viernes, 14 de octubre de 2011

¿Qué es de la vida de. Michael Jordan?


"Michael es, por supuesto, uno de los grandes atletas de todos los tiempos, y tener a un campeón como él para ayudar a motivar y a inspirar al equipo es un gran beneficio". Esas fueron las palabras de Fred Couples, capitán del equipo de Estados Unidos de golf, sobre Michael Jordan, quien oficiará como parte del cuerpo técnico del conjunto norteamericano en la President's Cup, que se disputará el próximo mes en Melbourne, Australia. ¿Resulta extraño vincular al mejor basquetbolista de la historia con el golf? Es que "His Royal Airness" (Su Majestad del Aire), como lo bautizaron en su país, gracias a su excelencia como deportista supo trascender más allá de su propia disciplina hasta convertirse en un referente en el mundo del deporte. A pesar de ser una super estrella mundial que también ocupa gran parte de su tiempo dedicado a su cadena de restaurants y a su marca deportiva, su rol como dueño de los Charlotte Bobcast le impide mantenerse ajeno a la gran crisis que sacude a la NBA por el lockout. 
Desde sus comienzos ya se sabía cuál iba a ser el destino del pequeño Michael. Su padre James se encargó de construirle su propia cancha en el fondo de su casa del barrio de Brooklyn, en Nueva York -su ciudad natal-, donde pasaba horas frente al aro. Allí comenzó a despertar la admiración de sus vecinos, que se acercaban a disfrutar las volcadas de ese chico que soñaba con llegar a las grandes ligas. 
A los 21 años, luego de haberse desempeñado en el equipo de la Universidad de Carolina del Norte, Jordan fichó para los Chicago Bulls, donde rápidamente se convirtió en amo y señor de una de las franquicias más ganadoras de la década de los 90, con 6 anillos. En esos años dorados de los Bulls no se cansó de romper records. Fue el máximo encestador en diez temporadas, con un promedio de 32 puntos por partido, récord absoluto en la NBA, y fue elegido Mejor Jugador en 1988, 1991, 1992, 1996 y 1998. 
A su riquísimo palmarés también hay que sumarle las dos medallas doradas conseguidas con el seleccionado norteamericano en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984, cuando todavía era universitario, y Barcelona 1992, junto con el famoso Dream Team conformado por figuras como Scottie Pippen, Charles Barckley, Karl Malone, David Robinson, John Stockton, Patrick Ewing y Clyde Drexler, entre otros. 
Pero no todo fue color de rosas para Jordan. En el año 93 esa vida llena de éxitos y alegrías dio un vuelco estrepitoso. El asesinato de su padre fue un trago difícil de digerir para Michael, quien decidió ponerle punto final a su carrera como profesional. Una pérdida indescriptible para el mundo del básquetbol. Pero como lo hiciera desde muy pequeño en el barrio de Brooklyn, "Air" se aferró a esos momentos de felicidad vividos con su padre y con la fuerza que éste siempre le transmitió, incluso cuando ya no estaba a su lado físicamente, volvió a ponerse esa mítica camiseta número 23 de los Chicago Bulls en marzo de 1995. Todavía le quedaba mucho repertorio por ofrecer. 
Tan sólo una temporada después de su vuelta consiguió un nuevo anillo y su última gran alegría con los Bulls llegaría en la campaña 1998. Un año más tarde, Michael anunció su retiro definitivo del básquetbol profesional. Pero el amor que sentía por este deporte era más fuerte que cualquier otra cosa. El 25 de septiembre de 2001, anunció su segunda vuelta a la NBA, aunque ya se sabía que esta sería la última. Su nuevo camino en la liga más importante del mundo no se volvió a cruzar con el de los Chicago Bulls. En esta oportunidad Michael llegó a Washigton para guiar al joven plantel de los Wizards. Si bien su estado físico ya no era el mismo y pese a las constantes lesiones que lo alejaron de las canchas por varios partidos, la magia y calidad de "Air" siguieron intactas. 
Pero si hay algo que siempre enalteció a Jordan, además de su extraordinaria jerarquía como deportista, fue su gran calidad humana fuera del campo de juego. Esa virtud quedó demostrada en su etapa final como profesional. Tras su vuelta a la NBA Michael no vio ni un sólo dolar de sus sueldos, que fueron destinados a las víctimas del atentado del 11 de septiembre. 
El 16 de abril de 2003 quedará marcado para la posteridad no sólo en la vida de Jordan, sino también en la historia de la NBA. Ese día, en Filadelfia, Michael disputó su último partido como profesional frente a los 76ers. 
Una vez retirado, "Air" se dedicó a disfrutar del golf, una de sus grandes pasiones. Se lo vio en numerosos torneos de caridad y hoy en día se dedica a promover campeonatos en distintas partes del mundo. Fue tal la empatía que generó con este deporte que este año formará parte del cuerpo técnico del equipo norteamericano que disputará la President´s Cup, en Melbourne. Pero más allá de su gusto por el golf, su inclusion en el plantel se debe a lo que representa tener a un hombre como Michael Jordan en cualquier equipo de cualquier disciplina. Como bien explicó Couples, "tener a un campeón como él ayuda a motivar y a inspirar al equipo". 
Al mismo tiempo, esta multifacética ex estrella de la NBA también tiene su propio emprendimiento fuera del deporte. "The Michael Jordan´s Steak House" es una cadena de restaurants de Michael, que ya cuenta con tres sucursales en Connecticut, Nueva York y Chicago. Sin dudas, un lugar pensado para los grandes fans del astro, que en cada visita esperan ansiosamente la aparición de su gran ídolo. 
El 15 de agosto de 2003 la ciudad de Nueva York sufrió un importante apagón que afectó a casi 20 millones de personas. Muchas de ellas debieron permanecer en la calle, sin rumbo y a oscuras, hasta que se reestableciera la energía. En ese momento el propio Jordan volvió a demostrar, una vez más, su costado solidario. Inmediatamente se contactó con su restaurant ubicado en la Estación Central de la ciudad y ordenó que se les entregara comida a la gente que se encontraba fuera del local. Un gesto que resalta su humildad, a pesar de tratarse de una de las personas más influyentes del mundo. 
Por su parte, la NBA está viviendo uno de los momentos más difíciles de los últimos tiempos. Si bien Michael ocupa gran parte de su tiempo al golf y en promocionar su marca deportiva "Jordan Brand", para nada está ajeno a la crisis que se desató producto del lockout. Es que Jordan desde el año 2007 es dueño de la franquicia de los Charlotte Bobcats. 
"Los dueños no vamos a movernos de lo que creemos es necesario para nosotros. Buscamos un acuerdo que nos interese a las dos partes, pero necesitamos repartir mejor los ingresos para mantener el negocio", manifestó "Air" en una entrevista concedida un mes atrás al periódico Herald Sun, de Australia, donde se encontraba promocionando el torneo de golf que se celebrará el próximo mes en ese país. Sin embargo, esto le trajo varios dolores de cabeza, ya que una de las resoluciones que estableció la NBA durante este receso es que ninguno de los dueños de franquicias o empleados de las mismas pueden hablar públicamente sobre el lockout o algunos de los jugadores. Por eso, sus declaraciones le valieron una multa de 100.000 dólares al propietario de los Bobcats. 
Pero más allá de cualquier multa o reproche que se le pueda hacer por sus declaraciones, Michael Jordan es un hombre que gracias a su grandeza, tanto como deportista como en lo personal, supo cosechar a lo largo de su extraordinaria carrera el reconocimiento y la admiración de todo el mundo del deport. Incluso también de aquellos que lo ven como un referente de vida por su sacrificio y perseverancia para llegar a lo más alto de su disciplina con total esfuerzo y honestidad. 
lanacion.com

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