viernes, 7 de octubre de 2011

TIENE OSTEOPOROSIS 1 DE CADA 3 MUJERES DE MAS DE 50 AÑOS

Una de cada tres mujeres mayores de 50 años sufre de osteoporosis, una enfermedad que se caracteriza por una disminución en la densidad y calidad de los huesos, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Si bien suele manifestarse después de esa edad, la osteoporosis va gestándose desde la juventud, por falta de hábitos saludables ; entre ellos, un consumo de calcio que en las mujeres argentinas apenas llega a la tercera parte de lo recomendado.
El hueso es un tejido vivo que se halla en estado de regeneración constante. Contiene dos componentes importantes: colágeno, que le da flexibilidad; y minerales, entre ellos calcio y fosfato, que endurecen la estructura del colágeno.
Desde el nacimiento, los huesos crecen en forma constante hasta alcanzar el pico de masa ósea, alrededor de los 25 años. Luego comienza el período de “mantenimiento” del esqueleto, y va decreciendo paulatinamente la densidad de los huesos. Al llegar a la menopausia, debido a la disminución de estrógenos, las mujeres comienzan a perder más tejido óseo; es entonces cuando aumenta la prevalencia de la osteoporosis.
No suele haber síntomas hasta que se produce la primera fractura. Se calcula que esta enfermedad causa en el mundo una fractura cada tres segundos, incluyendo tres de vértebra por minuto. Los sitios afectados con mayor frecuencia son cadera, columna y muñecas. Las fracturas de cadera suelen requerir cirugía y derivar incluso en una pérdida de autonomía, mientras que las de vértebra pueden causar pérdida de altura, fuerte dolor de espalda y deformidad.
Especialistas de la Fundación Internacional para la Osteoporosis (IOF, su sigla en inglés) advirtieron que también las mujeres jóvenes pueden sufrir fracturas por descalcificación, en especial cuando están embarazadas o amamantando, y no se alimentan adecuadamente.
Sucede que el calcio cumple una función destacada en la prevención de esta enfermedad silenciosa, tanto durante el período de crecimiento como durante la etapa de mantenimiento. Los requerimientos van variando según la etapa biológica que se esté atravesando, aunque siempre debe estar presente para que los huesos estén fuertes.
“La osteoporosis se previene en el consultorio de pediatría –destaca la nutricionista Silvia Seccia, del Instituto de Investigaciones Metabólicas (IDIM)–. La leche, el yogur o la chocolatada deberían formar parte de cada desayuno y merienda, en casa y en las escuelas. Si se puede tener buenos hábitos alimenticios desde la infancia, es más probable que perduren”.
Esos buenos hábitos incluyen la incorporación necesaria de vitamina D –imprescindible para fijar el calcio a los huesos–, y la actividad física. El calcio se encuentra principalmente en los lácteos (leche, queso, yogur enriquecido con calcio, que permiten cubrir del 60 al 70% del requerimiento diario); mientras que la forma más sencilla de obtener vitamina D es mediante una leve exposición al sol (cara, brazos y piernas) dos o tres veces por semana. Por eso, “para una vida saludable hay que enseñarles a los chicos a comer incorporando los lácteos, haciendo actividad física y exponiéndolos un rato al sol”, aconseja el profesor José Zanchetta, director científico de la IOF para América Latina.
Sin embargo, la Encuentra Nacional de Nutrición y Salud de 2007 mostró que el 94,3% de las mujeres argentinas de 10 a 49 años tiene una ingesta inadecuada de calcio: el promedio fue de 367 miligramos por día, en lugar de los 1.000 recomendados. En embarazadas, el consumo promedio fue de 446 miligramos, con un déficit en el 88,5% de los casos.
Durante el embarazo y la lactancia crece la demanda de calcio; no obstante, muchas futuras mamás ignoran que deben aumentar el consumo de lácteos. “En la mujer que ya presenta una descalcificación ósea, a todo tratamiento o medida que se tome, se le debe sumar calcio y vitamina D”, subraya el doctor Zanchetta.

La enfermedad por dentro

La osteopenia es un descenso de la densidad mineral ósea de entre 1 y 2,5 desviaciones estándar por debajo de la media para la población sana de 30 años. Constituye un grado incipiente de osteoporosis, pero no necesariamente esa persona desarrollará osteoporosis.
Para detectar osteopenia u osteoporosis se realiza un examen de la densidad mineral ósea (DMO), que mide la cantidad de calcio y de minerales en una sección del hueso, por lo general en el cuello del fémur y/o en la columna lumbar.
Sumada a la evaluación de otros factores de riesgo, la densitometría ósea, como se la conoce, permite predecir el riesgo de fracturas y ordenar un tratamiento. De todos modos, la osteoporosis no tiene cura.
Otros factores de riesgo: trastornos alimentarios y de alcohol, artritis reumatoidea crónica, bajo peso, tabaquismo, ausencia prolongada de períodos menstruales, y antecedente familiar de osteoporosis.
Una manera de combatirla es la gimnasia conocida como body rolling.

Aconsejan incorporar hábitos saludables desde chico para prevenir la osteoporosis

La osteoporosis suena a problema de adulto y, en parte lo es, ya que afecta principalmente a mujeres mayores de 50 años. Sin embargo, la prevención puede –y debería- empezar bien temprano, en la niñez y la adolescencia, con la incorporación de cantidades suficientes de calcio y vitamina D, según aconsejan los especialistas.
“La osteoporosis se previene en el consultorio de pediatría”, afirma Silvia Seccia, nutricionista del Instituto de Investigaciones Metabólicas (IDIM). “La leche, el yogur o la chocolatada deberían formar parte de cada desayuno y merienda, en casa, en las escuelas. Si uno puede tener buenos hábitos alimenticios desde la infancia es más probable que perduren”, agregó la médica en el marco del mes de la enfermedad (el 20 es el día mundial).
La osteoporosis se caracteriza por la disminución en la densidad y calidad de los huesos, y su peligro radica en el aumento del riesgo de fracturas (principalmente de cadera, antebrazos y vértebras). Las más afectadas son las mujeres que cruzaron la barrera de los 50, pero también las más jóvenes pueden sufrir descalcificación, en particular las embarazadas o las que están amamantando.
Para llegar en óptimas condiciones a esas etapas, lo ideal es adoptar hábitos saludables desde mucho antes. “Hay que enseñarles a los chicos a comer incorporando lácteos, que hagan actividad física y exponiéndolos un rato al sol”, indicó el doctor José Zanchetta, director de la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF, por sus siglas en inglés) para América latina.
Es que la kriptonita de la osteoporosis son el calcio y la vitamina D, ambas consumidas en cantidades suficientes. Al primero se lo encuentra principalmente en los lácteos (leche, queso, yogures) y a la segunda se la obtiene mediante una leve exposición al sol (cara, brazos y piernas) entre dos y tres veces por semana. “En la niña, la adolescente y la mujer joven, la ingesta adecuada de estos elementos favorece la formación de huesos fuertes, que resistirán mejor durante el período natural de pérdida ósea”, apuntó Zanchetta y añadió que el alcohol y los desórdenes alimenticios como la bulimia y la anorexia son dos elementos nocivos para los huesos.
Los consejos apuntan a revertir la realidad que expresan las estadísticas: en Argentina, más de 9 de cada 10 mujeres de entre 10 a 49 años consumen sólo la tercera parte de los 1.000 miligramos de calcio recomendados por día. Y en América latina, una de cada 3 mayores de 50 padece osteoporosis. En este caso, los hombres salen airosos, ya que la pérdida ósea en ellos es mucho más lenta.

Cuánto calcio contienen los alimentos:

Yogur enriquecido con calcio (pote de 125 gramos) – 503 mg.
Leche descremada (vaso de 236 ml.) – 288 mg
Queso tipo cheddar (40 gramos, porción mediana) – 296 mg.
Tofu, poroto de soja, al vapor (100 gramos) – 510 mg.
Higos (4)  - 506 mg.
Sardinas en aceite (4) – 500mg.
CLARIN.COM

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