jueves, 14 de julio de 2011

Ortorexia: La obsesión por la comida saludable



En 2001 el doctor Steven Bratman publicó un libro titulado Adictos a la comida sana: Ortorexia Nerviosa: Superando la obsesión por la alimentación saludable (puede comprarse en Amazon). En ese libro desarrolló en profundidad un término que había inventado un tiempo atrás: la ortorexia nerviosa. Bratman define la ortorexia como la obsesión desmesurada por mantener una alimentación saludable de forma constante.  Es difícil determinar cuándo una persona llega a ese nivel de obsesividad y varios científicos rechazan totalmente este término explicando que en realidad lo que se define como ortorexia no es más que una variación o manifestación de la anorexia. Sin embargo Bratman asegura que aún cuando la ortorexia puede derivar en casos de anorexia, la fundamental distinción entre ambas es la motivación personal que impulsa a la persona a tener determinada conducta.
Las personas definidas como ortoréxicas no se caracterizan por volver rutina el evitar la comida, sino por considerarla tan importante y central que les impide desarrollarse personalmente en otros aspectos de su vida.

Características de los ortoréxicos:

  • Dedican más de tres horas al día en pensar qué van a comer, incorporando y descartando compulsivamente opciones según qué tan sanas puedan resultarse.
  • Se sienten “mejores que los otros” por el tipo de dieta que llevan, pero no su placer se despliega a un nivel intelectual.
  • Se aíslan. Prefieren no estar con grupos de personas que no comparten su forma de comer.
  • Prefieren saltear comidas, incluso durante días, antes que comer algo que no cumpla sus estándares.
Pero la conducta más característica que afecta tanto a este tipo de dieta como a muchas otras, es el hecho de sentir culpa cuando realizan decisiones que no consideran lo suficientemente buenas. Por ejemplo, si la persona tiene tanta hambre que ya no está dispuesta a saltear una comida y termina comiendo cualquier cosa, se sentirá culpable por eso y se condenará personalmente por no haber sido lo suficientemente fuerte como para mantenerse disciplinado a pesar de todo.
Durante los últimos años se incrementó mucho la cantidad de personas que practican dietas estrictas como el veganismo, y aunque tener ese tipo de dieta o alguna otra no hace que la persona sea catalogada como ortoréxica, lo cierto es que muchas veces llevar los mensajes a formas extremas (x es malo, y es bueno) genera este tipo de conductas en quienes tienen más tendencia a trastornos alimenticios.
El problema de los ortoréxicos no está en el tipo de comida que consumen, sino en cómo crean una obsesión alrededor de esa forma de comer
Es importante distinguir que el problema de los ortoréxicos no está en el tipo de comida que consumen, que en general es realmente más sana, sino en cómo crean una obsesión alrededor de esa forma de comer.
La Dra. Marion Nestle fue interrogada sobre este tema recientemente en su blog Food Politics y, contraria en parte a la postura de Bratman aseguró que siendo la comida la cosa más íntima que tiene una persona, nada debería ser más personal que las elecciones que hace uno para comer, sean cuales sean esas elecciones. De todas formas explica cómo es posible que se llegue a ciertos niveles de obsesividad diciendo que al no haber dificultad para conseguir alimentos en un gran grupo de personas, la comida deja de tener una “función” como alimentar o dar algún placer y termina siendo sólo un objeto más de consumo al que a veces la gente transforma en un enemigo contra el que tiene que luchar. Igualmente no descarta que la obsesividad sea problemática y dice que en casos extremos, y especialmente en chicos, algunas veces es importante buscar ayuda para que todo no termine siendo más problemático.
cukmi.com

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