martes, 6 de diciembre de 2011

Ya tiene más de una PC el 33% de hogares con Internet

OBJETOS DE DESEO. UN LOCAL DE VENTA DE COMPUTADORAS DE BELGRANO, AYER A LA TARDE. LA TENDENCIA DE MAS DE UNA COMPUTADORA POR CASA SE DA SOBRE TODO EN LAS CIUDADES GRANDES.
Cuando la televisión era lo último en tecnología, un televisor por vivienda era más que suficiente; pero después, lo ideal pasó a ser tener un receptor de TV por ambiente. Ahora está ocurriendo lo mismo con las computadoras: una por casa ya no alcanza. La expansión de las conexiones de banda ancha, de los dispositivos portátiles y de las redes Wi-Fi están llevando a que los equipos informáticos sean de uso personal. Y los números lo confirman: entre los hogares argentinos conectados a Internet, de septiembre de 2010 a septiembre de este año, al menos se triplicaron aquellos que cuentan con más de una computadora: pasaron del ser un 11 % a ser un 33 %. Así lo indica una investigación realizada por la consultora especializada Carrier y Asociados.
Mirado el mismo fenómeno desde otro punto de vista, Enrique Carrier, director de la consultora, señala que de los 4,3 millones de computadoras que él estima se venderán en el país en todo 2011, 1,65 millón irá a hogares que ya tenían al menos una.
El estudio de Carrier –hecho en base a 812 encuestas telefónicas a hogares del área metropolitana de Buenos Aires y otras grandes ciudades del país– muestra que, como era de esperar, entre los que tienen más de una computadora prevalecen los hogares más jóvenes y los de mayor nivel económico.
Para Roberto Igarza, especialista en nuevas formas de consumos culturales y miembro de la Academia Nacional de Educación, el aumento del número de computadoras por hogar es impulsado sobre todo por el potencial para la educación y el entretenimiento que tienen los equipos informáticos. “En las casas, la multiplicación de las computadoras muestra cómo se está debilitando la televisión tal y como la conocemos”, dice Igarza. Se impone el entretenerse, trabajar o estudiar y comunicarse a la vez, y eso es posible con una computadora y no con un receptor de TV, explica el estudioso.
Sin embargo, Igarza sospecha que la concentración de computadoras por hogar podría ser menor en las ciudades más chicas (las de entre 50.000 y 150.000 habitantes) donde los hábitos sociales y culturales varían. “En pueblos y ciudades chicas, donde por diferentes causas, entre ellos la menor inseguridad, la gente está más fuera de su casa, es posible que las cifras de casas con más de una computadora no sea tan alta”, dice Igarza.
¿Y qué pasa en el extremo opuesto al de la abundancia digital, en los hogares no informatizados? Carrier estima que en el último año un buen número de ellos accedieron a su primera computadora, en gran medida a través de los planes de netbooks educativas.
En el mismo sentido, Alejandro Prince, de la consultora Prince & Cooke, afirma que fueron muchos los hogares que tuvieron su primera computadora mediante el plan nacional Conectar Igualdad (que ya habría entregado 1,8 millón de equipos) y otros planes provinciales. “A medida que nos alejamos de la Capital Federal y bajamos en la escala de nivel socioeconómico, crece el porcentaje de netbooks entregadas por planes gubernamentales que son la primera computadora del hogar”, explica Prince.
A su vez, según sus estimaciones, de todas las computadoras que comprarán los hogares argentinos este año, entre un 25 y un 30% irán a casas no informatizadas. “A esto ayudaron los planes de cuotas , que permitieron el acceso a la primera PC a mucha gente que de otro modo no podría comprarla”, dice Prince.
En este contexto, se afianza la expansión en las casas de los equipos portátiles (notebooks, netbooks y, en menor medida, tabletas). En este sentido resulta llamativo que también hay máquinas portátiles en uno de cada cuatro de los hogares informatizados que no tienen Internet. Lo que indicaría que los miembros de esas familias se conectan a la red mundial desde fuera de sus casas o compartiendo conexiones de otros. “Un caso típico son los hogares compuestos por gente joven sin hijos, que pasan gran parte del día en el trabajo, usan Internet allí y no están dispuestos a pagar por una conexión hogareña; son las personas que si necesitan consultar un sitio web durante el fin de semana van con su portátil a navegar a un bar”, explica Carrier.
clarin.com

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