lunes, 19 de julio de 2010

Un viaje al mundo del coworking en la ciudad

Por José Di Bártolo
lanacion.com
Tres de la tarde. A simple vista puede parecer un café moderno en Palermo. Mesas, algunos livings, gente joven y muchas notebooks encendidas al mismo tiempo. Pero de pronto se pueden percibir grupos en salas más reservadas, otros que se levantan y se mueven hacia otro espacio, una persona hablando por celular y caminando por el salón y otros que llegan y se van. Los que estaban solos se juntan entre sí. La escena se puede repetir a lo largo del día.
Desde noviembre de 2007 a la fecha aparecieron en la Ciudad al menos tres lugares, como el citado previamente, que ofrecen la posibilidad de trabajar en un ámbito de coworking . Dos de ellos ubicados en la zona de Palermo y el restante en Belgrano.
El nacimiento de estos espacios responde al surgimiento de un movimiento que comenzó hace cinco años en San Francisco, Estados Unidos. "Allí un grupo de personas relacionadas con el mundo de la tecnología se reunían en cafés o casas particulares para desarrollar trabajos personales y en conjunto. La evolución de ese proceso derivó en lo que hoy se conoce como coworking ", explica Fernando Maclen, socio de CoWork Central , el primer espacio en la Ciudad que brinda este tipo de servicio.
Estos son lugares en los que se ofrece espacio para trabajar de forma independiente y en los que ocasionalmente se puede crear sinergias entre profesionales que acuden regularmente. Por ejemplo, diseñadores con programadores o productoras con profesionales de diferentes ramas. Las combinaciones surgen de acuerdo al trabajo personal de cada uno de los coworkers .
Perfiles. "Pensamos que estaba orientado al mundo independiente, pero no fue así ya que aparecieron otros rubros que no teníamos pensados como weeding planners , abogados y contadores. Es bastante multitarget un lugar como éstos", dice Florencia Faivich, socia de Urban Station , un espacio abierto hace seis meses en Palermo. "Tenés un 50% de clientes argentinos y 50% de extranjeros", asegura Martín Frankel el creador de Areatres, otro de los lugares ubicados en ese barrio.
Diseñadores, programadores, emprendedores, asesores de marketing, productoras independientes, profesionales de diversas ramas, son las profesiones que más suelen trabajar en áreas de coworking. ¿La razón? Internet les da una independencia impensada años atrás. Pueden moverse por distintos lugares con una buena conexión y con un buen celular. Y si además logran unificar criterios con pares, mejor.
Forma de trabajo. En los tres lugares visitados por lanacion.com la organización del trabajo tiene características similares. El profesional que desee acceder a los servicios lo podrá hacer por día, por semana o incluso con contratos mensuales. Para cada opción hay distintas tarifas. En general, varían entre los 15 pesos por hora, hasta los 4.700 pesos mensuales los más exclusivos. Siempre depende del servicio que se quiera utilizar y el lugar a donde se vaya a trabajar. También se puede elegir la privacidad que se quiere tener.
Existen lugares más comunes, similares a un café, y hay otros espacios más reservados como salas para reuniones o livings adaptados para el trabajo. La mayoría de las oficinas están equipadas con la tecnología necesaria para hacer presentaciones.
"Las personas no quieren perder tiempo pagando cuentas de una oficina, cuando otro lo puede hacer. Eso para muchos es un beneficio y por eso deciden alquilar mensualmente un espacio en un lugar como éste", afirma Martín Frankel.
Como la filosofía del coworking reside en compartir, también el espacio de cocina cumple ese objetivo. Por eso se podrá observar viandas de diversas personas en la heladera, tazas y utensilios en los estantes y café, mucho café.
Evolución del teletrabajo. Todos los consultados por lanacion.com coincidieron en que la principal falla del modelo por el cual un trabajador podía hacer su labor desde su hogar era la falta de límites entre la vida profesional y la privada. "Hay varias razones porque la casa deja de ser un lugar confortable: primero está tu familia y no querés que se interponga la labor con tu vida cotidiana, también se puede considerar que no se tiene la tecnología necesaria o porque directamente pasa a ser una práctica aburrida", dice Claudio Bisurgi de Urban Station. "La falla del teletrabajo es que no se puede dividir la vida personal de la laboral", afirma por su parte Frankel.
"Esto es un fenómeno que está pasando, una evolución de la forma de trabajar que tiene un impacto económico, social y cultural", explica Claudio Bisurgi, mientras que Fernando Maclen prefiere resumir el concepto de coworking : "Trata de unir lo mejor de trabajar en la oficina con lo mejor de trabajar en la casa".

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