martes, 6 de octubre de 2009

Mujeres que pudieron cambiar sus vidas con muy poca plata


A 450 mujeres, apenas 250 pesos -o los 500 actuales, a causa de la inflación- les cambiaron la vida. Era una suma imprescindible para arrancar con un proyecto, pero para ellas inalcanzable. Recibieron el minipréstamo y lo devolvieron de a puchitos. Y mientras lo hacían, fueron transformándose, ellas, sus viviendas, sus familias y, en parte, incluso sus barrios.
Los resultados de la encuesta de satisfacción sobre el programa de microcréditos de la ONG Mujeres 2000, elaborada y presentada ayer por TNS Gallup en el auditorio de la Universidad de San Andrés, demuestran el valor de poner las fichas correctas en el lugar indicado. "En un contexto vulnerable, las mujeres son aún más vulnerables para conseguir trabajo formal, sobre todo porque no tienen con quién dejar a los hijos. Esto les permite dedicarse a una actividad con mayor flexibilidad horaria, y desde su casa", comenta Horacio Andrés, director de Capacitación.
La ONG trabaja en cuatro barrios carenciados cercanos a General Pacheco: Los Troncos, San Pablo (cada uno, con 40.000 habitantes), San Lorenzo y Virreyes, algo menos populosos. Con un equipo de 35 voluntarios pone en práctica la iniciativa que le valió el Premio Nobel de la Paz al banquero bengalí Muhammad Yunus: a partir de la aprobación de un proyecto de microemprendimiento, cada mujer debe reunirse con otras cuatro para conformar un grupo de responsabilidad solidaria, que debe asistir a las 39 reuniones sabatinas de capacitación, y pagar la minicuota semanal. Si alguna se atrasa, se buscan alternativas para cubrir la deuda. En los 90 grupos formados hasta ahora, la devolución fue del 92,3%.
Muchas mujeres han renovado el crédito -con frecuencia, más de una vez-, y por sumas cada vez más altas.
Concepción Barrios, por ejemplo, comenzó vendiendo puerta a puerta productos de limpieza que fraccionaba en su casa; ahora lo hace en su propio espacio, que también es almacén y librería, y está construyendo un nuevo local.
El apoyo técnico de Mujeres 2000 busca ayudarlas a organizarse, definir costos, llevar cuentas, mejorar las compras colectivas, promocionar sus productos. A quienes inician un proyecto comercial, como compraventa de ropa, las estimulan a reconvertirlo en un emprendimiento productivo, que deja mayor margen de ganancia.
De este modo, el 82% logró tener un ingreso estable preparando alimentos (pizzas, empanadas, tartas, pan, tortas, chipá); tejiendo o cosiendo; atendiendo su quiosco, almacén o verdulería; al frente de su peluquería e, incluso, de su lavadero de autos.
El 76% dijo haber ganado en calidad de vida: mejoraron la alimentación de su familia (71%), la salud (69%), la vivienda (61%), el equipamiento (45%), la educación de sus hijos (61%) y la suya propia (49%).
"Cambia su rol en la familia: al tener mayor participación en el hogar, se plantan de otra manera -observa Andrés-. La que se mostraba introvertida en la primera reunión, luego se preocupa por estar arreglada".
"Muchas mujeres, aunque les va bien en el emprendimiento, no pretenden hacerlo crecer más, pero descubren un motivo para desarrollarse en el barrio", involucrándose en la vida de su comunidad, señala Gastón Mascias, presidente de Mujeres 2000. El 82% rescató ese aspecto. Constanza Cilley, quien condujo la encuesta, supo sintetizarlo: "El programa está ayudando a construir capital social".
clarin.com

No hay comentarios: