viernes, 9 de octubre de 2009

EL PROCESO DE MORIR


Lo primero que sucede, es que se pierde el control del cuerpo. Las cosas sólidas, no funcionan muy bien. No podemos movernos. La segunda cosa, es que salen fluídos de la nariz y de la boca, es decir, el elemento fluido, empieza a disolverse.
Luego, el calor del cuerpo, empieza a subir desde las extremidades, hacia el centro del pecho.
Luego la respiración, comienza a hacerse entrecortada y en este período entramos y salimos del estado de consciencia.
Este, es el proceso de morir.
Lo que ocurre a nivel fisiológico, es que la energía que estaba dispersa en todo el cuerpo, se recoge en el canal central, el cual va desde la coronilla, hasta cuatro dedos abajo del ombligo.
El canal central, es el eje de energía positiva y negativa del cuerpo y en cierto momento, todas las energías se recogen allí. Una vez que sucede esto, exhalamos tres veces, pero a la tercera, no podemos inhalar y es en ese instante, que se dice que hemos muerto.
No es que uno necesariamente muera en ese instante, porque a algunos los han traído de regreso con los resucitadores, pero de todas formas, habrá un momento en que uno muera de verdad y entonces en ese instante, ciertos procesos tendrán lugar.
Primero, la energía blanca que se ubica en la parte superior de nuestra cabeza y que proviene del semen de nuestro padre en el momento de la concepción, empieza a moverse hacia el centro del corazón. Luego suceden varias cosas: vemos una luz clara como de luna, escuchamos el sonido de HUNG descendiendo por el cuerpo, perdemos 33 sentimientos provenientes de la ira y la mente se vuelve extremadamente clara.
Las personas que han regresado a la vida después de haber estado muertas por unos minutos, narran experiencias como la de ir por un túnel hacia una luz y la de recordar muy bien a las personas queridas. Los primeros minutos después de la muerte clínica, entonces, son muy similares a lo que describen las enseñanzas del Libro tibetano de los muertos.
Sólo cuando hay daño cerebral, la gente no recuerda nada. De todas formas, toma de cinco, a diez minutos, que la energía que está en la parte superior de la cabeza, descienda hasta el centro del corazón, que es lo primero que sucede en el proceso.
Luego, la energía roja que recibimos de nuestra madre en el momento de la concepción, asciende desde abajo del ombligo hasta muestro corazón. Esto, también sucede en los primeros cinco, o diez minutos después de haber muerto y, entonces, vemos una luz cálida como la puesta del sol, oímos el sonido AH ascendiendo por el cuerpo, perdemos cuarenta sentimientos que provienen del apego, la avaricia y las expectativas y experimentamos un gozo profundo y realmente grande.
Aproximadamente treinta minutos después de haber muerto, cuando las energías se juntan en el centro del pecho, todo se vuelve negro y permanece así durante unos momentos, mientras desaparecen siete sentimientos provenientes de la ignorancia.
Cuando éstos se disuelven, el gran brillo, el poder de la mente se hace presente aquí y ahora y experimentamos una luz muy poderosa.
Si durante la vida, aprendimos a ser conscientes en el sueño y en la vigilia y si tenemos buena consciencia, porque no jugamos juegos en la vida, si no que la hicimos significativa, existe la posibilidad de identificarnos con la luz clara, de que el espacio y la consciencia se hagan uno, de que desaparezca toda separación entre pasado, presente y futuro, es decir, existe la posibilidad de que nos iluminemos plenamente.
En la mayoría de los casos, la gente no puede identificarse con la luz clara, por que han mentido mucho, por que han sido traidores, etc, y entonces entran en un estado de inconsciencia que dura tres días.
Cuando uno despierta de este estado de inconsciencia, durante una semana, no quiere darse cuenta de que está muerto, aunque vea su cuerpo ahí tendido. Esta semana es muy confusa, uno sigue creyendo que está vivo aunque todo tiene una cualidad borrosa…
Cuando pensamos en algún lugar, inmediatamente nos trasladamos allí. Las cosas son muy cambiantes y uno va a donde los familiares y amigos y les pregunta que sucede y con sorpresa ve que se sientan encima de uno, que no le ponen atención cuando les habla, etc.
Solamente después de una semana, uno comienza a pensar “¡Caramba, debe ser que estoy muerto!” porque se mira en el espejo y su imagen no se refleja y es así como se da cuenta de que ese cuerpo que solía llamar “yo” no existe más.
Nuevamente el shock es tan grande, que se cae en un estado de inconsciencia del cual se pasa a un estado en el que empiezan a surgir las impresiones subconscientes: ya no vivimos el flujo de experiencias de la vida que acabamos de abandonar, si no que surgen las impresiones más profundas de nuestro subconsciente.
Nuestras tendencias más profundas se hacen manifiestas. Si es el orgullo, creamos un mundo que se corresponde con esto y entonces vemos palacios, lugares muy bellos, o experimentamos la belleza abstracta. Si es la envidia, vemos campos de batalla, armas y cosas así. También puede ser que lo más fuerte sea el deseo y entonces vemos a nuestros futuros padres haciendo el amor, nuestra conciencia se aferra al óvulo fertilizado de la madre y obtenemos un renacimiento humano.
Otro caso, puede ser que alguien, y sé que a mucha gente no le gusta decir esto pero por ello no puedo cambiar las enseñanzas, puede ser que alguien haya sido muy mentiroso, haya bloqueado el desarrollo de otros y entonces caiga en un estado de confusión y vea a dos animales copulando y entonces se meta en el óvulo fertilizado y nazca como un animal. También puede ser que la avaricia sea la emoción predominante y entonces caemos en un estado mental en el que siempre estamos frustrados e insatisfechos. Finalmente, puede ser que la ira y el odio sean las emociones predominantes y, entonces, bueno, nadie querría estar en los zapatos de quienes experimentan esto porque realmente sufren mucho.
Todas estas cosas son como un sueño. Tener buenas imágenes es como ir de vacaciones y gastarse el dinero ahorrado y tener imágenes negativas es como ir al sótano y comer migajas porque tenemos que pagar una deuda. Y, bueno, finalmente volveremos a tener un cuerpo humano y aquí las enseñanzas sobre el karma son muy útiles porque nos dicen que las semillas que sembramos en la mente maduran no sólo en el momento de la muerte sino en las condiciones en que renacemos en la próxima vida: el país, la clase social, nuestras tendencias naturales, etc. Lo que tenemos que entender es que este proceso siempre se ha dado. No es que alguien lo cree. Nuestra mente es como el espacio que no nace ni muere. Como nadie lo arma tampoco puede ser destruido y siempre ha jugado consigo mismo así.
A donde quiera que miremos hay sufrimiento. En todo lugar hay sufrimiento. Por eso es que recomendamos a la gente que al morir, trate de ir a una tierra pura como la que representa el Buda de la Luz Ilimitada que se ve aquí.
Este Buda llamado Epagme en tibetano representa la luz ilimitada a la cual se accede transformando todos nuestros deseos ilimitados en el deseo de la iluminación para el beneficio de todos los seres.

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