miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cáncer de próstata: otro motivo para mantener el colesterol a raya


MARÍA VALERIO
MADRID.- Como cualquier nuevo campo que empieza a arrojar evidencias en una dirección, también éste hay que tomarlo con cautela por el momento. Sin embargo, puesto que los perjuicios de tener el colesterol alto son bien conocidos en otros terrenos, añadir una nueva ventaja a esta lista resulta esperanzador. Dos trabajos coinciden en apuntar que mantener el colesterol en niveles saludables reduce el riesgo de sufrir un cáncer de próstata entre los varones. Ésta es una relación que empezó a apuntarse hace un par de años con estudios algo más limitados, y que dos trabajos en la revista
'Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention' apuntalan ahora con nuevos datos.
En una de las investigaciones, dirigida desde la Universidad Johns Hopkins (EEUU) por Elizabeth Platz, se observó que los varones con niveles más reducidos de lípidos tenían hasta un 60% menos de probabilidades de sufrir uno de los tipos más agresivos de tumor prostático, el cáncer de alto grado (una variedad con alta propensión a extenderse a otros órganos del cuerpo).
Para sus conclusiones, el equipo de Platz, analizó los datos de más de 5.500 varones de más de 55 años, incluidos en un ensayo clínico sobre esta enfermedad entre los años 1993 y 1996. Teniendo en cuenta que un nivel normal de colesterol ronda los 200 mg/dL (miligramos por decilitro de sangre), los hombres por debajo de este umbral fueron los que mostraron menos probabilidades de sufrir un tumor de alto grado.
Como resume la propia investigadora, la suya es una nueva razón para convencer a la población de la necesidad de mantener el colesterol dentro de los niveles normales. Aunque eso sí, reconoce que su trabajo (financiado con fondos públicos del National Cancer Institute) sólo mostró una reducción de la variedad más agresiva de cáncer (menos frecuente), no del resto de tipos de tumores de próstata.
Tumores sin diagnosticar
Algo que sí se ha observado en un trabajo publicado en paralelo en la misma revista por un equipo del National Cancer Institute. En este caso, los investigadores siguieron durante 18 años a más de 29.000 varones, lo que representa una de las mayores iniciativas de este tipo.
En sus conclusiones, el doctor Demetrius Albanes observó un curioso fenómeno. En su muestra, paradójicamente, tener el colesterol bajo se asoció a un aumento del riesgo de cáncer de próstata; aunque esta relación se evaporó cuando se excluyeron los tumores diagnosticados al poco tiempo de la extracción de sangre.
Esto quiere decir, según los autores, que en realidad lo que estaban apreciando no era una relación causal, sino que tener el colesterol bajo podría estar indicando la presencia de tumores aún sin diagnosticar. De hecho, cuando sólo se tuvieron en cuenta los casos de cáncer diagnosticados después de nueve años del inicio, los diagnósticos de cáncer de próstata se redujeron un 14% entre quienes tenían los lípidos bajo control.
A pesar de estas conclusiones, ambos equipos coinciden en que es demasiado pronto para aventurar que los fármacos anticolesterol por excelencia, las estatinas, pueden emplearse en la prevención del cáncer.
Aunque sí explican que habrá que seguir indagando en el papel que juega el metabolismo en la aparición de esta enfermedad; algo en lo que incide en un editorial en la misma revista Eric Jacobs, director de Farmacoepidemiología en la Sociedad Americana del Cáncer. "Una posibilidad sería realizar un ensayo clínico randomizado entre varones con tumores de próstata en estadios iniciales para comprobar si las estatinas son capaces de detener la progresión del cáncer".
elmundo.es

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