martes, 24 de enero de 2012

Internet, ¿una herramienta contra el dolor?

Una persona consutando el ordenador. | El Mundo
La fe de una parte de la comunidad científica en Internet como herramienta para mejorar el pronóstico de ciertas enfermedades se está afianzando. Investigadores canadienses defienden ahora en un nuevo estudio la posible valía de la red como soporte en el tratamiento del dolor.
Jacqueline Bender, de la Universidad de Toronto (Canadá) y su equipo, publican una revisión de estudios que han evaluado la eficacia de los programas para el automanejo del dolor en Internet y determinan que "este tipo de intervenciones parecen prometedoras, aunque se desconoce aún qué pacientes pueden beneficiarse más de los programas terapéuticos online.
A pesar de los últimos avances en neurofisiología y farmacología, no "se está consiguiendo aliviar el dolor de muchos pacientes. De hecho el sufrimiento es un problema de salud pública en todos los países. Las estimaciones actuales indican que el dolor afecta a más personas que las patologías cardiacas, el cáncer y la diabetes juntas, además de los altos costes sanitarios que desencadena. La persistencia de lo que se considera como una 'epidemia' se ha atribuido a una serie de barreras que impiden su buen y rentable manejo", introducen los investigadores en el último número de la revista 'Pain' .
Esgrimen que estos obstáculos van desde "una inadecuada recopilación de la información y carencias en la formación de los profesionales sanitarios, la mala identificación del dolor y la persistencia de mitos y conceptos erróneos sobre el mismo y su tratamiento". Además, de la falta de "acceso a los programas de dolor en unidades multidisciplinares, la regla de oro de su tratamiento", agregan.

Antecedentes del autocuidado

Precisamente, uno de los métodos propuestos para mejorar su atención y las condiciones generales de salud de los afectados, consiste en el autocuidado del dolor, es decir "un esfuerzo para aumentar los conocimientos, habilidades y la confianza del enfermo en su mejor automanejo de la salud. Los programas de autoayuda de las enfermedades crónicas, entre los que se encuentran los del dolor, han demostrado mejoras en los resultados clínicos así como en el comportamiento de los pacientes, además de una reducción de los recursos sanitarios".
El problema es que los programas tradicionales de autocuidado se entregan 'cara a cara' por el profesional sanitario y tienen bajas tasas de participación, debido a limitaciones como la necesidad de movilización del paciente, el uso de transporte... Sin embargo, "han surgido intervenciones de este tipo en Internet como un complemento potencial y alternativo a estos programas que salvan obstáculos como, la gestión de tiempo, la movilidad, la geografía, además de contribuir a reducir los costes a largo plazo".

Análisis de 17 estudios

Los científicos encontraron un total de 6.724 citaciones de estudios sobre eficacia de programas de autoayuda en la red. Pero finalmente sólo escogieron 17 de ellos (que han incluido a 2.503 pacientes con dolor crónico, muscoesquelético, de cabeza, fibromialgia, entre otros), realizados en un periodo de más de 10 años. La mayoría se ha llevado a cabo en EEUU, seguidos de Suecia, Alemania y un único trabajo en Canadá. Una buena parte de ellos se basa en programas de terapia cognitiva y de comportamiento (CBT, sus siglas en inglés) que ha demostrado ser efectiva en "una amplia variedad de problemas de salud y, particularmente, tener efectos positivos en el dolor", indica el ensayo.
Otros trabajos evaluaban lo que se conoce como grupos de apoyo realizados por adultos que están en la misma situación que el paciente y comparten experiencias y consejos y, por último, se recogieron estudios que daban información a los pacientes antes de su visita al médico, por ejemplo, cómo asesorarse sobre el dolor posoperatorio.
Los datos revelan que la mayoría de trabajos sobre programas de CBT online muestran que, efectivamente, mejoran el dolor crónico y de cabeza, además "de tener beneficios en aspectos psicológicos, como la ansiedad y la depresión", detallan los investigadores.
Según declara a ELMUNDO.es José María Muñón, responsable de la Unidad de Dolor Agudo del Hospital Universitario La Paz de Madrid, "la investigación se publica en una revista de claro impacto y prestigio y el artículo es interesante, pero existen ciertas limitaciones en el trabajo que los propios autores señalan. Desde fallos en la metodología de ciertos trabajos, hasta que las muestras de pacientes son de determinadas características, como la raza blanca...Asimismo, los estudios reflejan una alta tasa de abandonos: cerca del 30%".
"Internet puede ser un complemento a la consulta médica y una herramienta para elevar la sensación de autocontrol del dolor. Además, que el paciente participe de su tratamiento ejerce efectos positivos y mejora los resultados, pero no sustituye al especialista", aclara el experto de La Paz.

A conveniencia

Una de las ventajas de este tipo de intervenciones en Internet apuntadas en el ensayo es su "disponibilidad. Los pacientes pueden usarlos a su conveniencia y ritmo, lo puede ayudarles a un mejor control de la situación y a obtener mejores resultados. Los afectados creen que pueden ejercer más dominio sobre su dolor, lo interpretan de forma más benigna, y experimentan mayor bienestar psicológico y mejor función física".
Otras aportaciones incluyen el "relativo uso anónimo del recurso y su consecuente falta de estigmatización. Además, si la intervención incluye un foro donde los pacientes pueden interactuar y apoyarse los unos a los otros, pueden beneficiarse de similitud de experiencias y de la diversidad de recursos", confirman los científicos canadienses.
Se debe recordar, no obstante, que la herramienta no "logró reducir el número de consultas, tal como refleja. El dolor tiene un abordaje complicado que tiene que estar supervisado por un experto. La red permite compartir experiencias y mejorar la satisfacción y el bienestar de los afectados, pero no sustituye al médico", recuerda el doctor Muñoz.
Desde su experiencia reconoce que "muy pocos de mis sus pacientes consultan en internet sobre programas de dolor. Una buena parte es de edad avanzada, sin el recurso en casa. Es poco común, pero sí tengo determinados enfermos de fibromialgia o endometriosis, por ejemplo, que sí me han comentado su participación en foros, algo que les da apoyo y les hace sentir que no están solos".
Pese a que los investigadores canadienses no obvian las limitacione de su investigación, defienden que "Internet puede jugar un claro papel en el manejo del dolor, aunque se deberían llevar a cabo más investigaciones en este campo para establecer en qué medida aportan beneficios y a qué tipo de pacientes".
elmundo.es

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