domingo, 11 de julio de 2010

Mundial con novia, un récord oral y la banalización del sexo

El Mundial nos dejó varias sorpresas. Una, que el nuevo campeón será uno que nunca antes lo había sido. Otra, que la poderosa Alemania, que arrolló a la Selección por goleada, fue bailada hasta el mareo por España y apenas pudo con Uruguay . Finalmente, este es el primer torneo que consiguió “La novia del Mundial”. Así llaman, los medios a la paraguaya Larissa Riquelme, que contaba hace unos días con 300.000 seguidores en Facebook.
La hincha número uno de Paraguay mostró con enorme generosidad la potencia de su delantera durante los partidos de su equipo, lo que fue captado ávidamente por las cámaras de todo el mundo. Se hizo famosa por la portación de un celular en medio del par de aeróstatos, de indudable origen plástico y en erección perpetua, capaces de sostener ese aparatito y afrontar desafíos mucho más arduos y voluminosos.
Tampoco le faltan a Larissa -de 24 años- buenos reflejos. Luego de que Maradona lanzara la torva amenaza de desnudarse si su dream team ganaba el Mundial -lo que reafirma el apotegma de que no hay mal que por bien no venga-, ella dijo que haría lo propio si Paraguay obtenía la Copa.
Pero no bien su equipo no la obtuvo, se apuró a cumplir su promes a en Facebook, desnudando que lo que buscaba era la fama vía desnudo más que celebrar un triunfo deportivo. Y como algo -muy poco, es cierto- quedó oculto, ahora negocia con varias revistas mostrar todo.
Pero el espectáculo planetario necesita más, mucho más. Y entonces apareció Bobbi Eden. Esta joven y bella estrella porno holandesa subió la apuesta con todo y -¿por puro patriotismo?- aseguró que de ganar el equipo por el que hincha la holando-argentina Máxima Zorreguieta, les practicará una felattio a cada uno de sus seguidores de Twiter. Para tan oral y descomunal tarea ha conformado con tres actrices del género el “team blow job”. La cuestión es que cuando lanzó la promesa, sus fans en la red sumaban unos 4.000. Y ayer ya eran 100.000. Seguramente dejará boquiabierto al mundo si cumple con la proeza, que rompería todos los récords imaginados por el Guiness . Y si no lo hace, nada pasará, porque sabemos que se trata de un juego.
La exquisita escritora y periodista Elvira Lindo -casada con el escritor Antonio Muñoz Molina, ex director del Instituto Cervantes de Nueva York- confesó en una de sus columnas que había comprado un consolador que reproducía el portentoso órgano de trabajo del actor porno Nacho Vidal.
Y como todo es una broma, aseguró lo que había hecho por puro orgullo nacional: ambos son españoles.
De la mano de una Internet colonizada por la pornografía, el sexo ha devenido en una de las formas del entretenimiento.
Esto ha transformado a uno de los misterios de la humanidad, en cuyo altar se han derramado ríos de sangre, sudor y lágrimas, en una cuestión perfectamente trivial.
Salvedad muy necesaria: esto ocurre en nuestros barrios globales. Hay otros: el viernes Sakineh Mohammadi-Ashtiani, de 43 años, se salvó de morir lapidada por cometer actos que forman parte de la rutina mínima de Bobbi Eden.
Esta madre iraní fue condenada a muerte por adulterio y se cree – porque no lo aclararon- que las piadosas autoridades del estado teológico le cambiaron la ejecución por apedreamiento por una algo más expeditiva: la horca.
Pero en Occidente el antes terrible y enigmático universo del sexo, se afianza como pasatiempo. Tanto, que a millones y millones de chicas que se pueden ver practicando sus más imaginativas variantes en la sección amateur de los sitios porno , no parece importarles esas exhibiciones que sin duda las comprometen y a cuyas grabaciones se prestaron.
Y no son ni actrices porno ni prostitutas.
Como no lo es la actriz Kerry Katona, que dejó que su otrora marido filmara cuando compartían ejercicios íntimos. Y ahora ese caballerazo que es Mark Croft la amenaza con subir los videos a la Web.
Entronizado ya con todas las luces en el espectáculo global, el sexo banalizado es un protagonista de nuestra cultura . Larissa y sus turgencias y Bobbi Eden y sus promesas de masividad bucal no son más que ejemplos de la tendencia. Así, todo indica que la vida sexual y sus fantasías -que tanto desvelaron y le revelaron a Sigmund Freud a principios del siglo XX-, en los inicios del siglo XXI ha descendido a un escalón que la sitúa apenas un poco por encima de la PlayStation.

clarin.com

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