lunes, 24 de enero de 2011

No me hice gay... ¡Nací gay!

En la imagen un niño rubio sonríe feliz a cámara. Viste un mono de cuadros, tiene los brazos en jarras y la pierna delicadamente doblada. Hace cuatro años, su protagonista, hoy un adulto gay, la colgó en su perfil de MySpace y a uno de sus amigos de la red social, el dj y promotor musical Paul V., se le encendió la bombilla.

"Pensé, 'sería estupendo hacer un libro con fotos de niños gais, donde las imágenes muestren que nacieron ya así al igual que los heterosexuales nacen heterosexuales", explica por correo electrónico el propio Paul, que reside en Los Ángeles y es reticente a decir a las claras su edad ("puedes decir que tengo perpetuamente 33 años... más un tercio").

"Hacer un libro es complicado, así que decidí empezar con un blog y que la cosa fuera rodando. Así podría verlo cualquier persona del mundo, especialmente los menores gais. La idea me rondaba, pero lo que me empujó a hacerlo de una vez por todas fue la tristeza y la rabia que sentí ante los recientes suicidios de jóvenes gais en Estados Unidos y el éxito de proyectos como It Gets Better -'la cosa va mejorando', una web en la que adultos gais intentan animar a menores que estén sufriendo por su sexualidad contándoles su propia experiencia-. Me pareció que el blog podría ayudarles a sentirse menos solos y a ver que esos sentimientos y experiencias que están viviendo llevan décadas existiendo. Así que empecé rogando a mis amigos gais de Facebook para que me mandaran su propia foto y su historia y de pronto la cosa explotó. ¡Como un tsunami!".
Paul lanzó el blog, borngaybornthisway ('nací gay, nací así'), el domingo 9 de enero, hace dos semanas. A los tres días sumaba 60.000 páginas vistas. A los siete, más de 240.000. De momento, Paul ha subido 180 historias de personas que han colaborado mandando su foto y su relato. Le han llegado muchas más. Pero el éxito le ha desbordado.
Las fotos muestran a niños sonrientes disfrazados con vestidos y naranjas en los pechos o posando, con las rodillas cruzadas, camisetas de color rosa y un Pequeño Pony en el regazo, o con gestos de diva. También hay fotos de niñas a las que le gusta empuñar martillos, jugar con coches o al rugby. Entre los textos, breves y tiernos, hay relatos felices y también alguno triste, aunque siempre con un mensaje final positivo.
Hay relatos felices como el de Matt, de 42 años y originario de Virginia (EE UU), que envía una foto de cuando tenía seis años y posaba soñador y delicado: "Recuerdo esta etapa de mi vida como súper libre y feliz, con mucho potencial y creatividad. Me sentía querido y a salvo. Me daba cuenta de que era diferente de los demás niños pero lo vivía como un don, algo especial que me hacía ser tan... yo!". O casos como el de John, de 50 años y originario de Georgia (EEUU), que envía una foto de sus 5 años y el siguiente texto-revulsivo: "Así era yo antes de las mofas, del adoctrinamiento, antes de que me obligaran a hacer deporte, antes de la vergüenza (...). Desde que tengo memoria soy diferente. Ojalá pudiera encontrar algo de humor en esta imagen para embellecer mi relato".
"Nuestra sexualidad está predeterminada"
Aunque menos numerosos, también hay relatos de mujeres. Como Morgan, de 50 años, que envía una foto de cuando tenía ocho y le gustaba ponerse el uniforme de boyscout de su hermano. "Me encantaba, estaba lleno de bolsillos, con cinturón y corbata (...). Yo quería ir con él y escalar montañas. Pero me metieron en las girlscouts, con mi falda, haciendo cosas de chicas y vendiendo galletas. No duré mucho... Respecto al uniforme de mi hermano, me tuve que conformar con desfilar con él por casa. Cuando veo esta foto me acuerdo de lo natural que era para mí ser un chicazo. Me parece clarísimo que nuestra sexualidad está predeterminada y no es en absoluto una elección".
También escribe Samantha, de 23 años, y residente en la "Iowa rural", que envía una foto de cuando tenía dos años en la que sale empuñando un destornillador: "Siempre fui un chicazo. Pedí una caja de herramientas a los nueve años. En esta foto estoy ayudando a mis tíos y mi padre a montar mi propio balancín".
La inmensa mayoría de los relatos son de estadounidenses aunque también hay algún que otro foráneo. Como Javier, un andaluz que envía una foto de un veraneo y el siguiente texto: "Este soy yo con ocho años. Cada verano iba de camping con mi familia. Me encantaba y me gustaba especialmente estar en el vestuario de los hombres. Me tiraba horas viendo a los hombres de 40 secando sus cuerpos peludos".
El éxito ha cogido tan de sorpresa a Paul que todavía no le ha dado tiempo a escoger la foto que ilustre su propio relato, ocupado como anda administrando el blog. "Lo mejor es que todo el que lo ve, lo pilla", concluye el creador de este tierno homenaje a esos niños que crecieron sabiendo que eran diferentes.
elpais.com

1 comentario:

Nacho dijo...

http://nacigay.blogspot.com/

Amigos les dejo el link para que nos cuenten sus historias.
Un abrazo gigante a todos

Nacho