sábado, 3 de abril de 2010

El Gobierno británico prohibirá una droga relacionada con 25 muertes

M-Cat, 4MC, meow, miaow-miaow... ¡Prepárate para el fin de semana! Algunos jardineros ingleses obtienen de la mefedrona un buen fertilizante para sus plantas, pero un ramillete de webs comercializa bajo diversos nombres esa sustancia en pastillas, polvo o líquido como el ingrediente indispensable de las mejores juergas entre adolescentes y jóvenes. Fantástica además porque, a pesar de que sus efectos, en combinación con el alcohol emularían un cruce entre los de la cocaína y el éxtasis, es del todo legal en el Reino Unido. En pocas semanas esa situación va a cambiar, confirmaba ayer el ministro del Interior británico, Alan Johnson, después de que al menos 25 personas hayan fallecido en las islas bajo circunstancias relacionados en alguna medida con el consumo de esa droga.
Cualquiera puede comprarla en Internet por un mínimo de 11 euros
Una cadena de dimisiones en el organismo que asesora al gobierno en tales cuestiones (Advisory Council on the Misuse of Drugs) ha bloqueado en los últimos meses cualquier decisión sobre la cuarta legal high (droga legal) favorita entre la juventud británica. Pero, inmerso en un clima de precampaña electoral ante las legislativas del próximo mes de mayo, Johnson ha optado por anunciar la inminente ilegalización de la mefedrona, saltándose el habitual procedimiento consultivo.
La alarma social desatada, impulsada por la Asociación Nacional de Directores de Escuelas (NAHT, en sus siglas inglesas), viene a darle la razón. "Por favor, si sales este fin de semana y tienes alguna información sobre su distribución [de mefedrona] habla con la policía". Los carteles desplegados por pubs, clubes y colegios de la geografía inglesa pretenden advertir sobre los efectos perniciosos del miaow-miaow. La misiva no incluye amenaza de sanciones, al tratarse de una sustancia todavía legal, que cualquiera con un mínimo de 10 libras en el bolsillo (11 euros) puede conseguir fácilmente a través de Internet. La muerte, hace apenas dos semanas, de dos chicos ingleses de 18 y 19 años, tras haberla consumido durante una salida de copas, ha hecho crecer la presión sobre el Gobierno británico para que agilice su prohibición sin ambages.
"¿Por qué asumiría nadie que una droga legal puede matarte?", se lamentaba el padre de Nicholas Smith, joven cocinero de la población de Winteringham (al norte de Lincolnshire) que amaneció muerto, al igual que su amigo y fornido jugador de rugby Louis Wainwright, tras una velada en que la mefedrona formó parte del cóctel letal. El secretario general de la Asociación Nacional de Directores de Escuelas admite: "Debemos ser tan contundentes como cautos, porque no se puede criminalizar a los consumidores". Sin embargo, algunos responsables de centros escolares exigen una inmediata ilegalización de ese estimulante tan popular en los patios colegiales por ser accesible y barato, aunque sea a riesgo de que algunos adolescentes acaben fichados con un antecedente penal.
Entre sus efectos secundarios figuran las náuseas, palpitaciones, alta tensión arterial, hemorragias nasales, pérdida de peso e insomnio. Al igual que tantas otras drogas legales, de las que tres ya fueron prohibidas el año pasado, la mefedrona estaba desde hace meses en el punto de mira del Gobierno.
La destitución, el pasado octubre, del responsable del consejo asesor del Gobierno, David Nutt, a la que han seguido las de algunos de sus colaboradores, ralentizó la toma de decisiones. El propio profesor Nutt, sin embargo, ha subrayado la dificultad para determinar los efectos perniciosos de una droga cuyo consumo extendido es reciente, el hecho de que ninguna prueba toxicológica haya confirmado a la mefedrona como factor determinante en una veintena de muertes y el riesgo de que su ilegalización "derive a los consumidores hacia otras sustancias mucho más peligrosas".

elpais.com

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