miércoles, 2 de diciembre de 2009

Los gérmenes, a sus anchas en la cocina


Fabiola Czubaj
LA NACION
La cocina y el baño de los hogares de clase media son una verdadera "fiesta" de microorganismos potencialmente dañinos, especialmente para los chicos.
Así lo confirma un análisis de 1500 muestras obtenidas en 70 casas porteñas y bonaerenses, en las que el 87 por ciento de las muestras recolectadas en las cocinas y el 64% de las obtenidas de los baños mediante placas de contacto tenían niveles demasiado altos de gérmenes, como las bacterias coliformes fecales, que están presentes en el intestino de los animales y los seres humanos. Especialmente, Escherichia coli y salmonela.
Eso sorprendió a los investigadores, ya que estimaciones del Instituto Nacional de Epidemiología Dr. J. H. Jara habían indicado que la mitad de las cocinas (52%) y poco más de un tercio (37%) de los baños en los hogares argentinos no cumplen con los estándares de calidad de la higiene esperados para reducir el riesgo de exposición familiar a los gérmenes.
La buena noticia fue que en una semana, y tras entrenar a las amas de casa en la forma adecuada de limpieza y eliminación de los microorganismos, la contaminación de los hogares disminuyó casi 90 por ciento. Pero la mala noticia fue que al mes los microorganismos recuperaron sus niveles originales.
"El error más frecuente tiene que ver con no diluir los productos de limpieza y desinfección adecuadamente. Con diluir un chorrito de lavandina en agua no se soluciona todo, ni tampoco con usar el desinfectante puro en lugar de diluirlo como se indica en las instrucciones de uso", explicó a LA NACION el técnico en alimentos Julián Stambullián, de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei), que realizó el estudio junto con Fidec, una ONG internacional. Contó con el auspicio de la empresa Clorox y la coordinación del doctor Daniel Stamboulián y del ingeniero Ricardo León.
Otro problema, indicó, es la frecuencia de uso de los productos. "Creemos que, antes de nuestra llegada, ninguna ama de casa desinfectaba y lavaba las esponjas y los trapos todos los días, como debería hacerse en todos los hogares", agregó sobre el trabajo de campo realizado en los hogares.
El estudio, que tiene el aval de la Sociedad Argentina de Pediatría y se presentó en el VI Congreso Mundial de Infectología Pediátrica, se ocupó de los sitios donde más se acumulan los patógenos, según un informe piloto previo. Son los trapos y las esponjas, las tablas de picar, la mesada, la pileta de la cocina, la tapa y el interior del inodoro, la bañadera y el lavatorio. La manija de la heladera, indicaron ayer los especialistas, también es un reservorio de bacterias. "Evaluamos también los platos de las mascotas y el piso de la cocina, pero no encontramos un nivel de contaminación muy alto", agregó Stambullián.
En otro estudio de Funcei sobre contaminación de las verduras de hoja, que el equipo compró en el mercado de Avellaneda, se identificó un 18% de muestras positivas para salmonela y un 100% de muestras positivas para Escherichia coli .
Consejos
Bajar la tapa del inodoro al apretar el botón para evitar la dispersión de gotas que transmiten gérmenes. Para desinfectar el inodoro, verter 1 taza de lavandina en el interior, cepillar y dejar actuar 10 minutos. Limpiar también la tapa.
Sumergir las esponjas y los trapos toda la noche en un bol con una cucharada de lavandina disuelta en un litro de agua.
Desinfectar la tabla de picar después de usar alimentos crudos, como carne, pescado o pollo. Cepillar con agua caliente y jabón, y remojar durante 2 minutos con 1 cucharada de lavandina por cada 4 litros de agua.
Lavar hoja por hoja las verduras, sumergirlas durante 10 minutos en 3cm3 de lavandina por litro de agua y volverlas a enjuagar antes de consumir.
lanacion.com

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