miércoles, 18 de mayo de 2011

Comer lo mismo que el hombre de las cavernas podría ser muy saludable



El paleolítico es el período más largo de la historia humana. Abarca el 99% de su existencia y está comprendido por los más de dos millones de años anteriores al período neolítico, que sucedió hace unos 10 mil años. El neolítico no sólo fue un período de cambio por la invención de nuevas herramientas, lo fue sobre todo por un cambio en la forma de alimentación de los seres humanos, el cambio de ser cazadores-recolectores a comenzar a cultivar sus propias cosas con la invención de la agricultura y criar animales con la ganadería.
Estas dos actividades introdujeron con el tiempo muchos alimentos hoy en día cotidianos que no existían en la alimentación original del hombre: lácteos, cereales, aceites procesados, azúcares refinados, carnes obtenidas de animales alimentados con granos, etc.
En la década del 70 el gastroenterólogo Walter L Voegtlin publicó el libro “The stone Age diet” (La dieta de la edad de piedra) describiendo la dieta del paleolítico y defendiendo una idea: el organismo del hombre moderno no está adaptado aún al tipo de comida que consume, entonces, es recomendable seguir la original dieta paleolítica para tener una mejor salud.
El concepto de dieta paleolítica (que puede aparecer como “dieta del hombre de las cavernas” y muchas otras variantes que remiten a lo mismo) apunta entonces a una dieta que excluya las comidas a las que no hubiera podido tener acceso el hombre del paleolítico. Hay diferentes niveles de exigencias entre quienes siguen esta dieta y variedades en la forma en que la siguen (algunos comen determinados tipo de carnes o varían en su forma de cocción) pero en general se sostiene que la dieta paleolítica incluye: carne, insectos, frutas, vegetales (no legumbres), hongos, pescado, raíces y algunos frutos secos. Es importante también la forma en que se obtienen esos productos, prefiriendo carnes de animales no alimentados a grano o verduras alteradas genéticamente.
Muchas personas dedicadas a la investigación de esta dieta y sus impactos en la salud aseguran que es más saludable que la dieta habitual occidental. El Dr. Staffan Lindeberg por ejemplo, realizó una investigación para vincular los distintos tipos de dietas con las “enfermedades occidentales” (infartos, accidentes cerebrovasculares, diabetes, demencia, obesidad, alta presión sanguínea, entre otras) y comprobó que una tribu cercana a Nueva Guinea que aún hoy sostiene hábitos de caza y recolección mostraba una disminución muy significativa en la presencia de esas enfermedades e incluso la ausencia total de algunas de ellas.
También hay una gran cantidad de libros publicados sobre el tema como The Paleolithic Prescription: A Program of Diet and Exercise and a Design for Living, de S. Boyd Eaton, Marjorie Shostak y Melvin Konner que propone un plan de dieta y ejercicios adecuados a la dieta paleolítica para mejorar la salud o The Paleo Diet for athletes, de Loren Cordain y Joe Friel orientado a atletas y cómo esta dieta puede volverlos mejores competitivamente.
En internet abundan los sitios con artículos explicando cómo seguir la dieta paleolítica y haciendo recomendaciones. El sitio Paleofoodmall por ejemplo, se dedica a publicar links a distintas comidas que se venden por internet y se mantienen dentro de la dieta paleolítica como las “Caveman cookies“, unas galletitas hechas con frutos secos, miel y bayas que cuestan entre 5,45 y 9,45 dólares.
cukmi.com

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