domingo, 6 de junio de 2010

"Investigo sobre la vida artificial, pero no estoy jugando a ser Dios"

El novelista irlandés James Joyce escribió: “Para vivir, para equivocarse, para fracasar, para triunfar, para recrear la vida fuera de la vida”, y Craig Venter lo tomó al pie de la letra. Consiguió ahora crear vida fuera de la vida por primera vez en la historia de la humanidad. Con 24 investigadores, este científico con fama mundial y hombre de negocios construyó exitosamente la primera célula de una bacteria sintética y autorreplicante.
Un logro que considera revolucionario, pero que “no quiere decir que yo esté jugando a ser Dios”, según le dijo a Clarín el jueves en una entrevista por teléfono desde su laboratorio en Rockville, Estados Unidos.
Venter saludó amablemente al comenzar el diálogo, pero enseguida se incomodó al escuchar que se lo critica porque la creación de células artificiales puede ser peligrosa, luego que se difundió su investigación el 20 de mayo en la revista Science. De hecho, días atrás tuvo que ir al Congreso de los Estados Unidos para explicar qué había hecho exactamente.
Se defendió: “Los que no saben mucho de ciencia, piensan que lo que estamos haciendo es peligroso. Siempre hay una posibilidad de que alguien use esta tecnología para dañar a otros aunque lo que hacemos ha sido ya revisado varias veces en los Estados Unidos. Seguimos lineamientos éticos”. Venter será la figura principal del documental “Vida sintética” que el canal Discovery Channel presentará el domingo 13 de junio a las 21 horas.
-¿Y no hay riesgos para la gente o para el planeta?

Creamos una célula. Es sólo una cepa de laboratorio. No hay riesgo con eso. Además, fue un proyecto muy difícil, pero yo siempre tuve confianza en que lo íbamos a lograr. Los temores de hoy son parecidos a los que había hace 40 años con la biología molecular.
¿Por qué lo considera entonces revolucionario?

Porque necesitamos de este tipo de tecnología para sobrevivir en el planeta sin destruirlo. En América Latina, y en otras regiones del mundo, hay una rápida expansión de la población. Seremos pronto más 9.000 millones de habitantes en el mundo, y no tenemos la capacidad para proveer suficientes alimentos, agua potable, medicinas y energía para los 6.800 millones que ya somos.
¿Cuánto costó la creación de esta célula sintética?

La investigación demandó 40 millones de dólares y comenzó hace 15 años. Algunas de las tecnologías que desarrollamos para este trabajo nos sirvieron para decodificar más rápido el genoma humano, un gran proyecto cuyos principales beneficios todavía no han alcanzado a la población.
¿Cuál sería la utilidad de las células artificiales?

Cada vez que alcanzo un avance, la gente me dice que seguramente no lograré algo más grande. Pero quiero usar esta tecnología de células sintéticas para resolver problemas del planeta. Ahora intento diseñar algas para tener nuevas fuentes de energía y de alimento. También estoy trabajando en estudios para que las vacunas contra el virus de la gripe se produzcan de manera más rápida.
Hace 10 años usted estaba presentando el borrador del genoma humano en la Casa Blanca, junto con Francis Collins, el líder del proyecto público. Usted lo hizo también desde una empresa privada y fue muy criticado. ¿Cómo convive con las críticas? Yo me siento muy afortunado con lo que he logrado. Y además estoy satisfecho porque tengo un equipo de trabajo muy bueno. Sobre las críticas: por lo general, la comunidad científica es bastante conservadora, y no acepta fácilmente la aparición de nuevas ideas. En los años 90 muchos me criticaban, pero hoy están usando la tecnología que se desarrolló en mi empresa. Creo que alguien que es exitoso en el mundo tiene que aprender a lidiar con las críticas y, además, no dejar que controlen su vida.

Una cuestión de fronteras
Craig Venter está borrando la frontera entre la vida natural y la artificial. Junto con 24 investigadores, consiguió ahora producir la primera célula bacteriana sintética. El trabajo le llevó 15 años. En los años 90 estaban tratando de “leer” el código genético de diferentes organismos. Esto se hizo al convertir el perfil químico del ADN de las células en ceros y unos dentro de la computadora. Venter se preguntaba si el proceso podía hacerse al revés, y empezar desde la información digitalizada para producir una célula viva. La respuesta fue sí: creó la célula bacteriana artificial, la Mycoplasma mycoides . Hasta el momento, todo el trabajo se centró en microorganismos. Venter aclaró a Clarín que no se intenta manipular lo humano. Señaló: “Esto nos permite una mejor comprensión de las células, algo que posibilitará dirigir células y organismos en tareas como limpiar agua o producir biocombustibles, algo que las especies naturales actuales no logran con la eficiencia y a la escala necesarias”.

clarin.com

1 comentario:

Maria Andrea dijo...

creo que el tema de vida artificial es un tema muy interesante eh importante de tratar, estamos viviendo muchas situaciones que nos orillan a encontrar otro tipo de alternativas, estoy deacuerdo en la vida artificial siempre y cuando se use para buenos fines