisión rusa se pudo ver a Yulia acariciar a Anna, mientras Irina, a quien crió, con la mirada baja. "Siente celos", comentó la mamá por la televisión.
Belyayeva se casó nuevamente después de separarse de su marido y dio a luz a otros dos hijos. Iskanderov también se separó de su esposa. En aquel entonces Anna tenía cinco años y el hombre volvió a casarse, según informó el diario Komsomolskaya Pravda.
La ex esposa de Iskanderov y el ex marido de Belyayeva no estuvieron presentes en la sala del tribunal de Kopeisk, una ciudad industrial de 140.000 en los Montes Urales de Rusia.
Durante el juicio, Belyayeva identificó a la enfermera que habría mezclado las bebas, pero la mujer, llamada Nelly Prokopyeva negó tener cualquier responsabilidad. "Sé que no fui yo", le dijo a la TV local.
Yulia Belyayeva dijo que la sentencia no remedia la situación. "El dinero no puede aliviar el dolor'', dijo la mujer. "Todo el dinero del mundo no vale la mirada de un niño a su madre... Hay momentos en que creo que habría sido mejor si no me hubiera enterado de nada".
Tras haber sido criadas durante 12 años, las nenas no quieren dejar a sus papás "del corazón". Por eso, las familias están analizando una posibilidad radical: usar el dinero de la indemnización, que es mucho para Rusia, para mudarse cerca unos de otros y hasta compartir un mismo hogar.
clarin.com

1 comentario:

beauty dijo...

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