domingo, 15 de mayo de 2011

Interpretador de neuronas



Me dijo: 'Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo'. Y también: 'Mis sueños son como la vigilia de ustedes'. Y también, hacia el alba: 'Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras'”. Todo esto le dijo Ireneo Funes a Jorge Luis Borges, o a la voz de Borges en el cuento que publicó por primera vez en 1944 y que es una especie de símbolo para muchos neurocientíficos, “Funes, el memorioso”. Borges describe en 16.000 caracteres y con una precisión asombrosa lo que implica para una mente humana no poder olvidar, y aunque lo hizo desde un punto de vista , a la vez que literario, psicológico y filosófico, apuntó a un tema que recién en las últimas décadas la ciencia logró responder de un modo un poco más certero.
Por eso es que Rodrigo Quian Quiroga escribió el libro “Borges y la memoria” (Un viaje por el cerebro humano de “Funes el memorioso” a la neurona de Jennifer Anniston). Argentino, físico recibido en la Universidad de Buenos Aires, doctorado en matemática aplicada en Alemania y hoy jefe de bioingeniería de la Universidad de Leicester, en Inglaterra, Quian Quiroga estudia la percepción y la memoria en el cerebro humano. Descubrió neuronas en el cerebro que reaccionan al concepto “Maradona”, “Maestro Yoda” o “Jennifer Anniston”, suele “escucharlas hablar”, y por eso es uno de los más reconocidos neurocientíficos de la actualidad.
Noticias: ¿Dónde están las memorias de una persona?
Rodrigo Quian Quiroga: Ese es un tema que hasta el día de hoy seguimos discutiendo. ¿Dónde está la memoria de la casa de mi familia de hace 20 años? Como hay distintos tipos de memorias, se cree que la memoria que involucra a cada sentido queda guardada en el lugar donde se procesa cada sentido. Por ejemplo: si yo recuerdo cómo se veía mi casa cuando vivía en el centro con mi familia, en la Argentina, esos recuerdos estarán en la misma zona del cerebro en la que yo proceso mi información visual. La memoria auditiva que se me despierta cuando escucho la Quinta Sinfonía de Beethoven va a estar localizada en áreas de procesamiento auditivo...
Noticias: ¿Qué pasa cuando uno asocia la imagen con un sonido, con un olor y una imagen?
Quian Quiroga: Eso posiblemente coactive zonas distintas. Si me acuerdo de Leonard Bernstein dirigiendo la Quinta de Beethoven, entonces tal vez se coactiven áreas auditivas (por la sinfonía) y áreas visuales (por la imagen de Bernstein). El lugar crucial en todo esto es el hipocampo, un área muy relacionada con memoria, porque ayuda a crear asociaciones entre estímulos y nuevas memorias. Cuando me dicen tu nombre o veo una foto tuya puedo darme cuenta de que se trata de la misma persona; esas conexiones se hacen en el hipocampo.
Noticias: ¿Es factible generarle recuerdos a alguien, implantárselos?
Quian Quiroga: De algún modo, lo hacemos todo el tiempo...
Noticias: ¿Falsos recuerdos?
Quian Quiroga: Hubo un experimento de una mujer que se llama Elizabeth Loftus, en los Estados Unidos, que muestra cómo la manera de la reconsolidación de la memoria puede llegar a la fabulación o formación de falsos recuerdos. Lo que hizo fue mostrarles a distintas personas un video de un accidente de tránsito. Después le preguntó a cada grupo a qué velocidad iban los autos involucrados en el accidente. Pero a un grupo le dijo que habían chocado, a otro que habían colisionado, a otro que se habían estrellado, a otro que se habían golpeado, y a otros que se habían tocado. Cada grupo había visto exactamente el mismo video, pero todos calcularon velocidades distintas, según la palabra que se había usado para describir el accidente: los más veloces eran, para la gente, los que se habían estrellado, y los más tranquilos, los que se habían rozado. Además, se les preguntó si habían visto vidrios rotos en la escena del accidente: la gente a la que se les dijo la palabra “estrellaron” dijo que sí, incluso cuando en la imagen filmada no los había. Era una memoria falsa inducida por la manera de hacer una pregunta. Es que los seres humanos estamos todo el tiempo falseando nuestras memorias pasadas. Traemos las memorias del pasado al presente, las trabajamos, las masticamos de nuevo, y las volvemos a guardar. Cuando hacemos eso tendemos a modificarlas.
Noticias: ¿Entonces la memoria como una foto no existe?
Quian Quiroga: No, porque lo que procesa el cerebro no es una proyección de lo que ve con el ojo. Lo que procesa el cerebro son signos, significados de lo que son las cosas. Cuando salgas de acá no voy a tener una foto de tu rostro en mi cerebro, sino los rasgos salientes que yo tomé para reconocerte si te veo de nuevo.
Sonidos neuronales. Rodrigo Quian Quiroga descubrió en el 2005 que en el hipocampo hay neuronas responsables de relacionar conceptos y vincularlos con las memorias. Al hallazgo se lo conoce popularmente como “la neurona de Jennifer Aniston” porque todo comenzó cuando una célula nerviosa de una voluntaria que participaba en las investigaciones comenzó a agitarse como loca ante cualquier foto de Jennifer Aniston que se le presentaba.
Noticias: ¿Cómo es estudiar una neurona? Cuesta imaginarlo.
Quian Quiroga: Estudiar neuronas únicas en humanos es muy difícil porque requiere una cirugía, porque desde la cabeza no voy a ver una neurona, sino la actividad grupal de millones de ellas. Por eso, investigamos con pacientes epilépticos que no responden a la medicación y a los que se les introducen electrodos a través de una cirugía, para tratar de curarlos. Como los pacientes tienen que estar dos semanas para calibrar sus electrodos y comprobar que todo funciona bien, durante ese tiempo les mostramos fotos y analizamos si esas imágenes disparan neuronas, si las activan. Son los electrodos los que nos permiten escuchar a las neuronas cuando reaccionan a los estímulos, es como tener un micrófono dentro del cerebro de la persona.
Noticias: ¿Y qué es lo que se escucha?
Quian Quiroga: Es como el ruido blanco del televisor. Ese es el sonido que hacen las neuronas que se activan lejos de la zona que queremos estudiar. Pero cuando es una sola la que se dispara, entonces suena como un contador geiger, una especie de tac tac tac rítmico, que va mucho más rápido cuando le mostramos a la persona una foto que activa especialmente algo en su memoria.
Noticias: ¿Pero lograron descartar el ruido ambiente del experimento e identificar a una sola neurona?
Quian Quiroga: Lo más difícil es eso, individualizar la señal de cada neurona. Porque no es que las neuronas hablan por turnos, sino que se activan y emiten sonidos todas juntas. Por eso nosotros, en el laboratorio, tenemos que distinguir qué disparo corresponde a cada neurona a través de la señal que me llega vía el electrodo. Las neuronas más interesantes son las más difíciles de distinguir, porque, además, son las que en general están más calladas... Es que esas neuronas están en el medio de otras que hablan todo el tiempo, pero que no hacen tanto como dicen. Y esas neuronas más calladas son tan conceptuales, están tan arriba en el procesamiento de pensamiento y de memoria, que suelen quedarse mudas, pero cuando de repente dicen algo eso que dicen es interesantísimo. Una muy divertida que es mi neurona favorita, disparaba muy fuerte a Yoda, de “La guerra de las galaxias”, y también un poco a Darth Vader. En un momento le hice oír a la persona únicamente el sonido de la respiración de ese personaje, y con eso solo la neurona se activó alocadamente. Por eso digo que descubrimos que las neuronas responden a conceptos, todo aquello que evoque una idea, a través de cualquier tipo de sentido: visual, sonoro, táctil.
Fotografiar pensamientos. “Un día me dije: si yo tengo estas neuronas que me hablan tanto y tan claro, en base a la actividad de estas neuronas ¿puedo predecir lo que está pensando el paciente a cada momento? No tengo un 100% de certeza pero tengo una muy buena chance de que, si las neuronas se concentran en algo que yo conozco, y logro captar la señal que emiten en ese momento en que se concentran y disparan, entonces podría proyectar la imagen del pensamiento en cuestión”, explica Rodrigo Quian Quiroga, entusiasmado.
Controlando voluntariamente en qué pensar, concentrándose en una comida, o en un aparato de televisión, o en un vaso de agua, una persona paralítica, que no puede mover ninguna parte de su cuerpo podría, con electrodos en el cerebro que capten las señales que emiten las neuronas cuando se activan, proyectar en una pantalla la imagen de lo que quiere o necesita. Este es el hallazgo más nuevo de este neurocientífico argentino, que para escribir “Borges y la memoria” se tomó un año sabático, mientras, dice, no podía sentir otra cosa más que la urgencia de contar una historia: la del funcionamiento del cerebro, la memoria, y la genialidad del padre de Ireneo Funes, que así despedía a su criatura: “Pensé que cada una de mis palabras (que cada uno de mis gestos) perduraría en su implacable memoria; me entorpeció el temor de multiplicar ademanes inútiles”.
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