Por Verónica Dema
lanacion.com
Cada vez más niños se tienden en el diván. Depresión infantil, déficit atencional (ADD), trastorno general del desarrollo (TGD), trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y hasta bipolaridad son diagnósticos frecuentes entre psicólogos y psiquiatras consultados por lanacion.com. Según explican, además de la predisposición genética, las razones de este incremento se encuentran en la aceleración del ritmo de vida y en la intensificación del uso de tecnología en la vida de padres e hijos, lo que perjudica la relación entre ambos.
La médica psiquiatra especialista en infanto-juvenil Alejandra Cattán, habla de la depresión infantil como un conjunto de signos y síntomas que permiten identificar un estado de ánimo triste en un niño y que tienen que ver con el aumento de la ansiedad, los trastornos del sueño, hiperkinesia, déficit a nivel escolar, problemas de conducta y, algunas veces, trastornos en el vínculo con pares.
Se explaya en estas manifestaciones y para cada una encuentra casos de pacientes que se acercan a su consultorio. "El número de consultas por depresión está aumentando básicamente por el ritmo de vida que hoy tenemos y también por la instalación de las nuevas tecnologías en la vida de estos niños", señala Cattán. "Nosotros vemos muchos chicos que pasan mucho tiempo frente a la televisión, a la compu, al iPod y eso hace que cambie el vínculo humano por uno virtual. Ese vínculo virtual va en detrimento de un desarrollo armónico y del sentimiento de valoración frente a los otros".
Aclara que también hay una asociación genética: en aquellas familias cuyos padres o abuelos tuvieron una depresión hay cierta predisposición en la segunda o tercera generación, de ahí la importancia de indagar en los antecedentes.
Su colega Claudio Waisburg, director médico del departamento de Neurología infanto-juvenil del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), coincide en el crecimiento de consultas de familias cuyos niños tienen problemas psicológicos. "Este tipo de trastornos de desarrollo y neuropsiquiátricos aumentaron mucho en los últimos 10 ó 15 años; por un lado, porque se diagnostican más y mejor y, por otro, porque existe un factor ambiental y del entorno que juega un rol importante", explica.
Así, señala, en alguien que tiene el terreno para desarrollar un cuadro neuroconductual, el acelere, el entorno, la falta de comunicación entre padres e hijos, la parte negativa de las tecnologías, son causas desencadenantes.
El especialista, también director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, apunta que, según su experiencia, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es uno de los trastornos neuroconductuales más frecuentes con los cuales neurólogos y psiquiatras infantiles se encuentran hoy. Este trastorno, aclara, no involucra sólo aspectos estrictamente escolares sino que también afecta diferentes ámbitos y espacios como la casa o las actividades recreativas.
Los especialistas coinciden en la importancia de realizar un buen diagnóstico. Luego, recomiendan un abordaje multidisciplinario que involucra a profesionales de la psicología, la psiquiatría, psicopedagogos y un fuerte acompañamiento de la familia.
Más información
- Asociación Argentina de Psiquiatría Infanto Juvenil y profesiones afines
- Asociación Argentina de Psiquiatría y Psicología de la infancia
- Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente
- "Los chicos se parecen más a la época que a sus propios padres"
- Los signos de la depresión infantil
lanacion.com
Cada vez más niños se tienden en el diván. Depresión infantil, déficit atencional (ADD), trastorno general del desarrollo (TGD), trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y hasta bipolaridad son diagnósticos frecuentes entre psicólogos y psiquiatras consultados por lanacion.com. Según explican, además de la predisposición genética, las razones de este incremento se encuentran en la aceleración del ritmo de vida y en la intensificación del uso de tecnología en la vida de padres e hijos, lo que perjudica la relación entre ambos.
La médica psiquiatra especialista en infanto-juvenil Alejandra Cattán, habla de la depresión infantil como un conjunto de signos y síntomas que permiten identificar un estado de ánimo triste en un niño y que tienen que ver con el aumento de la ansiedad, los trastornos del sueño, hiperkinesia, déficit a nivel escolar, problemas de conducta y, algunas veces, trastornos en el vínculo con pares.
Se explaya en estas manifestaciones y para cada una encuentra casos de pacientes que se acercan a su consultorio. "El número de consultas por depresión está aumentando básicamente por el ritmo de vida que hoy tenemos y también por la instalación de las nuevas tecnologías en la vida de estos niños", señala Cattán. "Nosotros vemos muchos chicos que pasan mucho tiempo frente a la televisión, a la compu, al iPod y eso hace que cambie el vínculo humano por uno virtual. Ese vínculo virtual va en detrimento de un desarrollo armónico y del sentimiento de valoración frente a los otros".
Aclara que también hay una asociación genética: en aquellas familias cuyos padres o abuelos tuvieron una depresión hay cierta predisposición en la segunda o tercera generación, de ahí la importancia de indagar en los antecedentes.
Su colega Claudio Waisburg, director médico del departamento de Neurología infanto-juvenil del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), coincide en el crecimiento de consultas de familias cuyos niños tienen problemas psicológicos. "Este tipo de trastornos de desarrollo y neuropsiquiátricos aumentaron mucho en los últimos 10 ó 15 años; por un lado, porque se diagnostican más y mejor y, por otro, porque existe un factor ambiental y del entorno que juega un rol importante", explica.
Así, señala, en alguien que tiene el terreno para desarrollar un cuadro neuroconductual, el acelere, el entorno, la falta de comunicación entre padres e hijos, la parte negativa de las tecnologías, son causas desencadenantes.
El especialista, también director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, apunta que, según su experiencia, el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es uno de los trastornos neuroconductuales más frecuentes con los cuales neurólogos y psiquiatras infantiles se encuentran hoy. Este trastorno, aclara, no involucra sólo aspectos estrictamente escolares sino que también afecta diferentes ámbitos y espacios como la casa o las actividades recreativas.
Los especialistas coinciden en la importancia de realizar un buen diagnóstico. Luego, recomiendan un abordaje multidisciplinario que involucra a profesionales de la psicología, la psiquiatría, psicopedagogos y un fuerte acompañamiento de la familia.
Más información
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