domingo, 17 de julio de 2011

Para saber qué le pasa miraré su Twitter

Una persona consulta su cuenta de Twitter. | Foto: Michael Caronna
Ni teléfono, ni fax y casi ni e-mail. Las redes sociales son, cada vez más, las reinas de internet. A través de ellas estamos en contacto con amigos y familiares a los que informamos de nuestro estado de ánimo o de aquello que nos interesa. Y si publicamos aquellas cosas que consideramos relevantes en nuestros perfiles ¿por qué no nuestro estado de salud?
Bajo esta premisa, dos científicos informáticos de la Universidad John Hopkins (Maryland, EEUU) tomaron como objeto de estudio los más de dos billones de tweets de estadounidenses, sólo entre los meses de mayo de 2009 a octubre de 2010, que tenían que ver con algo referido a la salud. Como tanto tweet era inabarcable, los investigadores desarrollaron un filtro informático que separaba aquellos mensajes descartables -del estilo de "el alto precio del gas es un dolor de cabeza para mi empresa"-, de los que realmente tenían una relación específica con la salud.
El resultado fue más de un millón y medio de los famosos mensajes de 140 caracteres que mostraron ciertas tendencias que los autores califican como interesantes: "Estos tweets dejaron al descubierto la existencia de algunos graves errores sobre cuestiones médicas", asegura Michael J. Paul, colaborador en este proyecto.
Entre estos errores predominaban la tendencia a automedicarse de forma equivocada para enfermedades comunes o estacionales, como la gripe o las alergias. "Por ejemplo, había mucha gente que para curarse de la gripe tomaba antibióticos cuando, en realidad, éstos no funcionan para esta enfermedad porque está causada por un virus. Sin embargo, con esta práctica se puede contribuir al aumento de resistencias contra los antibióticos, que ya se está convirtiendo en un problema sanitario", explican los autores del estudio.
"Creemos que estos datos son importantes porque ya ha habido análisis que investigaban los tweets para hacer seguimientos de la gripe, pero ninguno para ver cuáles son los temas médicos que más preocupan a la sociedad y qué percepción tienen sobre ellos", afirma Marcar Dredze, coautor de la investigación.
Así, y según este proyecto, el 'top five' de los intereses en cuanto a enfermedades de los estadounidenses se centran en la gripe, el insomnio, el cáncer, la obesidad o las depresiones. "Y sobre cada uno de estos problemas vimos que hay muchas preguntas sin contestar y algunas nociones falsas", comentan.

¿Y qué ocurre en España?

Mientras que casi el 40% de los usuarios de Twitter son estadounidenses, en España, la famosa red 'de los 140 caracteres' es la tercera en número de usuarios tras Facebook y MySpace. Utilizada por cerca de tres millones de españoles (según el último informe de 2010 de la agencia de investigación sobre tendencias de consumo 'The Cocktail Analysis'), para muchos médicos que se han enganchado a las nuevas tecnologías, estos usuarios no representan una muestra suficiente para que los datos de este estudio puedan extrapolarse al caso español.
"La pregunta que nos podemos plantear es: ¿Cómo es de representativa la muestra de los usuarios de Twitter en España respecto a toda la población?", se cuestiona Julio Mayol (@juliomayol), cirujano del Hospital Clínico de Madrid. "El perfil del español que utiliza esta red es muy sesgado: gente de un nivel socioeconómico alto, con estudios superiores, más hombres que mujeres, etc. Estos datos no son representativos", afirma este especialista. "Sin embargo, en EEUU la cosa cambia porque son más los que lo utilizan y allí es la primera red social. Cuanto más grande es la muestra, menor margen de error", añade.
"Además, lo primero que hay que entender es el diferente patrón de funcionamiento y comportamiento de los usuarios americanos y españoles", explica el doctor Mayol. "Los estadounidenses son dados a difundir sus estado de salud porque encuentran además apoyo en la red. Esto es una característica que no se puede extrapolar a ningún otro país. En España no estamos habituados a decir que estamos enfermos de tal o cual cosa por las redes ni tampoco te encuentras ese apoyo, por lo que un estudio de estas características, simplemente no tiene lugar aquí", asegura este especialista.
De la misma opinión es Vicente Baos, médico de familia y autor del blog 'El Supositorio' (@vbaosv): "El uso de Twitter en España no es tan intensivo ya que, incluso, muchos se abren una cuenta y si no entienden cómo funciona no vuelven a entrar", explica. "En esta red el perfil del usuario es de cierto nivel económico y educativo y se utiliza sobre todo como fuente de información. Pero ni siquiera los temas de salud tienen gran repercusión salvo algunos casos concretos de epidemias", afirma este médico.
Por otra parte, otra de las limitaciones que encuentran a este estudio es su capacidad de respuesta a los resultados. "Se estudia que la gente está mal informada en cuanto al tratamiento frente a varias enfermedades, pero ¿qué se hace para evitarlo?, ¿se abre otra cuenta?, ¿qué repercusión objetiva se tendría para cambiar estos datos?", se pregunta el doctor Baos.
"Los datos hablan de carencias en el conocimiento del tratamiento de enfermedades, pero no explican qué hacer para darle solución. Las instituciones sanitarias hacen campañas informativas, intentan mandar sus mensajes, pero pocas medidas más tienen. Entonces ¿para qué nos sirven estos datos? Muchas veces tanta información sólo sirve para crear alarmas innecesarias", comenta el doctor Mayol.
Para ambos especialistas, lo máximo que se puede hacer para solucionar los problemas de los twiteros es ofrecer mensajes fiables desde las cuentas de instituciones públicas, "aunque tienen nichos de seguidores muy pequeños", comenta el doctor Baos. A pesar de ello, animan a estos organismos y a los doctores a utilizar Twitter como una herramienta comunicativa más.
"Estas redes funcionan como otro medio de comunicación más, importante por su medida de difusión al alza, pero poco más. Quizá, lo interesante estribe en que las autoridades sanitarias entren en las redes y ofrezcan información de calidad, pero campañas sobre cómo utilizar los fármacos sin receta y sobre otros temas se están haciendo, aunque ya depende de la gente hacerles caso o no. Esto no significa que no se intente", comenta el doctor Mayol.
elmundo.es

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