martes, 1 de diciembre de 2009

Ordenan indemnizarlo luego de que renunció por una depresión

Un empleado de una fábrica de soda pasaba por una crisis emocional muy profunda. Decidió renunciar formalmente a su empleo, y el mismo día intentó suicidarse. No lo logró y fue internado en un centro neuropsiquiátrico. Pocas horas después, su esposa fue hasta donde trabajaba el hombre para contar lo ocurrido y pedir que no se tomara en cuenta la renuncia, pero la empresa se negó a hacerlo. Ahora, la Justicia ordenó indemnizar al trabajador como si hubiera sido despedido.
El fallo fue emitido por la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo durante el mes de octubre, pero se conoció ayer. Para los jueces María García Margalejo y Oscar Zas, la dimisión fue nula porque el estado psíquico del trabajador era susceptible de afectar su discernimiento al momento de enviar el telegrama de renuncia.
Los magistrados consideraron que no es importante si la afección psicológica obedeció a causas "laborales, familiares o inherentes a la propia personalidad, o una conjunción de todo ello".
"No nos encontramos ante un reclamo con fundamento en una enfermedad o un accidente laboral; lo que interesa dilucidar es si el accionante presentaba o no una alteración psiquiátrica de tal magnitud que le impedía conocer los alcances de sus actos, en concreto, el acto de renuncia", subrayaron los jueces según la agencia DYN.
Ahora, los empleadores deberán indemnizar a su ex empleado con 23.304,13 pesos.
Según entendieron los magistrados, el intento de suicidio inmediatamente posterior al envío del telegrama de renuncia refleja cuál fue el estado de salud real del trabajador al momento de emitir su renuncia y durante el tiempo posterior, y no deja dudas sobre las graves alteraciones que presentaba su salud psíquica.
Los jueces del caso también tomaron en cuenta que el pedido de la esposa del empleado a la empresa para que ignorara la dimisión se produjo muy poco tiempo después de que el telegrama haya sido enviado.
Nicolás Schick, abogado especialista en Derecho Laboral, le explicó a Clarín que las legislación vigente indica que para que el acto de renuncia sea válido todo trabajador debe realizarlo teniendo discernimiento, intención y libertad para llevarlo a cabo. "Y no debe existir perturbación psicológica alguna, independientemente de que esas alteraciones se hayan originado en el ámbito laboral o fuera de él", señaló Schick.
clarin.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estos jueces presuponen que los empleadores son responsables por las tragedias de sus empleados. Los castigan solo por el hecho de haber creado una oportunidad de trabajo... Si se sienten tan conmovidos por las tragedias de los demas, debieran responder con su patrimonio...