jueves, 8 de julio de 2010

Los diez miedos más comunes en los chicos

¿Quién no recuerda algo que lo atormentó durante la niñez? En mi caso, fue Maléfica, la bruja de La bella durmiente, de traje negro que agitaba las manos y parecía agigantarse en la pantalla del cine. Sí, en mi época, como en la muchos papás, los clásicos de Disney se iban a ver al cine del barrio y era todo un programa.
Hoy, como padres, volvemos a temer por los miedos de nuestros hijos. Y a muchas cosas… Temenos por pensar que lo están pasando muy mal y no somos capaces de ayudarlos, pero también por no saber hasta cuándo durarán los ataques de llanto cuando salimos de casa para ir a trabajar y cuál será ese día en que volveremos a dormir de corrido y sin tener que dejar una luz prendida durante toda la noche.
Lo cierto es que aunque hay chicos más temerosos que otros hay miedos prácticamente comunes a todos, sólo que algunos los manifiestan más y otros los sobrellevan mejor. A continuación, diez miedos universales en la infancia.
1.- Miedo a los extraños. Alrededor de los 8 meses aparecen los temores más claros. Llanto inesperado en lugares nuevos y ante gente extraña, aún estando en los brazos de mamá, es la manifestación más común. Esto tiene que ver con la adquisición de una nueva conciencia ante lo desconocido y el temor a separarse de los papás.
2.- Miedo a los perros. A medida que los chicos comienzan a dominar sus instintos (uno de ellos morder cuando estaban tensos) empiezan a temerle a cualquier animal que lo pueda morder y los perros son el más claro ejemplo.
3.- Miedo a los ruidos fuertes. Los autobombas, las tormentas fuertes, un taladro que se escucha cercano… Todos estos ruidos remiten en los chicos a la pérdida de su propio control y se sienten implicados cuando esos ruidos se repiten.
4.- Miedo a la oscuridad. Muchos temores aparecen a la noche. Los monstruos, las brujas, los fantasmas o depredadores gigantes como dinosaurios se vuelven temibles imágenes que aparecen en la oscuridad. Es la época en que los chicos crecen hacia su independencia de los papás, entre los 4 y 6 años, aproximadamente.
5.- Miedo a las alturas. Las fantasías al estilo superhéroe de arrojarse al vacío aparecen cuando los niños toman conciencia de la peligrosidad que representa caerse de gran altura y la responsabilidad que tienen de protegerse solos.
6.- Miedo a dormir solos. Este temor está relacionado con lo que implica el desapego de los papás. El dormir solos no es ni más ni menos que un aprendizaje en el que hay que acompañar a los chicos para ayudarlos a que el temor ceda. Además, es a la noche cuando ellos creen que todo su mundo imaginario puede aparecer cuando se quedan solos en sus habitaciones.
7.- Miedo a la muerte de los papás. Tiene que ver con los deseos edípicos. Los chicos sienten de manera inconciente temor de querer deshacerse del padre, en el caso del varón para quedarse con la mamá, y en el de las nenas, respecto de sus padres. Hay que tranquilizarlos y recordarles que ningún enojo o mal pensamiento por parte de ellos está relacionado con la muerte.
8.- Miedo al fracaso. Temerle al fracaso es un estado natural. Puede empujarnos hacia el éxito, pero también agobiarnos. En este último caso, los chicos necesitan aumentar la autoestima. Lo recomendable es hacerles saber que se los quiere como son, compartir experiencias de aprendizaje que puedan lograr y estimular sus habilidades particulares. Si los chicos ven que sus papás los valoran comenzarán a adquirir la confianza en sí mismos que necesitan.
9.- Miedo al agua. Si bien el baño para muchos bebes es placentero, las primeras experiencias en piletas o en el mar no siempre lo son. Sobre este punto tiene mucho que ver la seguridad. En general, los nenes chicos tienen miedo a los cambios y necesitan de un tiempo de adaptación para lograrlo. Como las actividades en piletas y en el mar son generalmente estacionales, muchas veces, no dan el tiempo suficiente para asimilar estos cambios. También hay que tener en cuenta que escenarios, como el agua, pueden resultar intimidantes, aún para chicos que se adaptan con facilidad a otras situaciones nuevas.
10.- Miedo al doctor. Son muy pocos los nenes entre 7 meses y 3 años que estén dispuestos a una revisación de rutina sin llanto. Por eso, hoy la mayoría de los pediatras intenta hacer la mayor parte de su trabajo junto con los papás para que los niños no se sientan tan intimidados. Es frecuente que los consultorios de estos especialistas cuenten con juguetes que atraigan a los más chicos y ayuden a que cedan en su estado de alerta. Al respecto, conozco un pediatra que les mostraba a los chicos con un muñeco lo que luego les haría a ellos: auscultación con el estetoscopio y presión en el abdomen, por ejemplo. Era bastante efectivo en cuanto a ganarse la confianza de sus pacientes, los chicos, y en hacerles perder la paciencia a sus padres en esperas eternas. Hoy lo más extendido entre los especislistas frente a niños que manifiestan mucho temor es recomendarles a los papás comprar un juego de médico y jugar con ellos y sus muñecos al doctor, para ayudarlos a familiarizarse con la situación.

“Es importante saber que los miedos evolutivos ayudan a cada niño a enfrentar diferentes situaciones de la vida cotidiana. Hablar mucho con ellos sobre estos miedos y darles la oportunidad de que expliquen las razones de sus temores los ayuda a sobrellevarlos mejor”, explica la licenciada Rosina Duarte, coordinadora de Clinicar. En otras palabras, la clave se reduce a una sola: paciencia.

lanacion.com

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